Una de esas ocasiones en que el discurso de un reaccionario da la clave para entender la dialéctica enemiga y desarmarla. En 'El arca rusa', de Alexander Sukurov, la vida de los tiranos (que sin duda debía ser muy parecida a tal y como la retrata), se convierte a través de la belleza en la gracia de Dios y en una Rusia más tarde "asesinada", donde para pretender retratarla al absoluto, Sukurov comete "el error" de no salir por un segundo (tres siglos) del Palacio del Hermitage. Pensando en más allá de sus ventanas, lo propio sería esperar un pedrazo que para el director acaba llegando como un mar helado al borde de 1917.

El hilo conductor es un diálogo entre el protagonista ruso y un europeo del XIX, como un diálogo entre dicha posición rusa y la voz que esta tiene por Occidente, creando por encima del tiempo la espectación por abrir más puertas a ideas con cada sala. Técnicamente hay pocas cintas tan impresionantes, donde una dirección de fotografía perfecta deja en algo casi anecdótico el hecho de ser el plano secuencia más largo de la historia del cine, al estar filmada de una sola toma, ininterrumpidamente durante más de 90 minutos.

No solo por mostrarnos tan claramente una posición que mira así la historia rusa esta es una gran película. Caeríamos en el error infantil de juzgarla como se juzgan sus argumentos si dijéramos que por ellos mismos la película es pésima, cuando por ellos mismos es por lo que vale.

A mitad película habría dicho que nadie perdiera el tiempo en verla, entre lo burdo que es utilizar una historia de amor para hacer propaganda anticomunista y lo aburrida que parecía en su estructura. Luego se ve que los malos ejemplos también sirven de buen ejemplo, en la política, y también en el amor, y cuando la campaña panfletaria se relaja se pueden ver cosas por detrás de la trama, más allá incluso de una fotografía en ocasiones impecable y una musicación bastante interesante de la cultura popular eslava, aunque con un guión a saltos emocionales y temporales que distancia al espectador de la catarsis necesaria con los personajes.