Otra película más. Creo después de varios años esperando que un film me impacte no sólo a nivel visual, sino más bien argumental, vuelvo a encontrarme con un intento, sin éxito y sin luz de lo que se suponía que iba a ser una cinta de suspense de cierta fuerza.
Desde el inicio de la película, nos encontramos con una idea que parece atrayente y quizá con perspectivas acertadas, pero que a medida que el metraje avanza, todas esas expectativas van decayendo, adentrándose en un círculo vicioso de hechos mediocres que no encuentran su acierto en una trama que en un primer impacto parecía absorbible y sostenible.
Una sinopsis sencilla: Julia quiere ver cómo se encuentra su hermana gemela, Sara, la cual tiene una ceguera degenerativa al igual que Julia. Al llegar a la casa de Sara, se encuentra con que ésta se ha suicidado. Pero Julia siente que algo ronda el suicidio o no suicidio de Sara. Las presencias que le acechan a Julia, su relación son Isaac, su marido, las dudas sobre la muerte de su hermana y la gente conocida que rodea su muerte y su vida, son la esencia de un largometraje del que se esperaba más.
Una hora de película con un sabor agridulce y otra hora de banalidades que chirrían a los ojos del espectador y que deja mucho que desear a nivel de guión, resume la segunda cinta del director. A pesar de una semi-brillante Belén Rueda, me fastidia observar que la trama no hay por donde cogerla, los personajes secundarios no sé si me dan miedo, risa o directamente pena.