No tengo claro porque hasta hoy non había visto "La princesa prometida". Seguramente no la vi antes porque pensé erróneamente que era una película "infantiloide". Error! Sí, es para niños pero también es perfecta para el niño interior que tenemos, quiero pensar, la mayoría. Por los comentarios en filmaffinity parece que tengo razón. Bien, nunca es tarde si la dicha es buena. ¡Me en-can-tó! ( de encantamiento también). Ya pasa directamente a ser de mis imprescindibles. De esas películas que podré ver las veces que quiera porque nunca me cansaré. Me da igual si non es perfecta en la técnica. No hace falta porque tiene unos personajes, escenas, frases y diálogos tan poderosos que son historia del cine y que hacen de ella una película tremendamente carismática. Y el carisma yo lo premio... con un 10.

Primero, si puedes vela en 3D. Todavía no he ido al espacio pero me parece que ver esta película es lo más cercano a estar allí aunque tiene sus fallos a ojos de un “espaciotrastornado”. Aun así, se perdonan y si eres ingeniero en Cabo Cañaveral te tocaras mientras la disfrutas.

Ahora, mi crítica...

Bien, pues hacía mucho, mucho tiempo que no salía tan feliz del cine. ¡Qué peliculón! 90 minutos entretenidísimos pese a lo mal que lo paso en esta montaña rusa espacial a la que me he subido con la protagonista. Sí, empatizo totalmente con la angustia que padece ella: una Sandra Bullock que, para mí, por edad y por no ser una top-model, da el perfil perfecto de astronauta americana.

La historia es sencilla y por eso creo que tiene mucho mérito el jugo que se le extrae. Y es que, damas y caballeros, el truco es el de todas las buenas películas desde los tiempos del cine mudo. Me refiero al... SENTIDO DEL RITMO. Un “un-dos-tres-un-dos-tres” que los Cuarón consiguen con un montaje perfecto de planos secuencia que duran lo que tienen que durar.

Los efectos están al servicio de la historia, y no al revés, y que acierto el respetar que en el espacio no se transmite el sonido. Como es en realidad, sólo escuchamos la respiración de la doctora Ryan Stone y las transmisiones de radio dentro de su traje o las naves. Fuera, el sonido ambiente, el de los golpes y explosiones, es sustituido muy inteligentemente por una banda sonora perfectamente equilibrada. Así, con esa contradicción que es la mezcla de silencio y música, resultan más aterradoras las embestidas de la “bestia” que se aproxima velozmente desde la oscuridad. No hay trotar o rugido a lo lejos que nos alerte de sus ataques. Sólo cuando vemos que, presintiéndola, Ryan gira la cabeza, nosotros también nos enteramos de lo que se viene encima.

Esta película es un claro ejemplo de las cosas que me fastidian en el cine actual: 1ª, El abuso de los fuegos artificiales destructivos; 2º, el abuso de los flashbacks; 3ª, El abuso de los diálogos (y poses) grandilocuentes que parece que todo el rato estás escuchando un discurso de Obama y hacen que no me crea a los personajes; y 4º, la pretenciosidad que hay detrás de cada plano (quiero cine, no un videoclip) y que mata el ritmo de la película.

¿La Purga?... La purga habría que hacerla con los productores y guionistas de Hollywood.

La premisa es buena, no es una mala idea, pero se va a tomar viento cuando comienza la acción. Acción que está mal rodada y que va unida a unos diálogos estúpidos y a unas situaciones absurdas.

Y los personajes... buff... Los personajes son muy, muy básicos (planos) y están ya muy, muy vistos. Otra vez un malo en modo Joker que lo único que me provoca es irritación y no miedo o tensión.

En fin, si algo se puede salvar es su corta duración.