Apoteósica y atrevida nueva entrega de Gaspar Noé. El radical autor argentino ha orquestado una maravilla de principio a fin, con un dominio de la puesta en escena soberbio, unas actuaciones de lo más extravagantes, y una historia locamente exagerada y bella a partes iguales, que me han dejado pegado al asiento como hacía tiempo que no estaba en una sala.

Noé eterniza los planos secuencia de manera magistral, coreografía las actuaciones y las intercala con los maravillosos movimientos de los bailarines que derrochan todo su talento con unos bailes de lo más increíbles. La mezcla de poesía visual a la hora de filmar, (por otro lado ya bastante habitual en el director, solo hay que fijarse en la amplia paleta de colores que maneja en todo el film) con las coreografías tanto en baile como en actuación, provocan un hipnotismo difícilmente superable, que se ve interrumpido en ciertos momentos por los incómodos sucesos (sin embargo necesarios) que se producen a lo largo de la cinta. Sofia Boutella esta brutal, al igual que todo el resto del elenco, las escenas son complejísimas, por no hablar ya de los bailes en sí, que lo son aún mas. Me da la risa cuando veo que nominan al Oscar a actrices como Meryl Streep (que no quita que no sea una actriz soberbia) por películas como ¨Los Archivos del Pentágono¨, donde cumple con un papel mediocre, teniendo actuaciones increíbles como la de Boutella en este caso, o en otras tantas películas menores que le dan cien mil vueltas, pero que no son nominadas por la insistencia de la academia de galardonar a las mismas y a los mismos de siempre, por películas de más repercusión, pero no deja de ser la simple opinión personal de un servidor.

La película es dura, en eso Noé no defrauda. Sin embargo se contiene en ciertos detalles del film, teniendo en cuenta lo radical que es el argento en prácticamente toda su filmografía. Dura poco más de hora y media, y el ritmo es bastante dinámico, a pesar de las secuencias larguísimas que se utilizan, pero suceden tantas cosas todo el tiempo que no hay casi ni un segundo de respiro. Hay sexo, hay drogas, hay sangre, pero también hay belleza, hay delicadeza, y hay pasión. Es un sin fin de sensaciones que te sorprenden, te asustan o te incomodan, pero siempre se mantiene esa sensación hipnótica que se consigue gracias a la manera de grabar del cineasta. Es una bacanal irresistible, donde confluyen todas las inquietudes típicas del cine de Noé, que es un un director mayúsculo.


En definitiva, me ha impresionado, y ha cumplido con todas mis expectativas, que no eran precisamente bajas. Muy recomendable verla en el cine, merece la pena por las características del film, aunque ha sido estrenada en muy poquitos. Si eres fan de Gaspar Noé vas a salir del cine dado palmas, si tu acompañante no conoce al director, ponle en antecedentes o le va a dar un infarto.