Al volver a verla, crece el placer.
Todo es perfecto. Tema, romance, sacrificio, belleza impecable, más allá de lo convencional.
Me quedo con todo.

Me ha gustado. Me ha gustado mucho. Hacía tiempo que no me quedaba embobada sin desconectar para nada y que se me saltaban lágrimas y lágrimas...

No sólo inaudita y magistral, si no que además te divierte, te hace sonreir con todos los dientes fuera, te cautivan los inconmensurables rostros de Newman y Robert, y aplaudes el ingenio, la carta oculta para el final y lo bueno que son los buenos aunque parezcan malos y lo estúpidos que son los malos.

Lo más interesante, ver a Katharine. Ya comenzaba a notarse el párkinson en los movimientos de cabeza.
La cinta, me ha resultado escasa de ritmo y pasión. No se profundiza en problemas que se tocan levemente al inicio. Se plantean incidentes con escasa enjundia pero en general se ve sin dormir y casi con agrado.

Aunque sirve al sentido conformista y sensiblero, se salva de caer en lo mediocre por su expresividad en los primeros planos, la desgarradora "humanización" que va transformando al protagonista y los silencios cargados de intensidad.
Para una mejor calificación, se debería haber tocado más la figura de la madre herida y algo menos del bebé.
Escaso diálogo que podría enriquecerse.