Carismático híbrido que combina el genero Zombie con cierta estética post-apocalíptica a lo Mad Max y dosis de humor negro que por momentos me a recordado bastante a la saga de Evil dead y cualquiera que conozca dichas referencias creo que podrá llegar a una conclusión similar, como ya he podido comprobar en un gran numero de criticas.
Realmente hacia mucho que no me divertía tanto con un producto parecido. Este tipo de películas hay que visionarlas sin tomárselas en serio y sobretodo cuando el propio director claramente no tiene mas pretensiones que simplemente divertir con una historia delirante y que por momentos pueda parecer que no tiene ni pies ni cabeza. Si nos centramos en encontrarle taras y juzgarla de un modo técnicamente objetivo no conseguiremos disfrutar de esta bizarra joyita de la serie B australiana, dejemos los prejuicios y las etiquetas a un lado e intentemos deleitarnos con lo que hay y no pensar en todo lo que falta.
Por otro lado, la estructura principal es la de una Road-movie, con un sin fin de giros de guión a cual mas alocado, con recursos bastante frescos, unos buenos efectos y un maquillaje mas que digno para el modesto presupuesto del que se disponía.
Una buena película para pasar un rato entretenido y descubrir una original reinterpretación del genero. No es un peliculón pero ni lo pretende ni le hace falta.

Buena película de espionaje sin florituras ni innecesarias escenas de acción, con un Gary Oldman en estado de gracia y un reparto en definitiva mas que correcto. La banda sonora es totalmente acorde con la línea del film, igual que su cuidada ambientación. El guión, acertado, pero sobretodo destaca la efectividad visual de su fotografía y en como logra ponernos en situación y absorbernos en una burbuja de grises, tensión y suspense. Desde principio a fin, en sus 120 minutos de metraje, el espectador se verá obligado a prestar toda la atención posible para no perderse en este complicado entramado de secretos y engaños donde cada mirada, cada gesto y cada silencio pueden expresar más que las propias palabras. La premisa es sencilla; encontrar a un topo infiltrado en la cúpula del Servicio de inteligencia británico por parte de los soviéticos en plena guerra fría en los 70´s, con varios posibles candidatos y una partida a dos bandas donde nada es lo que parece¿O si?
El mérito de Alfredson es desarrollar y conducir una historia compleja a través de imágenes de manera habilidosa y dándole un ritmo adecuado para el tipo de argumento del que se trata.
Si esperas espionaje a lo James Bond, Bourne o Misión imposible esta no es tu película, todo llega a su debido tiempo, nada esta mascado y el auténtico disfrute se basa en la apreciación de los pequeños detalles.

Esta es una de esas películas que podría haber dado mucho más de si, A pesar de tener un interesante trasfondo y de invitar a la reflexión sobre un tema que por desgracia suele ser de candente actualidad en los EEUU como es el racismo, a mi parecer, no se llega a abordar el autentico conflicto con la necesaria profundidad y dramatismo que requiere; consiguiendo no obstante, escenas y momentos que nos hacen ponernos en situación y entrar en la historia, pero siempre sin llegar a conseguir un trabajo redondo. De las interpretaciones no hay mucho que destacar, de hecho, bastante sobreactuadas, y tanto Jennifer Connelly como Fishburne quedan desaprovechados en sus roles de secundarios. En ciertos momentos son inevitables las comparaciones y semejanzas con el estilo y las formas de Spike Lee, sin llegar a la credibilidad ni a la esencia de las que dota este ultimo sus largometrajes. El hecho de que esté ambientada en la Universad de Columbus y de que Singleton no haya podido romper con algunos tópicos más que comunes de las clásicas películas de adolescentes hace que de la sensación de haber visto algunas escenas cientos de veces. Por lo general el guión es mas bien discreto y su fotografía, al uso.
En definitiva, película con momentos interesante, con un buen punto de partida y un final adecuado para dejar en el aire la moraleja, que sin embargo no llega a exprimir toda su sustancia. Entretiene pero ni engancha ni apasiona.