Otro cutre thriller de acción palomitera que todo lo justifica a base de tiros. Por lo visto está escrita o producida o yo que sé por Luc Besson, un tipo que igual te cocina un delicioso pato a la naranja (León, el profesional) que te quema una tortilla precocinada del Mercadona (ésta, por ejemplo). Contagiado por el trepidante ritmo (con estúpidas ralentizaciones) de la peli, voy a hacer mi crítica a toda leche, lo que requiere que la leáis lo más rápido que vuestra profe de preescolar os enseñó.

¿A qué viene el título de tu crítica? - ¿A qué viene el título de la peli?
Lo justifican al final ¿no? - Tú eres tonto.
¿Qué tal Rhys Meyers? - Muy justito.
¿Travolta? - A lo Nicolas Cage
¿Eso es bueno o malo? - Llevo años haciéndome esa preguna.
¿BSO? - Machacona intentando pasar por sofisticada, lo odio.
¿Buenas escenas de acción? - Nada que no haya visto.
¿Buena dirección? - Digamos que Morel sabe encender la cámara.
¿Buena trama? - Buena excusa.
¿Violencia gratuita? - ¿Eres imbécil?
¿El guión se toma licencias? - Gracias por contestarme con tanta elocuencia.
¿Recomiendas verla en el cine? - Tanto como pagar para ver porno.
¿Sale bonito París? - El ascensor de la Torre Eiffel es muy cuco.
Diga algo bueno del film, malaje. - Un chiste me hizo gracia.
¿Cuál? - No me acuerdo.
Alguna conclusión - Los superhéroes están acabados, es la era del agente secreto chulo con chupa de cuero.
Algún comentario inútil - Travolta parece sacado de Star Trek.
Alguna petición - Unas vacaciones para Besson. Y una tila para mí.

Notable aunque mejorable adaptación de uno de los mejores autores que hay, con lo que ya te aseguras una buena historia, a lo que se le añade una lograda ambientación, muy trágica, triste y desoladora con planos muy bien hechos.

Es una reflexión sobre los instintos de supervivencia y la pérdida (o no) de la inocencia en un escenario post-apocalíptico de esos que a Hollywood tanto le pone últimamente. Y he de decir que de momento, esta es la mejor película que se ha hecho sobre el fin del mundo, precisamente porque no va sobre el fin del mundo. La acertada dirección hace que te importe un comino cómo sucedió todo o por qué y pese a lo dramático y violento de la cinta, se insinúa más de lo que se muestra, haciéndonos un nudo más gordo en la garganta.

Viggo está enorme, uno de sus mejores papeles. Me encantó también el gran Robert Duvall en su corta intervención y por lo general, el escaso reparto cumple. Los peros: la voz en off y el final no iban acorde al resto de la película.

Hay quien la encontrará aburrida al ser pausada y escasa de acción, pero muy recomendable para los que esperábamos historias apocalípticas sin sobredosis de efectos especiales.

Más de una vez he disertado por aquí sobre lo complicado que es hacer cine cristiano.

Por eso, para mí esta serie ha supuesto una enorme sorpresa, porque sube el nivel muchísimo en lo que a producciones cristianas se refiere. Como creyente, me he visto docenas de películas cristianas y al final, las aplaudes como al niño que ha intentado hacer una chilena, golpea al aire y casi se parte las cervicales. Se agradece el intento, pero no hay nivel.

The Chosen no solo le da al balón, sino que lo clava en la escuadra.

Y es que, al igual que en la música cristiana, aparte de la letra, hemos asimilado que haya solos de guitarra, harmonías, arreglos, coros, samples y 200 pistas de sintetizadores, en el cine cristiano debe haber algo más que el mensaje que ya todos conocen. Cientos de películas cristianas se han quedado simplemente en decir que Dios es bueno y que debes creer en Jesús y han descuidado todo lo demás que debe ofrecer una película.

Y los creadores de The Chosen han estado muy finos aquí. Han cuidado los diálogos muchísimo, han jugado con el guion, han utilizado el lenguaje visual, han mimado a los personajes, sus relaciones... Se nota que ha faltado pasta para mejorar la ambientación o vestuario, pero aun así, vemos que, parafraseando a Pedro, "lo que tengo, te doy".

Y el principal acierto para mí ha sido lo que muchos otros han criticado: lo que se inventa. The Chosen respeta todo lo que dice la Biblia, pero hace freestyle con lo que no dice y sabe mezclar perfectamente el guion con las escrituras. Especula con lo que pudo haber pasado sin contradecir la Palabra. Ahí es donde gana muchos puntos, porque puede mostrar el mensaje de siempre, desde perspectivas muy distintas y más humanas.

Personajes como Pedro o Mateo perfectamente pudieron ser tal y como se les representa. O no, ¿qué más da? Toman indicios y construyen caracteres con aristas, con sus más y sus menos, que distan mucho de la perfección con la que se suelen escribir los personajes cristianos, todos virtuosos y planos. Eso hace que la serie sea de interés y que enganche incluso a aquellos espectadores que no son conversos.

Quizás descoloca un poco el sentido del humor tan millenial que gastan, pero mira, no me voy a quejar por eso, porque encima hay puntazos buenísimos.

Para mí, un milagro en la industria. Jamás pensé ver una producción cristiana de este nivel. La falta de presupuesto siempre es un inconveniente, pero como siempre digo, escribir un buen guion es más barato que rodar una explosión.

El Libro de Eli es una especie de película del oeste apocalíptica, menos entretenida y más reflexiva de lo que cabe pensar en un principio. Las comparaciones con The Road son inevitables, ya que comparten escenario, fotografía, sensaciones, ambientación, detalles argumentales, etc. pero difieren en sus intenciones.

Ésta tira más por el camino espiritual y para ello convierte a Denzel Washington en un misionero con un toque Oldboy, una especie de último profeta. Muestra acertadamente la religión como un arma de doble filo: un motivo para la paz y la esperanza individual y universal, y un instrumento de manipulación masiva.

La dirección es a ratos videoclipera, en modo trailer. Hay un par de travellings espectaculares pero que no lucen como debieran. Denzel convence pero Gary Oldman vence, hace un buen trabajo en su papel de villano. A veces es un poco falta de ritmo, el guión cojea y es mejorable en muchos aspectos, pero es entretenida y con intenciones simples pero no por ello cutres.

No es un peliculón pero es recomendable para aquellos libres de prejuicios religiosos o al menos, que sepan dejarlos en casa. Y si no, consideradla ciencia-ficción.

Dignísimo final a la saga de Disney que más marcó mi infancia. En mi opinión es la menos divertida de las tres, pero es la que más me ha tocado la patata con unas escenas realmente conmovedoras y un uso estupendo de la música.

Aunque mi nota sea menor a la que le puse a las otras dos, no las desmerece en absoluto, pero me esperaba gags más graciosos con ese humor que últimamente gasta Pixar y sobre todo, esperaba algo que se saliera de lo convencional, pero entiendo que no se le puede pedir a Pixar que se salga de los moldes de lo comercial porque no debemos olvidar que al fin y al cabo, es un producto para niños.

Además, me habrá pasado como a Andy, he crecido, me han salido pelos por todos sitios y el encanto que tenían Woody y Buzz ha bajado en beneficio de los móviles, la Play, el PC... Es la ley de vida del juguete, qué le vamos a hacer.

Hay que verla y despedirse de estos cacharros como se merecen, que aunque para muchos no lleguen más allá del infinito, no pueden quedar olvidados en un ático.