La película es muy mejorable a nivel artístico, pero todos cumplen con su papel. No es tan partidista, aunque es obvio que está hecha para un público norteamericano y la escena de la banderita tiene que salir para hacer taquilla.
Por ejemplo, también se ve el punto de vista opuesto y la denuncia del apoyo USA a Iraq, el enemigo de Irán en aquellos tiempos. Hay Iraníes entrañables. Los sentimientos de la familia iraní también se ven, como su radicalidad, igualmente real. En la actualidad casos como el que denuncia la protagonista siguen ocurriendo. Maridos que hacen creer que son muy occidentales y en cuanto pueden engañan y secuestran a su propia familia para obligarla a vivir una vida de esclavitud. En Irán se sigue lapidando a mujeres y niños por motivos como el adulterio siendo viuda. Han manipulado elecciones y asesinado opositores. Se casa a las niñas. ¿A quién extraña que lo que denuncia la película sea real? ¿A cuántas mujeres habrá salvado de seguir el mismo camino?
Buenos y malos hay en todas partes, pero hay gobiernos peores que otros, y el Iraní en estos momentos es de los peores, aunque tampoco apoyaría una guerra contra él. Pero llamemos a las cosas por su nombre.