Aparente comedia romántica de los ochenta detrás de la que se esconde una dirección ágil y un divertido guión, pero lo mejor es la increíble química de los protagonistas pocas veces vista en una película.

Netflix a diferencia de la excelente calidad de sus series no acaba de acertar respecto al cine. Desde la zafiedad de las comedias de Adam Sandler al cine indie descafeinado de Los principios del cuidado.
La película que nos ocupa es demasiado localista y bastante vulgar, se agradece su tono ochentero