La película se ve bien, no te sales de la trama que, bajo mi punto de vista, está bien elaborada. Muy buena fotografía sobre todo de la dehesa extremeña. Por ponerle alguna pega, que no las tiene, le sobra un poco de chicha y le faltan las dos partes siguientes para completar la Trilogía del Ambroz, aunque dudo mucho que el director quiera continuarlas. Pero igual nos guarda alguna sorpresa.

Rodada en la capital del Valle del Jerte (Plasencia) -aunque los guiños de los realizadores/guionistas/director rotulan el cartel de la ciudad -acertadamente- con el nombre de Vettonia, no sólo por los castros que pueden encontrarse en la zona, sino me parece que es por una alusión personal que solo los que vagan por estos parajes con un poco de suerte acertarán a descubrir.

Con un modesto presupuesto la película no ha tenido todo el desarrollo que debería, pues tiene tres premios y perfectamente podría competir con una buena parte de la insulsa cartelería de Netflix y con la mayoría de Amazon Prime o de las plataformas más visitadas por los espectadores del cine en streaming convencional. Ni siquiera está contando con todo el apoyo que las instituciones deberían dar a este tipo de proyecto, pero eso es harina de otro costal, no quiero salirme del guión.

Resumiendo: buen cine independiente y poco reconocido a pesar de que los actores y el equipo hacen bien su trabajo. Probablemente el tiempo acabe haciendo justicia.

Por cierto ¡falta un perro!