Cuando una joya como ésta te deslumbra piensas que todavía hay cosas que valen la pena, que la honradez, lo genuino, significan verdad y belleza.

Hacía mucho que no lloraba tanto con una película, el contraste entre esa alegría de vivir, esa facilidad para ser feliz y la certeza de ser víctimas y esclavos de nuestras circunstancias y aceptarlo con dignidad y valentía me dejaron K.O.

Química total y absoluta entre los actores principales, un regalo para nuestros maltrechos ojos y un recuerdo de que el cine no morirá nunca aunque se le sepulte entre montañas de basura.

GRACIAS Audrey, Eddie, Peck.

Antes de empezar a verla me interesaba la Enmienda de la Igualdad de Derechos que estuvo a punto de aprobarse en Estados Unidos. No solo el tema en sí, sino también esos años 70, puestos hasta la médula de todo lo susceptible de ser puesto. Lo que quería averiguar era que pensaban esos personajes anti-ERA para estar en contra de algo que yo si que estaba a favor. No solo me interesaba su punto de vista, sino sobre todo como me lo iban a contar desde la serie.

La protagonista absoluta es la señora Schlafly, personajazo interpretado por mi admirada Cate Blanchett de una manera excelente, se nota que le gusta ponerse en esa piel y que está disfrutando. Creo que lo que me provoca principalmente es morbo, ¿como puede alguien estar en contra de la igualdad de derechos? yo quiero saber sus motivaciones, me despierta curiosidad y repugnancia cuando vemos o intuimos las razones de porqué lo hace. No es muy diferente de personas que viven en pleno 2020.

He leído el libro, he visto la peli del 53 y he oido el disco de Jeff Wayne (recomendadísimo).

El relato tiene algo que siempre me ha enganchado y la pelicula de Esteban Espilber pues también. Cierto es que su primera media hora es de lo mejor que he visto y que luego va cayendo, pero creo que esta vez el tito Esteban se lo ha currado y ofrece un espectáculo solvente.

¿Qué más da que solo se salve Tom y su familia?, ¿qué importa que los aliens se vengan sin frenadol? lo repito, esto es espectáculo y casi todo vale. No estamos leyendo un libro de mecánica cuántica, estamos viendo una película.

Deus ex machina.

El tono y algunas actuaciones me hicieron esbozar alguna sonrisa por lo caricaturesco, pero en cuanto comprendí -como ha dicho un compañero- que parecía la realidad fingiendo ser una caricatura ya no me hizo tanta gracia. La pandemia nos enseñó como las opiniones están a la misma altura que los hechos para algunos necios, como la ciencia se convirtió en arma política y como esos políticos se convirtieron en máquinas mezquinas capaces de hacer un triaje a su abuela si fuera necesario.

Delegar nuestra voluntad y poder de decisión en representantes -no solo políticos- cada vez menos preparados y peores personas nos está dejando un regusto a que todo se está empezando a acabar. Espero que no sea así, pero esa deriva se nota en todo, y lo peor es que la decadencia no sabe tan mal.

Pese al dineral que se han gastado, veo una serie con un guión pueril, sin interés, carente de emoción. No hay ni rastro de seriedad, solo de tomarse demasiado en serio. Una pena ya que tiene a buenos actores, y es más penoso aún ver como se prestan a hacer semejante despropósito.

El tito Bezos cree que tirar de billetera es lo mismo que hacer una buena serie y no, no puedes comprar el alma, la inspiración, eso no te lo envían por amazon prime.