La película logra, por momentos, crear algo de tensión. Esta mal dirigida y pésimamente actuada. Es por eso que su corto metraje es un gran punto a favor. Intenta desvelar la connivencia entre la policía, el estado y una red delictiva... algo común en muchos momentos políticos en Latinoamérica, siendo gobierno la derecha, el "centro" o la izquierda, pero carga las tintas sobre la derecha y, a modo de mensaje subliminal, presenta a AMLO como la salvación a esa realidad... a pesar de haber sido lanzada en 2022, es decir, "ignorando" lo que se vive en muchos estados mexicanos.

Con una impecable actuación de Thandiwe Newton, el ignoto director intenta plasmar una supuesta foto de la realidad, pero termina por reducirla a la historia personal de una mujer sola y resentida. Las contrafiguras, que obviamente debían ser hombres, blancos y heterosexuales, se van haciendo malos no por propia iniciativa, sino por el deseo provocador de la "eterna victima". Un caso típico del por qué se creó la "ley del talión" y de cómo, a pesar de tanta modernidad y avances, esta arcaica ley debería aplicarse más seguido en una sociedad marcada por el individualismo y la ampliación de derechos sobre las aptitudes y los deberes.

El piloto es una película de acción "hecha y derecha". No le sobra nada... pero tampoco le falta nada. No pretende otra cosa más que entretener, y lo hace durante todo su desarrollo. Le pasa de lado a los rollos políticos e ideológicos, tan frecuentes y saturantes hoy día. El desarrollo de los personajes es mínimo, lo justo para darle sentido a la trama, evitando perderse en historias secundarias que, en general y para este género, dilatan el metraje y desinflan la marcha. Mantiene las habituales "licencias" de guion, pero sin extralimitarse. Es un film de acción equilibrado, para pasar un buen rato.

Desde el comienzo, la película abandona la estética, el ritmo y el espíritu de la serie en la que afirma estar "inspirada". Es un producto comercial rancio, de baja calidad, con horrores de guión... donde el villano es groseramente ridículo y la policía es terriblemente inepta. Toma una realidad actual como la excesiva exposición en las redes y la probable intrusión de sistemas de asistencia virtual y comunicación, pero es anacrónica en los posibles reparos morales de las víctimas... para una actualidad amoral. Todo esto, sin tomar en serio el subyacente mensaje (¿denuncia?) sobre la "discriminación social" hacia el delincuente perverso y sádico... Si sos fan de la serie, te recomiendo fervorosamente que evites esta decepción.

La serie está muy bien filmada y ambientada, el reparto tiene altos (Helen Mirren) y bajos (Brandon Sklenar), algunos escenarios son imponentes... pero si esperás un Western, uno moderno como el de "Yellowstone", o uno crudo y poético como el de "1883", vas a sentir la decepción, como yo. Es un drama romántico, con aventuras, donde, por más de media serie, Montana se traslada de continente y cambia bóvidos por felinos... No es malo, pero no es un Western, al menos no lo es en sus tres cuartas partes. Podría tener un par de capítulos menos.
"1923" se corre del contexto "Yellowstone", donde cada cual intenta ganar (recuperar o conservar), a su modo, lo que cree merecer y donde los "buenos" (si hay buenos...) serán según con quienes empatice el espectador. Esta precuela fuerza a tomar partido por unos con innecesarias exageraciones de los personajes "malos", recargados de prejuicios y de relatos progresistas.
Deja a la espera de que la tercera trama propuesta, e inconexa, alcance en la siguiente temporada un sentido proporcional a su desarrollo y extensión, y no se quede sólo en un oportuno panfleto ideológico.
Ojalá que en la 2da temporada empiece el Western anunciado... sino, por favor, clasifíquenlo como corresponda.