Es una película que se clasifica dentro de los géneros dramático e histórico, con un toque de humor sutil cual recato inglés. La ambientación y la dirección de arte son impecables, lo cual revive la difícil época de guerra, en la que la gente necesitaba a un líder que lograra transmitir esperanza, quietud y paz a través de sus discursos.
La relación entre el más alto miembro de la realeza y un simple civil surge de manera espontánea debido a las adversidades de la vida, de las que ni la sangre azul se salva, y aunque la amistad se da con posterioridad, el espectador es removido en sus fibras íntimas por una genuina amistad pese a lo paradójico del estatus social, esto no hubiese sido posible si no fuera por la extraordinaria interpretación por parte de los actores, ellos son dos grandes de la pantalla y era casi obvio que ese Óscar a mejor actor en este año fuera para Colin Firth, su espléndida actuación nos permitió conocer a un Rey impotente y frustrado por su problema físico pero también a un hombre con determinación, fortaleza y valentía para superarlo.
Un filme que vale la pena y que garantiza a cualquier persona un excelente sabor de boca después de verla.

Es interesante ver que se abordan temas importantes como la libertad humana pero sobre todo a nivel individual en una historia que aunque bastante fantasiosa y algo increíble, está acompañada de grandiosos efectos visuales que simulan una realidad futura.
Se aborda otros temas de actualidad, que según la visión del director seguirán dando de qué hablar dentro de algunas decenas de años, como lo es el crimen y su contexto, el cuerpo policiaco así como sus estrategias para operar bajo el yugo de un sistema determinado.
Técnicamente la película es impecable, la fotografía nos hace pensar por un momentos que todo está sucediendo en la realidad, y qué decir de la música, sólo alguien tan grande como Jhon Williams puede ambientar con tal maestría lo que nuestros ojos ven hasta hacernos sentir parte de la trama.

Una de las películas del género de terror por excelencia, máxime se trata de una trama psicológica, lo que la ha convertido en una obra clásica que sigue impresionando a cualquiera aun después de tantos años de haberse relalizado.
Una historia de terror cuenta con múltiples elementos cinematográficos a pesar de su época, que revolucionaron la manera de hacer cine y esto fue posible sólo gracias al genio creativo, perfeccionista, minucioso, perseverante y visionario del Director.
Con espectaculares planos aéreos y estética en el gran angular, la fotografía es magnífica y gracias a innovadores movimientos de cámara se lograron efectos como el de seguir a los personajes, como la toma inolvidable del niño a bordo de su triciclo recorriendo los pasillos, además de geniales efectos sonoros que enfatiza las escenas de tensión y suspenso que impactan sobremanera al espectador.
La actuación de Nicholson es digna de admirarse, su capacidad para interpretar al personaje principal es casi innata.

Esta película con muchos aspectos que la convierten en una obra digna de ser reconocida y aceptada por todo cinéfilo, puesto que cumple satisfactoriamente con los elementos cinematográficos que pocas películas pueden alcanzar.
El guión o argumento de donde se desprende esta impredecible historia que obliga al espectador a no perderse ningún detalle de principio a fin, pues aborda un tema complejo como lo es el poder de la mente, el subconsciente y el inconsciente de las personas, el origen de una idea y la fuerza de ésta para sembrarse en la mente de otros a través del paso del tiempo, haciéndole honor a su principal característica: la relatividad; desprendiéndose así mundos paralelos que pueden ser a final de las cuentas una realidad o un mero sueño.
Un drama surrealista que demanda completa atención, debido a sus cambios inesperados en su trama pero que sin duda deja satisfechos a los espectadores y más en un sentido visual.

Una película amena y divertida que vale la pena ver, y que nos recuerda la importancia de creer en nosotros mismos, además de que sale de los supuestos parámetros que caracterizan a las películas mexicanas sin perder de ninguna manera la esencia de la realidad del país.
Proporciona un rato agradable máxime por el uso de elementos cinematográficos diversos que pocas veces se emplean en cintas mexicanas y por la sencilla trama, pues la historia gira en torno a un personaje noble que vive una vida común pero que posee una habilidad reconocida por los que lo rodean, ganándose así la credibilidad y el respeto de todos.