Las sensaciones de esta película hicieron fijarme en Vincent como el genio de películas de bajo coste de todos los tiempos. Lleva el timón en este film que mejora a su predecesora "los crímenes del museo" (1936) creando una atmósfera tan aterradora como tenebrosa. La trama del film hace entrever el final, pero de la forma que desarrolla lo hace espectacular. Pese a que Vincent Price tiene un histrionismo limitado, su papel en esta película así como en otras más conocidas como: "El Cuervo", " La mosca", "El abominable Dr. Phibes"... hacen de este actor uno de los más camaleónicos del género de la época.

Raimi realiza un fabuloso puzzle en este personaje del que recoge lo más destacado de los grandes monstruos del cine de terror y lo endulza mostrándonos el lado más humano de su creación. Del mismo modo muestra que la venganza, más que la apariencia física acaban por desgastar a las personas más excepcionales y brillantes.