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Críticas de Luis Guillermo Cardona
Críticas 3.333
Críticas ordenadas por utilidad
8
3 de octubre de 2012
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si un hombre fuma, bebe, es pendenciero, irrespeta a las chicas, juega al fútbol, corre en autos o en motocicletas, manifiesta homofobia… y apenas sabe coger la cuchara para llevarse la comida a la boca, ¿es muy viril, muy hombre? Lo que yo creo es que juega a ser macho, y en algunos casos, ésta no es más que una máscara para ocultar incompetencias, o en otros casos, inclinaciones que pugnan por salir a flote… y en ocasiones lo logran, aunque “nadie” se entere.

Si un hombre es abstemio, pacífico, sabe remendar su ropa, es cortés con las damas, prefiere la música clásica al fútbol, respeta plenamente la esencia de cada persona… y es capaz de cocinar para sí mismo o para otros, ¿es homosexual, un gay? Lo que en mi profesión he comprobado es que, un hombre de este estilo, se valora tanto a sí mismo como a los demás, que por eso cuida de su propio ser, comparte, se vuelve independiente, y vive la vida a plenitud, sin jugar a las apariencias y siendo, él mismo, con la más plena autenticidad... y de una cosa se puede estar seguro: Nunca le verás entre grupos de hombres que se van muy juntitos al estadio... o que salen de pesca sin mujeres a bordo... o que buscan a las chicas solamente en los burdeles. Ellos, saben conquistar, y se verán con frecuencia muy bien acompañados, pues, resultan muy atractivos para las mujeres de verdad.

Algo así, es lo que ocurre con, Tom Lee, el joven de 17 años, estudiante del internado Chilton, quien por actuar casi exactamente como el segundo Hombre que describimos, es calificado de sister boy (damisela) y ridiculizado por sus impertinentes condiscípulos... y el profesor de educación física, y aún su propio padre, también lo verán como una suerte de desadaptado al que hay que enderezar o sacar del camino. Pero, al avanzar el proceso, se irán transparentando las personalidades, y quizás, pronto entenderemos que las firmes palabras de la señora, Laura Reynolds, tienen mucho peso: “La hombría es mucho más que decir vulgaridades, fanfarronear y escalar montañas. La hombría también es ternura, delicadeza y consideración”.

Obra de gran éxito en Broadway, estelarizada por, Deborah Kerr, John Kerr (sin parentesco), y Leif Erickson, al momento de ser llevada al cine por, Vincente Minnelli, se contó con un guión escrito por el propio autor, Robert Anderson, y el trío protagonista retomó los roles con los que fueran tan aplaudidos en las tablas.

Deborah Kerr, logra aquí una de las mejores actuaciones de su carrera, dando vida a una mujer empeñada en demostrar que la hombría no es aquello de lo que muchos se jactan y pregonan, y en cambio, Sí es lo que muchos ejercen con humildad y respeto. Su rol enaltece a las mujeres al dar cuenta de su sensibilidad, su carácter y su claridad ante la vida. Lástima ese forzado final de castigo impuesto por la obtusa censura que, Minnelli, tiene que reflejar con la carta que un día se descubre, pues, para nosotros, Laura Reynolds se merece toda la dicha del mundo.

Contra todo, <<TÉ Y SIMPATÍA>>, es un filme muy cálido, bellamente realizado, y con un conjunto actoral que logra demostrar que sus personajes los han sacado del alma.
Luis Guillermo Cardona
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8
1 de octubre de 2012
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pionera en los títulos de cine-escuela con niños discapacitados, a la que seguirían títulos como “Ana de los milagros” (1962), “Ángeles sin paraíso” (1963), y otras, <<MANDY>> es una importante película que refleja, con valiosos elementos, el proceso que debe seguirse para ayudar a los niños que nacen con problemas auditivos. Son ya tiempos en que comienzan a invertirse algunos roles y ahora es el padre el obstinado frente a la intuición y la fe que tiene la madre de que en la institución elegida -Royal Residential Schools para niños sordos-, sacarán adelante a la pequeña Mandy, hasta hacerla apta para vivir en sociedad.

Versión cinematográfica de la novela, “The Day is Ours”, de la escritora inglesa, Hilda Lewis (1896-1974), fue el brillante director, Alexander Mackendrick, quien le dio el nuevo rumbo, logrando plasmar un particular triángulo amoroso en medio del difícil proceso mediante el cual, la pequeña Mandy de 6 años, lucha para adquirir el lenguaje que la haga plenamente comprensible. De esta manera, el conflicto familiar alcanza una relevancia central, pues, Christine la madre de la niña, se ve abocada a separarse temporalmente de su marido porque tiene la certeza de que, el escaso, sobreprotector y amargo apoyo que sus suegros, y ellos mismos como padres, vienen ejerciendo con la niña, solo la convertirá en un ser marginado sin posibilidad alguna de socialización.

Es entonces que, la relación entre la atractiva y solitaria Christine, y el profesor Dick Searle -un hombre que a veces juega a ser duro, pero que quiere con sinceridad a los niños y demuestra una profunda vocación-, comienza a estrecharse… y despertará celos... y será motivo hasta para un complot por parte de alguien de la institución que ve con malos ojos al eficiente instructor.

Representada con mucha fuerza y credibilidad por la pequeña Mandy Miller -quien ya había debutado con Mackendrick en “El Hombre del Traje Blanco”-, Mandy Garland es un prístino ejemplo de lo que puede alcanzarse cuando se tiene fe y perseverancia... y cuando se cree, firmemente, en las posibilidades de desarrollo que abundan en cada ser humano.

Se estima que, en promedio en el mundo, uno de cada cien mil niños nace ahora con problemas de hipoacusia. Esta deficiencia genera trastornos emocionales y baja autoestima, limita enormemente la capacidad cognitiva, y con frecuencia, se vive en un gran aislamiento al no conseguir hacerse comprender por los congéneres. Pero, cuando se le trata adecuadamente desde muy temprano y se le cualifica para aprender a hablar o conocer el lenguaje de señas, estos niños se tendrán en mejor aprecio, conseguirán relacionarse con mucha gente, y en algunos casos, hasta podrán ser creadores, artistas o convertirse en seres de alta utilidad para quienes padecen el mismo tipo de problemas. Presten mucha atención al personaje del filme, Jane Ellis, para que conozcan a una mujer ejemplar.

Al terminar de ver a, <<MANDY>>, sentí haber estado ante un filme enaltecedor, ejemplo de perseverancia y de fe, en el hombre y en la ciencia. Muy recomendable.

Título para Latinoamérica: MURALLAS DE SILENCIO
Luis Guillermo Cardona
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7
18 de agosto de 2012
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Definitivamente, me debo la lectura del libro “El guardián entre el centeno” de J. D. Salinger, pues, como me ha ocurrido anteriormente con al menos otro par de obras (“El filo de la navaja” y “Un curso de milagros”), éste me persigue de tal manera que solo puedo atribuirlo a la ley de causalidad. Sin proponérmelo en lo más mínimo y sin referencia alguna, en menos de un mes llegaron a mi ¡cuatro películas! que hacen referencia al polémico libro (“Pleasantville”, “El coleccionista”, “Bowling for Columbine” y “Conspiración”). Algún tiempo después volví a verlo citado en “Regalo para soltero”… y ahora me encuentro con “DESCUBRIENDO A FORRESTER” cuya historia nos recuerda, de alguna manera, los tiempos de ermitaño de su atribulado escritor.

J. D. Salinger (Jerome David Salinger, 1919-2010) fue un newyorkino de clase alta que llegó a ser novio de Oona O’Neill, quien le dejaría para casarse con Charles Chaplin. Fue soldado de infantería durante la Segunda Guerra Mundial e hizo contraespionaje luego de terminada la guerra. Escribió numerosos relatos que le publicaron en diversas revistas y finalmente, en 1951, publica su corta novela “El guardián entre el centeno” que se hizo muy popular entre los jóvenes de colegios y universidades, pues su personaje central, Holden Caufield, al parecer es un adolescente inmaduro y desadaptado, pero de estimable agudeza. El carácter mítico de este pequeño libro, se lo ha ganado tras descubrir que diversos criminales, entre ellos el que atentó contra John Lennon, lo tenían entre sus pertenencias. Con posterioridad a su gran éxito, Salinger publicó varias series de relatos, pero un día entró en un fuerte ostracismo, asumió un encierro voluntario y sus últimos escritos jamás los publicó. “Los sentimientos de anonimato y oscuridad de un escritor –declararía un día- constituyen la segunda propiedad más valiosa que le es concedida”.

Inspirado en la vida de Salinger, con base en un guión de Mike Rich, y siguiendo la huella de su gran éxito “El indomable Will Hunting” de la cual retoma diversos tópicos narrativos (relación maestro-alumno bastante huraña en principio, chicos genios y marginales, recomendaciones para autoencontrarse y para enamorar, profunda empatía superada la hostilidad…), Gus Van Sant logra contarnos una historia interesante, pero sin duda menos vital, veraz y significativa que la de su filme precedente.

Sean Connery luce un tanto cansado y no consigue, ni de lejos, el poderoso tono que logra Robin Williams en “El indomable…”. Mejor -pero sin llegar tampoco a la altura de ese Matt Damon que aquí se da una pasadita como para recordarnos el éxito de tres años atrás-, es la labor del joven debutante Rob Brown, quien como Jamal Wallace, logra redondear una figura bastante carismática y significativa para los avances del entendimiento que sigue consolidando la era Obama.

Interesantes lecciones de cómo escribir, algunos apuntes necesarios a nuestra prejuiciosa sociedad, y diversos momentos de sentida calidez, hacen de “DESCUBRIENDO A FORRESTER” una película digna de cierto aprecio.
Luis Guillermo Cardona
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10
9 de agosto de 2012
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
“En verdad, hay más en nosotros de lo que soñamos porque somos parte de algo intenso y grandioso. Apenas nos conocemos de forma imperfecta y quizás nunca seamos conscientes de nuestro enorme potencial, pero muy cerca de nosotros, dentro de cada uno, está la Fuente de toda luz, el Alquimista Soberano que nos permite transformar el plomo de la vida en oro, si conseguimos desearlo con todo nuestro ser”.

Las anteriores, son palabras escritas por la estadounidense, Helen Keller (1880-1968), cuando logró la trascendencia de su vida convirtiéndose en escritora de varios libros y de numerosos artículos que siempre da gusto leer. Helen -quien sirve de especial ejemplo de los alcances a los que puede llegar una niña nacida ciega, sorda y muda-, había estudiado en la universidad Radcliffe y fue la primera persona de la historia que, con tales discapacidades, obtuvo un título universitario. De orientación socialista, Helen se mantuvo comprometida con la causa de los marginados y su experiencia espiritual consiguió hacer de ella una persona de elevada conciencia y altamente estimada por todos los que la conocieron o han sabido de ella.

Su relación, desde los 7 años, con Anne Sullivan -la maravillosa maestra que, con su primera alumna, se arma de paciencia, denuedo y firmeza, para conducirla al autoencuentro y al aprendizaje de los recursos necesarios que hicieron de ella un ser sociable debidamente interrelacionado con su entorno- la misma, Helen Keller, la convertiría en una autobiografía titulada, "The Story of My Life" (1903)... y después de ingentes esfuerzos, consiguió convertirse en un guion televisivo (presentado ya como, "The Miracle Worker", en la serie Playhouse 90) y luego en una exitosa obra teatral, escritos ambos por William Gibson, que tres años después su mismo director, Arthur Penn, con las protagonistas, Anne Bancroft y Patty Duke (de 16 años entonces), trasladaría al cine logrando una de las más significativas y valiosas obras de arte de los años 60'. Un verdadero tour de force es el que llevan a cabo las dos actrices -justamente compensadas con el premio Oscar- dejando para la posteridad un ejemplar ejercicio de compromiso, autoridad y redención.

Ejemplares actuaciones de todos los intérpretes; una sentida banda sonora que da fuerza a cada escena; y una sorprendente historia donde el drama se entremezcla, muy gratamente, con equilibrantes toques de comedia, hacen que, <<EL MILAGRO DE ANA SULLIVAN>>, se convierta en un filme cálido y aleccionador por donde se le mire.

“¿Y acaso la vida del alma es menos importante que la del cuerpo?”... Tienes que haberlo vivido para poder comprenderlo.

Título para Latinoamérica: ANA DE LOS MILAGROS
Luis Guillermo Cardona
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9
6 de agosto de 2012
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
En una modesta escuela de Francia, enseña un maestro de los que no abundan. Se llama, Daniel Lefevbre, y aunque ha visto como los cacos desmantelan el plantel en tres ocasiones y siente cada día la incompetencia de la asistencia social del Estado -en la que el exceso de labores de las escasas empleadas en servicio no les permite satisfacer las demandas de las numerosas instituciones educativas-, él se mantiene firme frente a su compromiso de sacar adelante a tantísimos pequeños que cada día reclaman afecto y formación.

Daniel, es un hombre del común. Su pedagogía incluso le merece reparos “al gran jefe”, pero, tiene a su favor un gran corazón y un fervoroso empeño en la labor que desempeña. Habiendo sido víctima de una infancia difícil, quizás eso lo alienta a procurar que, los niños de hoy, tengan mejores oportunidades. Su presente podría decirse que es satisfactorio, no solo por su profesión donde los niños con sus sonrisas y su entusiasmo lo premian cada día, sino porque tiene a su lado a Valéria, una preciosa artista plástica que le brinda su apoyo y su especial afecto.

Pero cada día, en su labor como rector, Lefevbre asistirá a un nuevo drama familiar… a la visión de un niño maltratado... al encuentro de una bebé abandonada… a la ausencia de recursos para abrir nuevos espacios… y en medio de cada conflicto cotidiano, él hace habitualmente lo mejor que puede, y su excelente grupo de colaboradoras le ayuda con enorme voluntad a sobrellevar la carga.

Tengo un grato recuerdo del director, Bertrand Tavernier, pues, con varias de sus notables películas (“Le juge et l'assassin”, “L'Horloger de Saint-Paul” y otras que, en los 80's, conseguíamos en 16 mm, realizamos diversas proyecciones del Cine-club Itagüí que, por entonces, tuve el gusto de dirigir. El público las acogía muy bien, porque sus temáticas nos tocaban directamente ya que muchos habíamos sentido en carne propia, o muy de cerca, las improcedencias de la “justicia”.

<<HOY EMPIEZA TODO>>, me renueva en el reconocimiento de su notable talento y me complace saber que sigue dándole al cine obras tan meritorias como ésta. El guion, escrito por él mismo en compañía de su hija, Tiffany Tavernier, y de, Dominique Sampiero, es sociológico y humano hasta la médula, y da plena evidencia del enorme descuido en que se sigue teniendo a las escuelas en una gran parte del mundo... y una sociedad que descuide la educación de sus niños, está atentando contra su futuro.

Philippe Torreton, logra una carismática representación del rector-profesor contestatario e inconforme, a quien algunos de juicio fácil asumen como comunista, pero, bien sabe él que, en ciertos sistemas, todo el que defienda la dignidad y la justicia será tildado de alguna forma que lo estigmatice y lo ponga en riesgo. Maria Pitarresi, logra también dar vida a una adorable Valéria, cuyo compromiso con el hombre que ama trasciende su intenso romance y se proyecta hasta la labor educativa que ambos ejercen con denuedo.

Siento que, Bertrand Tavernier, ha puesto el dedo en la llaga y ha encendido una luz de esperanza.

Título para Latinoamérica: TODO COMIENZA HOY
Luis Guillermo Cardona
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