Una de las cosas que nos vamos dando cuenta al ir ganando en años es que siempre hubo tiempos mejores, en los que uno era más feliz y se vivía mejor. El protagonista de ‘Una noche en el viejo México’, Red (Robert Duvall), se encuentra en un momento crítico de su vida. Le han arrebatado sus tierras, el rancho en el que ha vivido y por el que ha trabajado durante toda su vida, ya no es de su propiedad. Pero el viejo y cascarrabias Red no es uno de esos jubilados que atraviesa el invierno de su vida sentado viendo pasar el tiempo, él quiere recuperar la felicidad de tiempos pasados, en concreto, recordar los días en los que conoció al amor de su vida en México.

Este es el arranque de ‘Una noche en el viejo México’, segundo largometraje dirigido por Emilio Aragón que después de ‘Pájaros de papel’ (2010) decide cruzar el charco y rodar esta película por encargo en Estados Unidos, y que transcurre en su mayor parte, como su nombre bien indica, en México. Red, acompañado de su nieto Gally (Jeremy Irvine), cruzaran la frontera para pasar un noche llena de casualidades, donde conocerán a una cantante llamada Patty Wafers (Angie Cepeda) por la que abuelo y nieto disputaran su atención, y tendrán un encontronazo con el dinero de unos narcos y aquellos que lo buscan, entre ellos Panama, interpretado por Luis Tosar.

El guión de ‘Una noche en el viejo México’, llevado a cabo por William D. Wittliff, cuyo último trabajo como guionista fue en ‘La tormenta perfecta’ (Wolfgang Petersen, 2000), es un historia poco original escrita para el lucimiento de un Robert Duvall en su máximo esplendor, cuya interpretación es la razón de peso para ver esta película. Una de las cosas que menos me gusta al visualizar un largo es ser capaz de ver venir lo siguiente que va a ocurrir o, incluso, adivinar las siguientes líneas de guión. Y esto me ocurrió con ‘Una noche en el viejo México’, aunque la historia no deja de ser entretenida, se ciñe tanto al manual que deja pocas sorpresas para el espectador.

Mientras que Duvall se luce en el papel del gruñón Red, sus compañeros Jeremy Irvine y Angie Cepeda no son capaces de seguirles el paso, y es que Duvall es mucho Duvall y conseguir llegar a su nivel interpretativo no es cuestión de unos pocos años. Incluso Luis Tosar, que en nuestra filmografía es uno de los grandes, me dejó bastante indiferente. Quizás sea este el punto en el que la dirección de Emilio Aragón deje más que desear, ya que el equilibrio de los intérpretes habría dado un mejor empaque al resultado final.

Aunque ‘Una noche en el viejo México’ fue rodada en EEUU, gran parte de su equipo es de procedencia española. La película fue proyectada en el último Festival de Cine Español de Málaga donde Emilio Aragón comentó en una rueda de prensa el éxito que la película había tenido en su estreno en Estados Unidos y en el Festival de Guadalajara, donde una de las cosas que más destacó fue la fotografía del español David Omedes, que también trabajó con Emilio Aragón en su anterior película, ‘Pájaros de Papel’. La fotografía elegida por Omedes para ‘Una noche en el viejo México’ es uno de los puntos fuertes del largometraje, ya que le da un tono, digamos, ‘sucio’ que encaja perfectamente con lo que nos están contando.

En definitiva, ‘Una noche en el viejo México’ es de esas películas a las que no se le puede pedir más de lo que es: una hora y media de entretenimiento en el viejo México, eso sí, acompañados por un espléndido Robert Duvall.

Marina León, redactora en: http://cinefilosempedernidos.com/

La vida del cómico puede ser un camino arduo y poco laureado. Pero cuando a un espectador, aunque sea solo a uno, le llegas al corazón, tu trabajo se ve recompensado porque durante un momento has conseguido hacer reír y disfrutar a una persona, que gracias al cómico puede, por un instante, evadirse de sus problemas y reírse de ellos. Y es que un cómico no está completo si no tiene un público al que hacer reír, este es su principal objetivo, hacer felices a la gente. Este es el detonante de este film dirigido por Andreu Buenafuente, la carta de un fan de Argentina que dice que les escribe desde ‘el culo del mundo’, frase que ha servido para dar título a la película.

El pasado 11 de abril ‘El culo del mundo’ se estrenó en los cines, pero su distribución se ha limitado a un puñado de cines, la mayoría situados en Cataluña y Madrid, por lo tanto, si no vives en alguna de esas ciudades (como es mi caso) te será muy difícil poder disfrutar de esta película en una sala de cine. Por fortuna, ‘El culo del mundo’ fue otra de las películas que ‘Cinéfilos Empedernidos’ tuvo la oportunidad de ver en la sección ‘Málaga Premiere’ en la última edición del Festival de Cine Español de Málaga.

‘El culo del mundo’ es un documental que gira alrededor de la figura de Andreu Buenafuente en el momento en el que uno de sus programas de televisión es cancelado. Esta situación sirve como excusa para ir entrando en el mundo de la comedia, sus altibajos y sus protagonistas, pero centrándose sobre todo en la vida profesional y personal de este cómico televisivo, del que descubriremos un lado mucho más serio al que estamos acostumbrados a ver. Muchas caras conocidas de la comedia española nos hablaran sobre qué significa ser cómico, qué es y, según ellos, para qué sirve la comedia. En pantalla irán desfilando los habituales colaboradores de Buenafuente como José Corbacho, David Fernández, Berto Romero y Silvia Abril, también pareja del cómico y que nos desvelará aspectos privados de la vida del showman. Otras figuras muy destacadas en el marco de la comedia española actual como Santiago Segura, El Gran Wyoming o Carlos Areces, conversarán con el director de la película sobre todo este mundo que comparten.
Durante todo el metraje de la película dos temas principales se van entrecruzando y servirán de apoyo entre ellos, como ya he ido comentando estos temas son la vida y obra de Andreu Buenafuente y el concepto de la comedia y la figura del cómico. El documental sube como la espuma y es mucho más emocionante cuando los entrevistados cuentan sus experiencias con la comedia y retratan su visión del humor. Especialmente notable es la escena en la que Carlos Areces y Andreu Buenafuente actúan para Isabel Coixet intentando recrear una escena de la película ‘Mi vida sin mí’, dirigida por la cineasta. La idea es hacer una escena dramática, pero por mucho que Buenafuente y Areces lo intenten, el resultado sigue siendo cómico.

Por otro lado, las secuencias centradas en la vida del protagonista se van intensificando a lo largo de la película, mostrando a Buenafuente en diversas facetas de su trabajo y su vida privada y lo que en un principio parece un gran esfuerzo de revelaciones personales termina cansando y creando un regusto de narcisismo en el espectador que, por muy fan de Buenafuente que seas, no es del agrado de nadie.

‘El culo del mundo’ es una mirada cargada de amor al cómico, especialmente hacia el propio Andreu Buenafuente, revelando un amor propio y un ego que deberían haber sido atenuados en beneficio del resto de entrevistados. Aunque el mensaje más importante que transmite el documental, y se queda en la mente del espectador es que la comedia es necesaria, un bien común que debería ser especialmente importante en los momentos en que la vida se vuelve más complicada.

Marina León.

http://cinefilosempedernidos.com/2014/04/13/critica-el-culo-del-mundo/