Si hay un copión, o un chupón de centenares de referencias antes vistas en series B del ancho mundo, ese es Tarantino, sin olvidar todo lo que le debe a Leone o Peckinpah, Quentin ya hace años que tiene hijos bastardos que lo imitan a él, ejemplos: Jan Kounen que en 1997 realizó Dobermann, Thomas Jahn también en 1997 Knockin' on Heaven's Door, y Juanma Bajo Ulloa aportó "nuestro" granito de arena estrenando Airbag. Ese 1997 debería haberse declarado Annus Tarantianaes. Un poco después, Guy Ritchie, el Tarantino inglés filmó Snatch y Lock and Stock, y más recientemente, por poner otro ejemplo Martin McDonagh hizo la estupenda Seven Psychopaths (Siete Psicópatas) en 2012.
En cuanto a esta penúltima tarantinada me ha parecido el mejor ejemplo de ese viejo refrán: demasiado ruido para tan pocas nueces. Le sobra autocomplacencia, circunloquios, agujeros de guión y media hora de metraje, para llegar a ser merecedora de estar a la altura de las mejores películas-homenaje del copiador copiado.

Un ejemplo de como se puede hacer una peliculilla apañada, con escaso presupuesto, casi sin sangre, y sin embargo capaz de mantenerle a uno pendiente de la historia.
Los que esperen encontrar en ella gore, efectos especiales, violencia explícita, sexo a raudales (salen un par de tetitas preciosas) pueden saltársela porque les va a decepcionar.
Los que disfruten con un argumento inquietante, más enfocado a la intriga que al terror, con alguna que otra sopresa y un buen final, acérquense a Sole Survivor. Es una rareza de comienzos de los 80, una muestra de serie B pobre pero honrada, ópera prima de Thom Eberhardt, dirigida un año antes que La noche del cometa, su siguiente película.
El aspecto más logrado de la película es la fotografía, a cargo de Russell Carpenter también primerizo aquí. Luego ha trabajado con James Cameron en Mentiras arriesgadas y Titanic por la que ganó un Oscar. Sigue en activo y este 2015 se encargó de Ant Mant.
Por último, la vida real no deparó muchas alegrías al reparto, Anita Skinner, entonces prometedora actriz, desapareció de escena tras el estreno de Sole Survivor y Kurt Johnson también concluyó su carrera en 1983, muriendo a los 30 años, unos dicen que de sobredosis y otros como víctima del SIDA.

Sitges 2014 patinó premiando el guión de Young Ones, seguramente aquello fue fruto de algún politiqueo interno entre la organización y la distribuidora (oye, "fulano", te dejo este pack de películas nuestras a ti antes que al Festival de Tal, si me destacas este título que estrenaremos en salas), porque no diré que me pareció una basura Young Ones, pero sí que precisamente el guión es de lo peor que tiene para ofrecer este mejunje de géneros. Si hubieran premiado la fotografía o incluso a los FX (no hay muchos, pero son convincentes) aún lo habría entendido.
Los actores están bien elegidos, Michael Shannon hace de Michael Shannon (peligro, empieza a repetir esos gestos de tipo estreñido con cara de loco), la hermana pequeña (menor en 6 años) y más alta (mayor en 10 centímetros) de Dakota, Elle Fanning, sigue con su carrera ascendente, y sólo tiene 17 añitos, al contrario que el novio intermitente de Jennifer Lawrence (y ex de Kristen Stewart) Nicholas Hoult que sigue igual de guapo, soso y falto de un verdadero pelotazo destacable, porque esta película ha sido un fracaso en taquilla. Y poco más. Young Ones cuenta una historia anodina que se deja ver, porque el envoltorio es muy atractivo, y que olvidas a los cinco minutos porque está vacía de contenido.
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The Pyramid es una estafa en toda regla. Podía haber sido una película de aventuras y no lo es, se van sucediendo las situaciones estúpidas, en las que unos malos actores (especialmente las féminas) parecen guiñoles, torpes marionetas, y el diseño de producción es tan barato que salta a la vista el material de que está hecho todo, cartón y madera pintada.
Podía haber sido una película de terror, y tiene un momento o dos de tensión que sumados vienen a ser 30 segundos.
Podía haber sido una mala película de aventuras y pésima cinta de terror y ser divertida por el el exceso o un alto contenido en gore, viniendo de la parejita Grégory Levasseur y Alexandre Aja (Alta tensión, Parking 2, Maniac) y apenas si hay sangre. El monstruo o la bestia además se resuelve con un CGI más que mejorable. Hay faraones a los que respetar su descanso y películas que mejor no haber realizado, ni visto.

Hay quien se agobia con el apartado visual de "Birdman", con sus planos secuencia ensamblados, tan deslumbrantes, lo más llamativo de la pelicula. Claro que puesta "Birdman" al lado de "El Arca Rusa" (2002) palidece, porque aquella maravilla de Aleksandr Sokurov sí que fue rodada en un único plano secuencia, virtuoso y auténtico, de 99 minutos y además sin los alardes epilépticos que, ciertamente, utiliza Iñárritu para deslumbrar a la platea.
Encuentro muy mejorable la dirección de actores, todos sobre actuados menos Edward Norton (en el límite) y Lindsay Duncan, encargada de defender un personaje caricaturesco y saliendo indemne del empeño, del suflé que es Birdman. Porque el guión de Giacobone, Iñárritu, Bo y Dinelaris adolece de originalidad y concreción, sobrándole artificio y petulancia, ya evidentes en el sobretítulo del film.
Siendo Birdman, "salta" a la vista, una película vistosa, es innegable, que merecía alzarse con las estatuillas en fotografía, banda sonora y el citado Edward Norton, hubiese preferido que el Oscar a la dirección hubiera recaido en las manos de Richard Linklater (su trabajo crece por encima del resultado global de "Boyhood", también sobrevalorada como lo está Birdman), el de mejor película a la ni siquiera nominada "Nightcrawler", señoras y señores de Hollywood, ahí tenían un gran guión que premiar. Hablando de Nightcrawler, el Oscar al mejor actor debería habérsele entregado a Jake Gyllenhaal, que la protagoniza con una contundencia memorable y tampoco fue nominado, estándolo el insufrible Bradley Cooper, un tipo con suerte, buen agente, voluntarioso, bien parecido, pero sin genuina calidad artística.