Puede ser una película de culto para una generación pero lo cierto es que en gran medida Easy Rider es un videoclip de época lleno de diálogos absurdos y personajes acartonados en una trama que no va a ninguna parte.

Es difícil que una película como Los Vengadores, construida a través de diferentes pequeñas piezas previas como son las producciones de Ironman, Thor o el Capitán América, y tan deudora del medio de origen al que procede, el cómic de superhéroes, pueda ser totalmente comprendida por el público mayoritario ajeno al mundo del cómic porque en este caso tiene más que ver con un sentimiento que con la calidad cinematográfica de la propuesta. Pero Joss Whedon ha estado muy cerca de ello.

Los Vengadores es un blockbuster en toda regla, con la espectacularidad intrínseca a este tipo de películas, pero a diferencia de Transformers y similares Los Vengadores tiene alma. La acción inunda la pantalla pero lo importante son los personajes y es lo que realmente lleva la trama y el argumento. No hay tiempo para profundizar en ellos, eso se hizo antes, aquí la historia a contar es como un grupo de personas excepcionales consiguen convertirse en un verdadero supergrupo y salvar la Tierra. Joss Whedon consigue eso enfrentando sus personalidades mediante diálogos certeros y divertidos y con un efectivo sentido del humor.

Hay huecos argumentales y escenas que sólo tienen sentido porque son simplemente guays. Pero dejando a un lado que el metraje de la película ha tenido sus recortes, más de treinta minutos que se han quedado en la sala de montaje, estos huecos son minucias apenas perceptibles sólo para los más quisquillosos y no suponen un problema para disfrutar del conjunto.

La fidelidad a los personajes y al espíritu de los mismos es algo que sólo Joss Whedon podría haber conseguido: un director y guionista de cómics en cuyas series de televisión, especialmente Buffy, ya se atrevió a organizar un interesante bagaje referencial y homenaje al Universo Marvel. Era pues la opción lógica para un proyecto de este nivel y seguramente pocos directores más podrían haber conseguido llevar a buen puerto una tarea tan difícil como la de conjugar todos los elementos y ofrecer a cada personaje su momento de gloria.

La película empieza ya con el motor en marcha y todo va in crescendo a partir de ahí ganando en cada paso intensidad, emoción y diversión siendo la mejor película Marvel con diferencia hasta el momento. En Ironman o Thor siempre echamos algo en falta, en Los Vengadores de Joss Whedon pasa lo contrario: nos deja las ganas de más.

Las comparaciones con otras películas del género son absurdas, nada tienen que ver Los Vengadores de Joss Whedon con El Caballero Oscuro de Christopher Nolan, el Watchmen de Zack Snyder o X-men First Class de Matthew Vaughn. Todas ellas tienen virtudes y defectos respecto a un género mucho más rico de lo que algunas personas puedan pensar. Pero, ciertamente, si hablamos de una película de superhéroes que realmente ha conseguido trasladar casi al pie de la letra la esencia del cómic de superhéroes tradicional, sin trampas ni edulcorando la fantasía con parches de realidad, esa ha sido Los Vengadores de Joss Whedon.

Preciosa y tierna historia con el propio cine como tema de fondo. Una producción sobria pero efectiva, sin fuegos de artificio, y muy cuidado en todos sus aspectos. Una película indispensable y obligatoria para todos los amantes del séptimo arte.