La primera secuela de Denzel y Antoine no consigue ofrecer el mismo ritmo ofrecido por su predecesora, con un primer acto que se prolonga demasiado para explicarnos la aburrida y calmada vida del protagonista, al que le siguen otros dos en los que, si bien es cierto que sufren cierta aceleración, en ningún caso llegan a justificar la enorme perdida de tiempo de la que hacen alarde. Centrándose en tramas y personajes secundarios que no aportan ningún tipo de emoción ni entretenimiento, la película se precipita hacia un final muy apresurado y poco definitivo.

Por otro lado, las escenas de acción, brutales y salvajes, son sin duda lo que el espectador más disfruta desde su asiento. Aunque son solamente unas pocas, se demuestra que en este aspecto esta a la altura de otras películas del género como "Atomic Blonde" o "John Wick", si bien este filme no sigue sus mismos pasos, dejando de lado el carácter teatrero de estas dos y centrándose más en la brutalidad de la acción en si misma.

Se trata de una secuela que acaba por matar el interés generada por la primera.

Las escenas lentas, los intrascendentes diálogos, el insignificante protagonismo de Bellucci, la carencia de ánimo de Seydoux y la pobre profundización en el villano Waltz, hacen de esta obra una insípida despedida.

Partiendo de la base de que la película procede de las mentes de los creadores de "Workaholics", era de esperar una cinta extravagante, sin sentido y banal. Con un guión que hasta un niño de 10 años podría haber escrito tras ver por primera vez "La Jungla de Cristal" y tres protagonistas interpretando sus usuales, y ya repetitivos, papeles, la película pasa de lo absurdo a lo estúpido en cuestión de segundos.

En una noche con nada mejor que hacer y acompañada de una Coca-Cola y una gran bolsa de palomitas, uno quizás podría encontrarla entretenida, suponiendo que no te quedes dormido en el sofa primero.

Antes de verla ya había oído a varias personas clasificarla como mejor que su antecesora, incluso había leído alguna que otra crítica que mencionaba la superioridad de esta nueva cinta en todos los aspectos. Pero, sinceramente, en pocos aspectos y momentos me parece que esta continuación sea mejor que la original.

Viene cargada de mucha más acción que la original, lo cual se agradece. Sin embargo, estas escenas que antes aportaban un mayor ritmo a la narración, ahora parecen adormecerla. Quizás, entre otras cosas se deba al exceso de CGI empleado en según que momentos, en los que fácilmente se aprecia que están a medio cocer.

Por otro lado, el personaje interpretado por Baccarin se ha convertido en tedioso y totalmente prescindible, aportando poco a las escenas en las que se encuentra presente y que acaban por parecer eternas y totalmente soporíferas.

Sí que es destacable y muy valorada la inclusión de nuevos y extravagantes personajes al filme aportándole cierta frescura que nos haga olvidar el hecho de que las segundas partes nunca fueron (tan) buenas.

En definitiva, se trata de una secuela que con algún roto aquí y allá se precipita hacía un final poco definitivo y cuestionable, donde la continuidad del personaje queda en incógnita, a falta de un guión para una tercera parte que merezca realmente la pena.

La magnifica personificación del genio a través de Fassbender, la cálida interpretación de Winslet, el repetitivo estilo e hilo narrativo y la atención principalmente centrada en la empresa y no en el personaje, hacen de este filme una obra meramente entretenida y no reveladora, como debería ser.