La carretera que serpentea hacia Mullholland Drive actúa como el péndulo de un psiquiatra haciéndonos caer en un profundo estado de hipnosis. A partir de ahí, nos dejamos llevar y entramos en su juego. Asistimos así a una historia de amor desgarradora narrada en el siempre onírico lenguaje de David Lynch, en el que nada es como aparece y en el que la historia parece no tener sentido. E incluso así, sin entender nada, la fuerza visual, la estética y la sensibilidad del autor, muy bien acompañadas por la banda sonora de Angelo Baladamentti (en la que se incluye una impresionante versión de 'Crying' de Rebekah del Rio), consiguen que asistir a más de dos horas de escenas inconexas sea un deleite artístico.

Con eso digo buena parte sobre mi opinión de la película, aunque claro, primero tendré que explicar qué opinión me merecen los hermanos Farrelly.

Los hermanos Farrelly me parecen dos adolescentes hormonados con dinero para hacer películas. Son como esos niños que cuando están clase de educación sexual y el profesor dice pene ellos se echan a reír porque les resulta gracioso. Me parece normal, incluso sano, cuando tienes 15 o 17 años y reacciones así, pero una actitud ridícula para dos adultos que hacen cine para un amplio público.

Aunque la película tiene algunos momentos divertidos, en general es una secuencia de vulgaridades sin ninguna gracia, como casi todo su cine.

No es una obra maestra. Es una película con una trama más bien parca, en algunos momentos cargada del edulcorado sentimentalismo de las clásicas comedias románticas. El guión, aunque tiene un comienzo vertiginoso y divertido, decae a lo largo de la película, hasta convertirse, en algunos momentos, en pura excusa para los número musicales, auténticos conductures de la historia.
No obstante, estos espectaculares números musicales, con refrescantes versiones de famosas canciones, en los que no se ha escatimado en el despliegue de medios; el zoo de personajes (que no el elenco de actores); la siempre bien adaptada Nicole Kidman; y el ritmo estrepitoso que imprimen a la película los agresivos movimientos de cámara con el sello de Baz Luhrmann, consiguen un film ágil y emocionante, en el que uno puede dejarse llevar y soñar que es 'a son of The Revolution'.
Logrará, como Cabaret, convertirse en un referente del género. Aunque, por supuesto, nunca podremos comparar el grandioso 'Maybe this time' de Liza Minelli con el discreto 'One day I'll fly away' de Nicole Kidman.
Mi nota: un casi 7.

Cuando era pequeño, de tarde en tarde, ponían en la tele una serie en la que un hombre mayor abría un libro y contaba un cuento. Lo vi pocas veces, porque parece que la tendencia de Televisión Española a destripar los horarios de las series es una tradición consolidada.

Tim Burton, con sus películas, me hace volver a aquellos días. Comienza 'Charlie..', yo tengo siete años y el mundo está hecho de chocolate...

Fui a ver 'El proyecto de la Bruja de Blair' hace unos años. Cuando salí del cine, no tuve la sensación de haber asistido a la proyección de una obra maestra del género, como comentaban excitados mis compañeros a la salida de la sala. Hoy, visto con la prespectiva del tiempo, sigo pensando lo mismo: no es una obra maestra.

No obstante, sí me parece una película novedosa del género, no sólo en su forma de narración, en ese punto medio entre la grabación casera y la película, sino también en toda la original campaña de marketing que surgió a su alrededor y que ayudó a crear ese halo de terror y maldición.

Aunque para cuando llegó a España ya había perdido gran parte de su encanto misterioso, pues los medios, siempre ávidos de noticias, habían desvelado que toda la historia que se publicaba en la web de la película formaba parte de una campaña promocional y no era en absoluto realidad, la película me mantuvo inquieto durante toda la proyección, llegando incluso momentos en los que el estómago se me encogía hasta hacérseme minúsculo. Desde entonces, ninguna otra película me llegó a asustar tanto hasta que vi 'The ring' hace un año.

No soy muy aficionado al género, pero la recomiendo a todos aquellos que tengan ganas de pasar un poco de miedo frente a la pantalla.