Haz click aquí para copiar la URL
Críticas de Dick_Laurent
1 2 3 >>
Críticas 14
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
8
29 de septiembre de 2008
12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de ver Maridos y mujeres intuí que, tras esa forma de rodar, cámara al hombro y aparentemente desordenada, no iba a encontrar un atisbo de sencillez. En este pseudo documental, la cámara no está ubicada en un punto exterior a la acción, no es ajena a las situaciones que se desencadenan. Se sitúa en el medio, se mezcla con los personajes, se mueve violentamente, nos transmite la crudeza de algunas secuencias. Y esta intencionalidad queda patente desde el primer minuto.

Maridos y mujeres nos plantea una disección de las relaciones humanas, de las relaciones de pareja. El paso repentino de la plenitud de la vida en pareja a la frustración, de la entereza aparente al derrumbe y la impotencia, son aspectos que están reflejados.

Maridos y mujeres está marcada por el paradigma del cine de Allen, esto es, el gusto por la artesanía y la manualidad, reduciendo el aspecto tecnológico a lo imprescindible. Es una obra que no tiene producción: un guión brillante (nominado al Oscar al mejor guión original) fruto de una mente privilegiada, unos actores solventes y una forma de rodar distinta. La ausencia total de música desprovee a la película de toda comicidad, y también de su componente de ficción, acercándonosla de tal forma que nos parece real.

Woody Allen se vuelve a interpretar a sí mismo. Aunque menos neurótico de lo habitual, da vida a un personaje conformista y desengañado, impregnado de cierto pesimismo. De apariencia frágil, hace del discurso verbal su principal activo.

Maridos y mujeres pertenece a la clase de películas que dejan huella, que perduran en el tiempo, que te hacen crecer por dentro después de verla. Forma parte de esa categoría de películas que alimentan, que nos hacen sentir más sabios. Y que un largometraje consiga esto es mucho, pues cada día hemos de soportar mayor cantidad de películas mediocres y facilonas, hasta dar con una que nos provoque unas sensaciones tan agradables.
Dick_Laurent
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
29 de septiembre de 2008
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Casi todos conocemos a alguien que emigró a otro país en aquella difícil década de los sesenta. Tratándose de un tema tan familiar para muchos españoles, extraña que no se haya tratado demasiado en nuestro cine.

Sin ser una obra fuera de serie, sirve para que todos aquellos que emigraron en el pasado esbocen una sonrisa al verse reflejados en aquellas situaciones, y para desterrar para siempre muchos tópicos falsos sobre el carácter de los extranjeros y su trato hacia los españoles.

Escrita, dirigida e interpretada por Carlos Iglesias, quién le ha visto y quién le ve. Tras encarnar a Benito en Manos a la obra y engendrar a Pepelu en el programa de Pepe Navarro, se estrena en cine de forma aceptable, sin demasiadas pretensiones. Todo lo que se ve en la cinta pasa de verdad cuando dejas tu país para vivir un tiempo en el extranjero.

La despedida es difícil, la adaptación es dura, y unos años después vuelves para sentirte extraño en tu patria. La vida del emigrante entre dos mundos, sin pertenecer completamente a ninguno de ellos. Es que, además, por aquellos tiempos se vivía mejor en cualquier país de Europa que en el nuestro.

No creo que esté edulcorada, ni que sea demasiado sensiblera, como algunos han dicho. Eran circunstancias difíciles y si no, preguntad a alguien que lo haya vivido. Es muy oportuna para quitarnos la venda de los ojos y recordarnos lo que éramos hasta hace no tanto, ahora que España es un país receptor de emigrantes.

En esta historia hay tiempo para la risa y para la reflexión. Iglesias sabe plasmar muy bien esa incertidumbre que se siente al estar en una tierra extraña.

Una de esas obras que se aprecia que están hechas con amor e ilusión, y que transmiten esa ilusión al espectador, que pasa un buen rato viendo las peripecias de los protagonistas. El resultado es una de esas cintas que puedes recomendar con tranquilidad a tus amigos, teniendo la seguridad de que ninguno te va a reprochar que le haya disgustado.
Dick_Laurent
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
29 de septiembre de 2008
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los debutantes Jonathan Dayton y Valerie Faris firman una espléndida comedia off Hollywood. Es una de las sorpresas más gratas del año, no en vano fue nominada para el Oscar a la Mejor Película.

Se trata de una película con situaciones hilarantes e impredecibles, en la que se da otra vuelta de tuerca a la típica familia disfuncional. Los Hoover lo pasan mal, tienen muchos problemas, la vida es muy perra. Pero son felices; se nota, ¡cómo se ayudan los unos a los otros! A la hora de la verdad sus relaciones son de comprensión y cariño.

Es una invitación al optimismo, un intento de enderezar los maltrechos valores de nuestra sociedad, regida por el materialismo, la competitividad y la envidia.

La industria del cine en Estados Unidos es una máquina de devorar actrices una vez que superan la treintena. Toni Collette me parece una de las pocas actrices cuya carrera está resistiendo la aparición de las arrugas.

Greg Kinnear es un tipo que tiene cierto criterio a la hora de escoger sus proyectos. Dio el salto en la magnífica Mejor… imposible, y desde entonces ha alternado fracasos comerciales con alguna incursión en el cine independiente, por ejemplo en Desenfocado, de la mano de Paul Schrader.

Pequeña Miss Sunshine es una forma divertida de pasar el rato; te deja una sensación agradable al terminar. Digamos que es uno de esos casos en los que no se espera nada y nos vamos gratificados.
Dick_Laurent
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
10
16 de febrero de 2007
37 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
Haber trabajado como actor secundario durante veinticinco años, bajo las órdenes de tipos como Woody Allen o Mike Nichols, entre otros, ha dejado tiempo a Rob Reiner para alcanzar su techo como cineasta en 1987, año en que rodó La princesa prometida. Entre las películas que pasaron por mi infancia, siempre recordaré La princesa prometida con un cariño especial. En estos días, al volverla a ver, me he propuesto descubrir si hay buen cine en ella, o si mi fascinación se debe a que la miro con los ojos aún encandilados del niño que fui. A juzgar por la forma en que comienza la historia, parece que empalaga, pero en realidad acaba por hipnotizarme.

Alejándose de las tendencias amorales del cine actual, esta aventura medieval ensalza las virtudes de los seres humanos, es una historia habitada por personas íntegras y honestas.

Sus personajes son inolvidables: el hombre de negro encarna la valentía y la humildad; Íñigo es tenaz y justo; Fezzik une a su desproporcionado cuerpo una sensibilidad entrañable; y la princesa Buttercup es dueña de un corazón incansable si se trata de amar.

En el guión escrito por William Goldman – basándose en su propio libro – encontramos algunos momentos antológicos, perlas en forma de diálogos inolvidables (“Hola, me llamo Íñigo Montoya. Tú mataste a mi padre, prepárate a morir”).

La fotografía de Adrian Biddle, ejecutada con mimo y buen gusto, y los acordes de la guitarra de Mark Knopfler, completan un producto repleto de encanto.

El combate a espada entre Cary Elwes y Mandy Patinkin, unido al brillante intercambio de diálogos previo, ha pasado a la historia del cine.

Íñigo Montoya perdurará para siempre en mi memoria. Estamos, en mi opinión, ante un personaje mítico, imborrable al paso de los años. Dando vida a la leal Buttercup pudimos ver, por vez primera en una pantalla, a Robin Wright ( la Jenny de Forrest Gump ), posteriormente casada con Sean Penn. Es una pena que la prometedora interpretación de Cary Elwes no se haya visto consolidada en ninguna de sus apariciones posteriores. Pese a que recientemente lo hemos visto protagonizando el claustrofóbico thriller titulado Saw, nunca interpretó un papel a la altura de Westley.

En La princesa prometida, el romanticismo vence a la frivolidad, la valentía triunfa sobre la cobardía, el amor prima sobre el odio, y la humildad se antepone a la soberbia. Un hecho representativo de su elegancia y corte clásico es que los malos no mueren: o bien se unen al bando de los buenos, o simplemente son escarmentados.

En fin, una peli que os aportará muchas cosas, os hará pasar un rato muy entretenido, y saciará vuestro apetito cinéfilo.
Dick_Laurent
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
16 de febrero de 2007
13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que Martin Scorsese no sólo ha hecho buenas películas cuando ha abordado el tema de la mafia, o cuando ha figurado Robert de Niro en sus repartos, es un hecho contrastado. La colaboración entre ambos neoyorquinos ha servido varias obras maestras a la historia del cine, valgan Toro salvaje o Taxi driver . Si añadimos el mundo del hampa como tercer factor, me vienen a la cabeza obras tan extraordinarias como Uno de los nuestros o Casino . Pero hay otro Scorsese , igual de admirable. Veamos.

Evidentemente, no estoy pensando en la fallida Kundun , la aburrida Gangs of New York , o El aviador , impecablemente realizada, pero sin alma y de pomposa factura. Es obvio que no se encuentra en forma como creador, pero es el mismo que dirigió la subvalorada Al límite , Alicia ya no vive aquí o After hours , a cuyo comentario se prestan estas líneas.

Conocido en España con el lamentable título de Jo, ¡qué noche! , he aquí un film atractivo, insólito y, además, excelente en todos los aspectos. Me molesta la traducción, porque hace pensar que estemos ante una película estúpida basada en el chiste fácil –tipo otras –, restándole seriedad cuando es esa una de sus virtudes.

Scorsese nos ofrece ahora una visión diferente de uno de los temas capitales de su cinematografía, la noche, esta vez integrada en una especie de comedia surrealista sobre la modernidad, la gran urbe y los seres que la habitan de madrugada.

Aprovechando el asombroso guión de Joseph Minion, Scorsese ofrece a sus colegas un modelo de progresión narrativa y desarrollo argumental. Desde que, prácticamente al comienzo del film, comienza la aciaga noche del protagonista, la trama se alimenta con secuencias entrelazadas de manera magistral, resultando una historia con un sofisticado aire de pesadilla.

After hours representa una oportunidad más para admirar uno de los aspectos más deslumbrantes del cine scorsesiano, los movimientos de cámara, o al menos eso me gustaría destacar: la forma brusca con que se acerca a un detalle divertido o extraño, o cómo la cámara se detiene en el personaje que se dispone a hablar y le rodea lentamente mientras pronuncia su diálogo. hasta captarle desde un ángulo distinto cuando lo termina.

Para ser una historia de absoluta nocturnidad, la fotografía de Michael Ballhaus no resulta demasiado oscura. Hay bastante luz y los colores son muy vivos, lo cual no creo que sea un error, pues el resultado gana en frescura. Prestad atención a la sugerente música del comienzo en la oficina, y al delirante final en la misma...

Os invito a descubrir uno de los mejores scorseses, ajeno al género que le ha situado en la cima, y ajeno a las pautas habituales del cine americano.
Dick_Laurent
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 2 3 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow