(Crítica en spoiler, ya que contiene detalles de la película comentados, con una alusión al final)
spoiler:
Una doble historia se alterna para mostrarnos la vida de Martha, una joven chica estadounidense huérfana y con problemas, presa fácil para quien pretenda embaucarla en una aparente mejor vida alejada de los cánones de la sociedad. Martha huye de una comuna en la que ha vivido durante dos años, cuyo modelo de vida se basa en la subsistencia, cultivando un huerto y viviendo en comunidad, donde las diferentes personas deben contribuir con lo que mejor sepan hacer. Al principio la casa y sus inquilinos resultan atrayentes, mas vemos cómo las dos historias (la Martha del pasado, que comienza su nueva vida en esa comuna, y la Martha presente, que huye con su hermana) se van volviendo cada vez más problemáticas. Por un lado, el paraíso de un lugar frente al bosque se muestra como verdaderamente es: un entorno machista donde se obedece a un hombre inteligente y manipulador, el ideólogo y líder que atrae con falsas ideas a jóvenes fácilmente manejables, y donde el modelo de subsistencia resulta no ser tal. Por otro lado, la Martha presente va a vivir con su hermana y su marido, a quienes acaba haciendo la vida insoportable por sus ideas y costumbres adquiridas en aquel lugar, aunque, sobre todo, por el grave trauma psicológico que se manifiesta en la represión de sus recuerdos, la soledad y el mal comportamiento, y finalmente lo que parece ser paranoia.
Ganadora en el festival de Sundance, Martha Marcy May Marlene (2011) se presenta como un excelente drama psicológico, si bien no se trata del cine de Aronofsky, demuestra aportar una interesante historia con una mejor puesta en escena. La fotografía oscura de algunos planos y la exploración estética ayudan a aportar dramatismo y profundidad en la historia, como en la huida de Martha ascendiendo hacia el oscuro bosque, o el plano de ella escuchando la canción que interpreta el líder de la secta. Su inquietante final recuerda a otro film estadounidense que coloca en buena estima al cine independiente de ese país. Se trata de Take shelter (2011), cuyos presagios de destrucción acaban por hacerse realidad. En la película de Sean Durkin nos quedamos con la incertidumbre sobre el desenlace de la pesadilla que padece Martha. Y en semejante escenario del lago y sus destellos sobre el oleaje, se cumple el presagio de la protagonista. Inquietantes finales acordes con los tiempos que corren.