Agotadora serie de los creadores de Hora de Aventuras, que se pasan al humor gamberro para adultos tratando temas trillados que ya se han contado mil veces (mejor) en otras series del mismo corte. No sorprende, no entretiene; desconecto en mitad de la conversación (perpetua, porque integran un podcast en una historia que avanza sin querer). ¿Sabes qué pienso al ver la serie? Que es como el típico que se te pone al lado comentando cada momento de una película. Pero no un amigo o un familiar, no, sino un desconocido. Como una voz en off que no te deja enterarte de la historia. No aprendemos sobre el protagonista en ningún momento...o yo no me he enterado. Ahí estará la información, en medio de una conversación eterna sobre drogas, muerte, o yo qué sé. O simplemente solo necesitamos saber qué piensa sobre esos temas.
Las historias ''en off'' son mucho más interesantes que la propia conversación, de haber tirado por ahí... porque además la serie tiene el ritmo rápido de Rick y Morty, y sus universos, y sus arquetipos... vaya, es Rick y Morty a la baja; es un subproducto fracasado de Adult Swim.
Por decir algo bueno... sus chistes visuales son graciosos, los momentos con el ordenador son buenos y tiene merito ir hilando conversación, aunque no sé, si al menos fuera interesante durante todo el capítulo. Tiene momentos lucidos pero vaya, nada. Los mejores capítulos son el 1x05 y 1x08 (los únicos destacables).

Isaac Aptakek y Elizabeth Berger, junto a sus guionistas y directores mayormente femeninos, se han lanzado a una aventura que nadie pedía: traer una versión de Cómo conocí a vuestra madre para los espectadores del 2022. La serie original es legendaria y la posibilidad de verla del tirón me hizo darme cuenta que las últimas temporadas no son tan malas ni el final tan meramente patético -que sí algo vago- como se ha quedado en el recuerdo colectivo, así que la tarea es mayor. Lo más probable, a lo hora de empezar este spin-off, es pensar que será... lo típico: un panfleto con los comentarios sociopolíticos en agenda que tendrá poco que ver con la realidad.

Sorprendentemente, no. Esta serie consigue traer la esencia de la serie original: todo lo visual se siente cercano y familiar, no hay excesivas modeneses. Desde los plató, pasando por la estética, y acabando en la realización es puro CCAVM. La estructura del guion se sigue de manera precisa y sorprende que consiga ser un calco de la serie original. El ritmo se acerca a la época dorada de las sitcoms al principio de los 2000 (y que lleva años, y sigue, en decadencia). Al compararla con otras sitcoms estrenadas en los últimos 4 años sigue ganando, pues no pierde la esencia de la serie original del 2005 y se nota más moderna que la propia dicha y posteriores en estos aspectos.

Sin duda, el trabajo y la dedicación por ser un homenaje a la serie original han dado sus frutos en estos aspectos, pero veamos dónde flojea. Lo primero, el humor. Las sitcoms de ahora, salvo pocos pares (Ay, Ted Lasso o Lo que hacemos en las sombras...), no tienen un humor que te haga hacer una mueca de gusto, y menos que te haga reír a carcajadas. La serie que nos ocupa no tiene chistes hilarantes cada dos por tres, pero sí cumplen su cometido. No dan vergüenza ajena, vamos; pero el uso de las anticuadas (nada más nacer) risas enlatadas lastran y engañan sobre la calidad. Un precio a pagar respecto a la serie original. El humor en la serie original era estupendo y aquí ni se le acerca, y eso es que los personajes no ayudan a la hora de escribir chistes y gags.
La serie derivada tiene unos personajes que no son variopintos, son normales (y qué 'bien' poder decir esto, pues tenemos lesbianas y personajes étnicos, por lo que, aunque no se quiera ver todavía -dinero y lobbys quizás sean los motivos- hemos normalizado muchas de esas ''historias que también importan''). Si deseábamos ver cómo serían esas series de antes si se hicieran en la actualidad, esta serie se debería poner de ejemplo. Falta que cada uno tenga su pedrada: no hay una camionera, no hay una pareja sin pelos en la lengua y alocada... no hay un Barney. Ni siquiera hay otros perfiles que lleven el peso de los otros personajes. No es cuestión de comparar cada aspecto, pero ya que se trata de un spin-off, lo que se espera es que se acerque lo máximo posible a lo que ya teníamos, así que es inevitable. En fin, no es transgresora como la original y a veces es políticamente correcta o empalagosa (cosa que no maneja tan bien como CCAVM). Al final, en el contexto de la serie, sigue la línea de escritura actual y espero que en ese sentido se suelten la lengua y empiecen a ser mordaces para una hipotética segunda temporada.

Respecto a los temas, sí, es lo esperable: tramas modernas. La manera de ligar en las redes sociales y las relaciones a distancia es lo primordial en la serie y sorprende que esté todo tan cuidado, sin construir en base a clichés (a no ser que creas que estos temas son clichés en sí, en ese caso, diré que no son los temas, sino la manera de construirlas anteriormente las que te han dado sensación de ser una estupidez moderna... y visto lo que hemos visto años atrás, es normal pensarlo). A pesar de lo débiles que son los personajes para soportar el humor, sí que son hábiles a la hora de hablar sobre los temas y aspectos de la época. No parece que se vea todo de una manera cómica, alejada o cliché, se nota que saben de lo que están hablando.

El reparto está bien, en general. Nadie sobresale y se ve que se lo están pasando bien haciéndolo.

En definitiva, serie innecesaria que se convierte sin esperarlo en una manera más que realista y cómoda de ver temas actuales, que puede gustar a la generación tinder y que no tendría por qué desagradar mucho a los fans de la serie original si la ven con perspectiva y contexto.