No existe ni creo que vaya a existir jamás una serie de televisión que vuele hasta estas cotas insospechadas de calidad, de profundidad, de estudio y evolución psicológica de sus personajes, de humanidad, de realidad, de nivel interpretativo.
Es y será la mejor serie de la historia de la televisión, salvo que algo más sublime venga a desbancarla (cosa poco probable desde mi perspectiva).
Y lo es porque lo tiene todo: la sabia mano de Alan Ball dirigiéndolo todo, unos guiones que son una lección magistral de vida y muerte, un plantel de actores de primera magnitud en estado de gracia todos ellos y a la vez, realismo y realidad por todos los poros de sus episodios, y la magnitud del antepenúltimo de ellos, seguramente el mejor episodio jamás filmado en la historia del audiovisual.
Nunca HBO volará tan alto, lo cual es casi decir que nunca la tele llegará tan lejos.
Puede haber otros productos televisivos que se acerquen por su interés y calidad, como "Mad Men" o "Breaking Bad", pero no llegan ni llegarán a donde "Six Feet Under" llegó, a cambiarnos la vida.

No es sólo una obra maestra, es toda una experiencia vital reducida a 148 minutos de puro cine con vocación de marcar vidas.
Con una inteligencia que sólo se le puede presuponer a genios como Polanski, el maestro era consciente de que nada se podía añadir al tema filmado sobre el holocausto judío después de que Steven Spielberg pusiera el definitivo punto y final con una de las mejores cintas jamás filmadas en toda la historia, "La lista de Schindler".
Por eso Polanski cambió la perspectiva y humanizó individualizando una de las peores pesadillas creadas por lo peor del género humano. La historia es tan impactante como real y jamás podrá dejarte indiferente. La forma en que está filmada es realmente insuperablemente insuperable.
Por cierto, esta peli contiene en su metraje una de las mejores escenas de la historia del cine: cuando el protagonista interpreta en el piano una composición ante un oficial nazi con todo un mundo desolado y destruído por testigo. Insuperable.

La violencia más agresiva nunca es la física, sino la psicológica. "EN TERAPIA", la gran obra maestra de Rodrígo García en formato de serie para HBO es la prueba más palpable de ello.
Un formato tan original como simple: cinco días de la semana, cinco pacientes en la consulta de un psicólogo cada uno de esos días de la semana. Dos sillones, mobiliario justo y... mucha y buena imaginación para una ...serie exclusivamente sustentada en unos guiones profundos y brillantes y unas interpretaciones asombrosamente perfectas, especialmente las de Gabriel Byrne, Melissa George y la adolescentemente prodigiosa Mia Wasikowska.
La tensión ambiental se corta con la afilada arma de la palabra y las miserias humanas se desgranan sin pausa pero sin prisa.
Tan imprescindible como antológica para conocer por dentro los más oscuros rincones del alma humana. Como dice el lema de la gran cadena norteamericana: "It´s not TV. It´s HBO".

"CREMATORIO", o cuando Canal+ se travistió de HBO y creó por primera vez en nuestro país una serie donde el factor predominante es el cuidado de la calidad absoluta y de la perfección formal y de contenido. Nunca se hizo en este país una serie con este nivel de calidad porque, por primera vez, alguien decidió adaptar de forma hispana los criterios de producción y dirección que han cambiado la ficción televisiva desde el embrión norteamericano del dúo compuesto por HBO y AMC. Ejemplarmente dirigida por el enorme profesional Jorge Sánchez-Cabezudo (director de "La noche de los girasoles") e increiblemente protagonizada por el insuperable José Sancho, se trata de una historia de corrupción urbanística y de personajes tan perfectamente perfilados como reales y existentes por todas partes en nuestra sociedad. Nos muestra desde las entrañas cómo funciona la realidad de este país que recalifica para enriquecer y que crea mafias por doquier al calor de la cocción del ladrillo. Absolutamente imprescindible, por pionera en España de otro tipo de serie y por apasionante.

El cine de verano playero a veces depara sorpresas agradabilísimas como "MOONRISE KINGDOM" de Wes Anderson. Una historia peculiar contada con el más que peculiar estilo de Wes Anderson y un reparto antológico.
No es más que la narración del primer amor de dos preadolescentes. Pero claro, si Wes Anderson anda de por medio, ni ese amor se desarrolla por los cauces normales ni los menores responde a los parámetros habituales. Y todo se hace tan original e inclasificable como interesante.
De paso, una buena tunda que el director reparte contra la educación infantil "militarizada" y conservadora.
Y, como siempre en el cine de Wes Anderson, la presencia arrebatadora de uno de los mejores y más diferentes actores de la historia del cine, Bill Murray, impresionante.