Esta saga de animales fantásticos ha ido de más a menos y parece ya un mero pretexto para alargar hasta el infinito el mundo mágico derivado de Harry Potter. En la película ya apenas tienen peso los animales fantásticos como ocurría en la primera y algo en la segunda. La película es, en cambio, un film sobre luchas políticas que recuerda con exagerado parecido al ascenso de los totalitarismos en la Europa de entreguerras. El parecido de Grindelwald con Hitler resulta excesivamente obvio y cansino, así como poco original. La película es excesivamente lenta con pequeños momentos de acción inconexos que hacen que la historia no enganche. La salvan un poco, como en ocasiones anteriores, las interpretaciones de Eddie Redmayne como Scamander y Jude Law como Dumbledore.

Un Western sin acción difícilmente puede definirse como tal, pero lo cierto es que éste lo es. Una buena ambientación para una película en la que la violencia de los tiros se sustituye por violencia psicológica, odios escondidos y traumas de juventud. Con esa premisa la película podría ser buena, pero es tremendamente lenta y plana. Siempre te esperas que pase algo y al final nada ocurre. La interpretación de los actores salva una película anodina.

Será una película muy premiada seguro. Porque últimamente parece que gusta más una película cuanto menos sea entendida por el espectador. Ya si a eso sumamos que se mete el tema LGTBI y la mujer como hilos conductores, pues para qué queremos más. Ya tenemos el panfleto montado.

De la directora de "Carmen y Lola" se esperaba algo más. Ha cambiado en este caso a la comedia y está claro que no es su fuerte. En el trailer de la película parece que ésta se va a centrar en las diferencias de dos familias (una muy acomodada y otra humilde) cuyos hijos deciden casarse. Pero lo cierto es que esa trama apenas dura unos minutos al comienzo de la película. A continuación evoluciona hacia unas tramas inverosímiles y en las cuales se meten con calzador algunos temas como el feminismo o incluso la idílica convivencia en los barrios multiculturales en los que una de las protagonistas, frustrada por su vida como una pija ama de casa encuentra la felicidad.

De verdad, no es necesario hacer activismo en todas las películas. Una comedia debe hacer reír y ésta no lo hace, más que por lo absurda que es. Desde luego películas como estas ayudan a mantener el tópico de que la comedia española no vale para nada. No arriesga, no toca temas incómodos, no ofende. Busca el chiste fácil presentando al hombre como un imbécil que no sabe hacer nada y a la mujer como una heroína empoderada. ¿Eso es humor? Pues no. Es un panfleto.

Una historia delirante, aunque qué esperar de Lanthimos. La historia es una mezcla inclasificable de vivencias y tramas donde se mezclan la investigación "médica" sin escrúpulos, los abusos sexuales y la prostitución. La historia no aporta nada y sólo creo que es salvable por las espectaculares actuaciones de Emma Stone, Willem Dafoe y Mark Ruffalo. Más allá de eso es la típica película tan de moda actualmente que se excede en lo excéntrico buscando ser algo inclasificable para lograr por su extrañeza la admiración de una industria aburrida y que sólo tiende a lo extravagante. Por supuesto mete con calzador (¡cómo no!) el tema Queer con la relación lésbica (encima con una mujer negra, por supuesto).

Lo peor de la película no es ya su imprecisión histórica es que es infumable. Parece un documental (malo) de la vida (inventada) de Napoleón. La película no tiene ritmo, ni emoción (ni siquiera en las tediosas batallas) ni conexión entre las escenas.

Un despropósito que parece solo destinado a caricaturizar al personaje mostrándolo como un loco que solo se preocupa por el sexo (qué decir de las escenas de sexo, que parecen más bien apareamientos de jabalíes). Lo de ni mencionar la invasión de España o batallas como Trafalgar es simplemente imperdonable.

Mira que ya eran esperables licencias históricas como ya se permitió en Gladiator pero al menos en esa película tenían sentido (Cómodo por ejemplo no asesinó en la realidad a Marco Aurelio pero en la película tenía sentido) pero en Napoleón las invenciones históricas no aportan nada.

Lo de añadir al final las cifras de muertos de cada batalla (como si fueran atribuibles todas a Napoleón) tampoco entendí a qué venía. Si el objetivo era mostrar que Napoleón era un malo malísimo y los británicos los buenos pues objetivo conseguido. La próxima película de Scott que sea de Hitler que todavía le será más fácil.