Para mi hay dos tipos de cine francés, el que me gusta y el que no, sé que es una tontería generalizar así, al igual que hacen los que hablan de que no les gusta "el cine español", como si "cine español" fuese un género en si mismo, y en España no se hiciese más que una película con distintos actores. Pero es cierto que de lo que he ido viendo a lo largo de los años, las películas francesas o me gustan mucho o no les cojo el truco y me aburren soberanamente.

En este caso no es que me haya aburrido, pero desde luego no he conectado en absoluto con el film.
La puesta en escena es de lo más peculiar y al principio liosa. No hay ninguna localización exterior ni interior, todo es un decorado de teatro, pero el espectador debe asumir que ese decorado es "la vida real". El problema durante los primeros 20 minutos más o menos, es enterarse de eso, ya que los protagonistas van a protagonizar una obra de teatro y nos da la sensación de que lo que están haciendo es ensayar en el recinto donde van a representar.

Para darnos la sensación de movimiento cuando cambian de escenario, y por lo cual, de casa, hay unas transiciones de un coche circulando grabado en plano subjetivo de unos pocos segundos.

La película tiene unos diálogos ágiles y con chispa, con actores de más de mediana edad, cosa que se agradece después de estar acostumbrados a ver cine de gente joven donde hasta los padres son jóvenes y apuestos.

Pese a eso, esa sensación de estar viendo una obra de teatro filmada, lastra mucho el film, ya que el teatro tiene unas reglas que no siempre quedan bien en pantalla si se llevan tal cual. Por ejemplo, el musical de Los Miserables sí que supo adaptar su escenografía para no perder la esencia teatral, pero sí resultar un film ameno a nivel visual.

Aquí veo más originalidad y riesgo en la puesta que buenos resultados, pero pese a eso, es un film que se deja ver y puede resultar muy ameno si se llega a conectar con el.
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