Una adaptación, que funciona perfectamente como película, de la novela de Delibes publicada en 1978. Los actores están muy bien. Las interpretaciones son sentidas, pero contenidas también. El guión, muy bien trabado. Hay cierta idealización del personaje de Paco Rabal, y el personaje de Iñaki Miramón sería más creíble de ser menos antipático. Muy recomendable.

Un excelente y trabajado guión con muy buenas interpretaciones sostienen esta comedia, muy ácida a veces, sobre bodas y bodorrios. Realmente el tema de la película no son las bodas, sino la aceptación de uno mismo, un tema siempre actual. La trama secundaria se ocupa de la corrupción política, también tratada como comedia mordaz. Y siempre presente, como trasfondo, la familia, o más bien, sus disfuncionalidades. Muy humana, y muy bien hecha. Totalmente recomendable.

La labor (negada por la propaganda - es decir, mentira- soviética de guerra) de ciertos niños como enlaces durante la Segunda Guerra mundial sirve a A. Tarkovski para explorar el mundo de los recuerdos infantiles y la absurdidad y crueldad de la guerra. El mundo que fue y el que pudo ser..., de no ser abortado. El mundo infantil confrontado al adulto. Drama, lirismo, interioridad. Una fuerza y magnetismo visuales extraordinarios. De visión necesaria.

Para quienes hayan visto el Alien de Ridley Scott, esta es una buena oportunidad de comparar dos trabajos de un especialista en el cine de ficción científica-terror. Prometheus es algo más profundo y maduro, y visualmente se beneficia mucho de los avances en efectos especiales y fotográficos, pero está lejos de ser una película ideal, incluso en este género. Los resortes del terror siguen cierto esquematismo, lo mismo que los presupuestos pseudocientíficos, y el componente de suspense está bastante menos logrado que en Alien. El personaje de Charlize Theron, debido a su tremenda deshumanización, puede verse desde una óptica humorística. Recomendable para los aficionados al género.

Muy divertida y entretenida. Un guión excelente y una lección de Adam Sandler (haciendo de "pringao" americano tocado a partes iguales por la pesadilla, la suerte y el absurdo cómico). Dirán lo que quieran, pero hace tiempo ya que es difícil ver buenas comedias en el cine. Los buenos ejemplos escasean demasiado.