Muchos la han clasificado como película de terror, yo la colocaría en ciencia ficción. Pero de aquella sutil, dónde da más miedo lo que no se ve que lo que se muestra.

Empieza bien, mantiene la tensión, consigue engancharte y esperar en cada secuencia ver un poco más, saber qué está pasando.

Una vez desvelado el misterio, decae la atención. Pasa a hacerse repetitiva, lenta… se alarga en exceso. Surgen personajes de la nada (motorista, director de cine…) para acabar en la nada y no aportar más que algunas situaciones más surrealistas que lógicas.

Quitando el interés de la sepia, me quedo con la historia del mono. Poca relación con el resto de las situaciones pero esta historia si que da para una película de terror.

No debería de emitir voto ni comentar la película ya que en gran parte de la película estuve dando cabezadas.
Larga, excesivamente larga.

Estresante. El ritmo es tan acelerado que crea una sensación de ansiedad cómo pocas películas me ha pasado.
Baile de imágenes, situaciones, diálogos, cambios de localizaciones que se mezclan, confunden, sobreponen y acaban mareando. Demasiada información para intentar seguir la trama.

Ni divertida, ni interesante, ni una lógica en toda la trama más allá de jugar con mil millones de opciones paralelas de nuestras vidas… ni tener dedos de salchichas resulta divertido.

Y a pesar de todo, no me sentó mal del todo, las cabezaditas que eché.

Me ha gustado.
Dicho eso, película con guion intentando ser un Tarantino pero quedándose muy por debajo del nivel.
Las historias se entremezclan dentro de un tren (apenas salen fuera) y se crean confusiones y casualidades que van enredando la trama. Estas historias se cruzan con la principal, la de un Brad Pitt que ha venido a pasarlo bien y se gusta. Todas cuadran más o menos al llegar al final (de la película y del viaje).
Diálogos con mucha fluidez y mucha ironía que, en buena combinación con escenas de peleas, logran sacar más que una simple sonrisa.
Buena película para el verano, pretende divertir y entretener y lo consigue.

Una más. Los superhéroes surgen como champiñones y nuestro amigo Stallone no se iba a quedar atrás.
Típica y tópica película para pasar el rato donde no hay ni una nota de originalidad… Niño huérfano con madre muy ocupada que conoce a un señor huraño. Poco a poco irá naciendo una amistad y el chaval descubrirá el secreto que oculta el abuelito.
Los malos muy malos (y muy tontos) que al no ser supervillanos tienen sus momentos de “madre mía que tontos sois”.
Pocos efectos especiales, con peleas sin salir de convencionalismos y giros de guión que se huelen desde el minutos 2 cuando se comenta que Samaritan y Némesis eran gemelos…
Para pasar la tarde y dar una cabezadita en la parte central de la película

Pertenezco a una página de libros parecida a Filmaffinity y por casualidad encontré los libros de L. Ron Hubbard en los que se basa la película. Su puntuación no está nada mal, motivo por el que me he decidido ver la película. El tema de cienciología, sectas y demás creo que no tiene cabida aquí.
Acabada de ver (en dos partes para hacerla más fácil de digerir y luchar por no dormirme) me hago cruces que la industria cinematográfica haya realizado esta monstruosidad. Actores con carreras aceptables metidos en un embrollo monumental.
Todo está mal. Actores sobreactuados, diálogos pésimos, situaciones tan irreales que parecen cómicas, todo trenzado sin gracia y sin sentido durante dos horas que se hacen eternas.
Nada recomendable, ahora me queda la duda de empezar con los libros… pero eso ya es otra historia.