Es una película para ver en el cine, sentado en tu butaca, con la sala a oscuras, el sonido bien alto, la pantalla enorme y una persona al lado a la que puedas agarrarte y gritar. Tengo que comentar que no me gustan las películas de terror, odio que me asusten, y esta película lo consiguió, y de qué manera. Daniel Radcliffe actúa muy bien, para los que vayan con la idea de ver otro Harry Potter que la desechen, ha madurado mucho como actor, y se nota. No es un terror sangriento, de asesinatos y vísceras, es algo más psicológico, sobrenatural, que te hará dar un salto del asiento y gritar en más de una ocasión.

Increíble, no hay otra palabra. Para los amantes del arte y la literatura esta película es toda una maravilla. Interesante desde el punto de vista cultural, bonita, divertida por la locura de Dalí, romántica por su relación y triste, muy triste por el final que les depara la historia. Le doy un nueve, es casi perfecta, perfecta si no fuera por la penúltima escena, la última de Dalí, que rompe toda la magia del momento, y perfecta si no fuera por la actuación de Robert Pattinson, que mejora mucho pero sigue poniendo cara de dolor cuando le besan.