George Lucas y Harrison Ford se reúnen años después de la primera trilogía. El primero sin ideas, y el segundo en un lamentable estado físico (la edad no perdona que se le va a hacer). La película se pierde entre malas interpretaciones y muchos fuegos de artifício. El guión no capta la esencia de las viejas películas, y es curioso ver como un director destroza su propia obra. Por otro lado la originalidad brilla por su ausencia, llegándose a repetir escenas de la primera entrega con nuevos efectos especiales. Lo más triste es que con más medios consigue peores resultados. Los cromas de fondo y los efectos especiales caros pero malos, junto con un mal guión y malas interpretaciones (sobre todo los "malos") hacen de este título un fallido intento de retomar la saga y un insulto a sus predecesoras (las cuales son excelentes). El escritor de esta crítica, enamorado de la trilogía original hubiera preferido no haber visto nunca esta película, el mundo del cine sería mejor si nunca hubiese existido.