Haciendo uso del habitual zapping de las tardes de los domingos, me he topado en CTK con "The Devil and Daniel Johnston" (Jeff Feuerzeig, 2005), una extraña "perla" documental que repasa la atormentada vida y la carrera artística del cantautor-dibujante Daniel Johnston (Sacramento, 1961).

A través de entrevistas a familiares, compañeros y amigos y basándose en multitud de grabaciones (a la manera de "Capturing de Friedmans"), recorremos la fascinante existencia de Johnston aquejado de un transtorno bipolar.

Obsesionado con Satán o admirador del Capitán América y de Casper, sus temas han sido versionados por Beck, Wilco, Sonic Youth, Nina Persson y Pearl Jam, entre otros. Hasta Kurt Cobain lució una camiseta con uno de los dibujos más famosos de Johnston.

Una rareza digna de ver.

Este año he conseguido (por fin) poder visionar todas las candidatas que optan al Oscar a la mejor película 2008 y "Pozos de ambición" ha sido la última de ellas.

Esperaba, como mínimo, una película de calidad y lo esperaba porque la dirigía Paul Thomas Anderson y porque la protagonizaba Daniel Day-Lewis, pero me he llevado una ¿inesperada? decepción.

El histrionismo de Day-Lewis me ha resultado casi insoportable y me he quedado con la sensación de que Thomas Anderson no se ha sentido cómodo entre tanto petróleo y tanta ambición.

Ojalá el sentido común haya impregnado las mentes de los académicos de Hollywood y premien el peliculón de los Coen y, si puede ser, que Viggo Mortensen se alce el Oscar por su magnífica actuación en esa gran olvidada que es "Promesas del Este".