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España España · Granada
Críticas de Kikivall
Críticas 1.985
Críticas ordenadas por utilidad
6
16 de octubre de 2022
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La filmografía dedicada al cine social es amplia con obras muy buenas. Cine con capacidad para movilizarnos interiormente, porque cuenta historias veraces, muy creíbles que claman al cielo por injustas.

Como dijo James T. Tedeschi, el “poder”, cuando es utilizado para obligar al hombre por caminos, provoca malestar y la violencia. La agresividad humana, pues, está relacionada con la vivencia y la percepción de abuso hacia los demás.

"A modo de preámbulo"

En la grande, hermosa y lírica despedida de Las uvas de la ira (1940), de John Ford (novela de Steinbeck), se puede escuchar a Henry Fonda: “Donde haya una posibilidad de que los hambrientos coman, allí estaré; donde haya un hombre que sufre, allí estaré…”.

Ocurre igual en otra insigne obra de Preston Sturges, Los viajes de Sullivan (1941), cuando el director de cine John L. Sullivan, harto de hacer cine comercial quiere rodar una película comprometida con la realidad social del país, la miseria y el sufrimiento.

En el cine actual, Ken Loach (Sorry we missed You, 2019; Yo, Daniel Blake, 2015; Lloviendo piedras, 1993) y los hermanos Dardenne (El niño de la bicicleta, 2011; Dos días, una noche, 2014) han dedicado su cine a hablar de personas que tienen difícil la supervivencia, gente bordeando la necesidad y amenazados.

"La película de Botto"

Nuestro director Juan Diego Botto, que no puede negar su influencia de los Dardenne o Loach, da fe en esta cinta, que ha visto las pelis de los maestros mencionados. Pero la excelencia de Loach y otros, no la consigue con mucho.

Es un filme iracundo y emotivo, irregular y turbado, parece documentado, pero deviene naif. Finalmente, lo que lo mantiene a flote es la emotividad y la enjundia de los actores.

Pero pierde en el afán por contarlo todo o la imposible aspiración por presentar a cada personaje en custodio de una verdad última y casi sagrada, pecando a veces el guion de cierta extrema voluntad de verismo.

El filme cuenta la historia de tres personajes que en 24 horas van a ser desahuciados, como el personaje de Cruz. Explora esa situación de estrés y cómo el afecto y la solidaridad pueden ser un motor para salir adelante o al menos de consuelo (como se podía leer en el libro de Elliot Aronson: El animal social: “la desgracia busca compañeros desgraciados”).

El abogado, interpretado por Tosar, corre de manera desesperada por los laberintos de la burocracia para que una madre no pierda a su hija. Y no hay que olvidar a Christian Checa como el hijastro, al que se le pega la filantropía del padrastro. Font García afronta el terrible final de su madre, que le había avalado con su vivienda un negocio ruinoso.

La cámara se mueve agitada y nerviosa. Por momentos hay demasiada teatralidad y todo queda detenido en un rostro desolado. Pero siempre, y pese a las irregularidades y dudas, queda la certeza de lo evidente; el rigor de lo injustamente invisible.

Botto no es de los que se calla y de ahí que su película vaya por frente y por derecho, con honestidad, enfocando aspectos de la realidad que otras cintas no abordan, desvelando injusticias, de eso no hay duda.

Así y todo, la obra no está en lo alto del gusto compositivo, aunque tiene un montaje consistente, que mantiene cierta intensidad en el metraje. Pero por algún lado pierde.

Destacan los excelentes trabajos actorales de un Tosar desbordante de humanidad y una Penélope Cruz contenida y eficiente. Y los dos principales protagonistas son complementados por unos buenos actores de reparto, como el propio Botto, junto a Adelfa Calvo, muy bien como la madre sola y suicidal.

No dudo que había en Botto la convicción de que tenía algo que contar en esta película. Pero siendo sincero, yo no salí de la sala muy entusiasmado.

Publicado en revista Encadenados: https://www.encadenados.org/rdc/sin-perdon/6689-en-los-margenes-2
Kikivall
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7
4 de junio de 2022
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entre la autobiografía y los libros de autoayuda está esta obra donde Louis (Campan) dirige y gestiona una empresa de pompas fúnebres. Es un hombre divorciado y solitario que vive dedicado por entero a su trabajo.

Un día se cruza con Igor (Jollien) con motivo de un pequeño accidente, un personaje singular, un espíritu perspicaz y cultivado en un cuerpo minusválido como consecuencia de una parálisis cerebral (enfermedad que afecta a la motricidad, pero no a lo intelectual).

Igor, además de repartir verduras ecológicas, trabajo con el que se siente feliz, tiene una inteligencia fuera de lo común que cita igual a Sócrates, Nietzsche y Spinoza, entre muchos pensadores más que lee asiduamente.

Por una travesura de Igor, ambos emprenden un viaje en el coche fúnebre de la empresa para transportar el cuerpo de la difunta Madeleine, al lugar donde debe ser enterrada. El recorrido se verá salpicado de encuentros y anécdotas varias: el encuentro con una autoestopista de despedida de soltera, una comprensiva prostituta y un funeral con un sorprendente giro de guion final; la cosa es que ambos personajes irán conquistando la libertad y aprendiendo a amar la vida, liberándose de prejuicios y ataduras. Acabarán siendo grandes amigos.

Este filme consigue que pasemos de la sonrisa a la emoción. El título original en francés, Presque (“casi”), proporciona pistas, pues uno de los protagonistas es “casi” normal.

En inglés, este tipo de películas se conocen con el nombre de feelgood movies, siendo como en este caso, un cine optimista, con buen humor, buen rollo, reconfortante, agradable, que incita a la felicidad y con una visión positiva de la vida.

Está bien protagonizado, dirigido y escrito por Bernard Campan y Alexandre Jollien basándose libremente en su auténtica relación de amistad. Una historia en la cual, enternece el contraste entre las barreras mentales que atenazan a Louis, que encerrado en sí mismo, se niega a aceptar su soledad, y el buen ánimo con el que Igor, que es muy consciente de su situación, se enfrenta a sus limitaciones.

De cómo surgió la idea de hacer una película inspirada por su propia amistad, reivindica Jollien declaró durante su visita al festival de Málaga, donde ganaron la Biznaga de Plata Premio del Público: «La base del guion es nuestra amistad”, explica su compañero de proyecto y amigo Alexandre. “Nuestra relación está basada en el progreso interior. Había que encontrar una historia y unos personajes que dieran forma a esas ideas».

Bernard Campan le vio en televisión hace veinte años y quedó fascinado por su discurso y capacidad de comunicación. Se hicieron amigos. «Me conmovió profundamente escucharlo; hablaba de una filosofía de vida orientada al interior, al arte de vivir. Moví cielo y tierra para encontrar su teléfono y me puse en contacto con él», contó Campan en Málaga.

Como dato de interés, Alexandre Jollien, es natural de Suiza (1975) y sufrió en el parto una atetosis que le provocó discapacidad neuromotora. De pequeño, sus padres creyeron que lo mejor para él era internarlo en una Centro de educación especial, donde vivió hasta la adolescencia. De ello da cuenta la cinta.

Un amigo cura le animó de jovencito a superar sus dificultades con la ayuda de lecturas filosóficas. Con el tiempo, se convirtió en un escritor y divulgador con éxitos de ventas como El oficio de ser hombre y El filósofo desnudo.

Actualmente es un escritor y filósofo, licenciado por la Universidad de Friburgo, que fue galardonado por la Academia Francesa con el premio Mottart de ayuda a la creación literaria y el premio Motyon de literatura y filosofía. Elogio de la debilidad, fue su primera obra.

Jollien y Campan no intentan ponerse estupendos en las distintas secuencias de la película, más bien transmiten con sencillez su reconfortante mensaje. Su historia es la suya y pese a que es imposible no enhebrar referencias, aciertan con algunos quiebros elegantes cuando la trama parecía abocada a lo trivial. Podría decirse incluso que la obra tiene un valor terapéutico.

La película aborda los prejuicios, la mirada del otro, toca temas sensibles y lo hace de una manera profundamente transparente, sin imposturas, sin condescendencia, en tono afable y directo que no ofende ni trivializa.

Publicada en revista de cine ENCADENADOS: https://www.encadenados.org/rdc/sin-perdon/6600-mentes-maravillosas-2
Kikivall
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8
2 de julio de 2019
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vi esta película en el Cine Victoria, en la calle Bolos de mi ciudad, en zona atlántica del sur español. Era yo un adolescente y me gustó este memorable drama. Me gustó porque el gran Vittorio De Sica construye una hermosa historia romántica con dos grandes del cine que además están inconmensurables: Marcello Mastroianni y Sophia Loren, nada más y nada menos. Sin olvidar a la estupenda actriz rusa de mirada triste, Lyudmila Savalyeva.

El film, tiene además un magnífico, fluido y emocional guión de Tonino Guerra, Giorgi Mdivani y Cesare Zavattini. A lo cual se une la maravillosa y envolvente banda sonora de Henry Mancini y una sensacional y bella fotografía de Giuseppe Rotunno.

Hay bellas e idílicas escenas, la historia que cuenta atrapa al espectador y el encuadre histórico es muy interesante, II Guerra Mundial, el protagonista en la División Aloina en pleno frente ruso, un amor a la espera, el de Antonio, un soldado italiano y Giovanna, una joven napolitana. En fin, amor, agradecimiento, fidelidad, lealtad o generosidad, todas ellas cualidades humanas complejas y también aleccionadoras. Y presidiendo la historia una pregunta para cada espectador que la vea: “¿Qué harías tú en esas circunstancias?”. Ahí es nada. Y tras el ‘dilema’ uno de los finales más emotivos del cine universal.

Me gustó cuando la vi en los setenta y me siguió gustando no hace mucho cuando la pude ver de nuevo. Todo un melodrama profundizando en los sentimientos humanos.

Es sin duda una bellísima película que yo recomiendo a los amantes del cine, un cine serio y hermoso que junta un repóquer de ases entre sus artífices: el productor Carlo Ponti, De Sicca al mando, la pareja de moda de la época, Sophia Loren y M. Mastroianni, y H. Mancini a la batuta.
Kikivall
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10
13 de mayo de 2019
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mientras estuve en el internado de los salesianos, siete años nada menos haciendo el Bachillerato, una semana de cada curso se suspendían las clases para dedicar la tal semana al cine (San Juan Bosco, fundador de los salesianos, es el Patrón del Cine). Visionábamos entre 2 y cuatro películas cada día, con sus fórum, discusión sobre la cinta, etc.

Para mí, loco por el Séptimo Arte, aquellas semanas fueron un regalo de incalculable valor, pues aprendí mucho y quedé ya sensibilizado al cine de calidad. En esos años visioné películas clásicas, “La diligencia”, “Qué fue de Bay Jane”, etc., y como no podía ser menos: “Ciudadano Kane”, para muchos, una de las mejores películas de todos los tiempos. En mi colegio pude disfrutar de ella varias veces

No voy a añadir nada a lo ya mil veces dicho por grandes entendidos. Pero sin duda esta obra es GRANDE, una verdadera obra maestra en la que el genio de Orson Welles brilló, tanto en su magistral dirección que recogía todos los avances del cine sonoro recién inaugurado, en su labor de guionista (Welles junto a Herman J. Mankiewicz – libreto que mereció un Oscar), como en su inconmensurable trabajo actoral encarnando al poderoso hombre de la prensa norteamericana Charles Foster Kane (tras de cuyo personaje está la vida del magnate William Randolph Hearst).

Los casi 120 minutos son un prodigio del cine más elevado, del mejor, un cine en el cual sobresalen al unísono los avances técnicos junto a la carga dramática conducida por un guion de maestros sobre un hombre poderoso, un hombre hecho a sí mismo desde niño, que acaba expirando con la misteriosa palabra en su boca: ”Rosebud”.

Lujo de luces, sombras y texturas en la genial fotografía de Gregg Toland (B&W), envolvente música de Bernard Herrmann, impresionante reparto (Orson Welles, Joseph Cotten, Everet Sloane, etc.), perfecta puesta en escena y una cinta que sorprende a cada instante.

Si yo recomendara dos películas estas serían: “La diligencia” (1939) de John Ford (https://www.filmaffinity.com/es/user/rating/559502/288500.html); y esta que ahora comento. Ciudadano Kane no ha envejecido, es un icono de la cinematografía universal y vista de nuevo, es como si la vieras por primera vez.
Kikivall
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7
31 de enero de 2019
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
De Norman Jewison me gusta hablar, es un director bueno, no diré cimero, pero sí de los muy buenos del cine hollywoodiense: “En el calor de la noche”, “El violinista en el tajado”, y más… Pues bien, en esta cinta hace un trabajo muy meritorio pues acierta a sacar todo el jugo a un gran guión de John Patrick Shanley, y sacar adelante una historia de amor a la italiana en Norteamérica, nada raro. Amores, infidelidades, viudita, en fin: ensalada de fruta. O sea, una divertida comedia con tres Oscar (nada menos), a Cher (actriz), Dukakis (de reparto) y mejor libreto (Shanley). Pero sobre todo que cuando al principio parece que va a ser una plasta, todos estos ingredientes que he mencionado, más la músicade Dick Hyman o la gran fotografía de David Watkin; sin olvidar al pobre de Nicolas Cage, que cumple; todo eso, digo, hacen de esta cinta una delicia.

Divertida, simpática, atractiva y entretenida: ¿qué más?
Kikivall
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