Había oído hablar de esta película hacía mucho tiempo. Incluso uno de mis amigos la poseía en dvd, y en varias ocasiones me la ofreció para verla, pero como Kurt Russell no es santo de mi devoción, rechazé amablemente su propuesta de dejarme verla.
Mi amigo se sonreía y decía que, aunque a mi me pareciera una historia infantil, pudiera verla, ya que me entretendría.
Y así fue, finalmente hice caso a mi amigo y decidí coger el dvd prestado que ya me había ofrecido. Y cuando el Domingo pasado, entre el tedio y las horas muertas decidí ponerla, me pareció justamente lo que él me había comentado que me parecería, entretenida.
El acartonado Russell se mueve dando traspiés y ofreciendo una interpretación de lo más ajustadita, en una historia llena de fantasía y acción, no en vano, su director es un gran aficionado al género de lo fantástico y el terror, repleta de situaciones delirantes, y algunas de ellas divertidas.
Ideal para los más peques de la casa, y sobretodo para los nostálgicos de este tipo de productos. Cuando mi amigo me preguntó mi opinión, le comenté sinceramente que no estaba mal, que la había visto, pero que no la volvería a ver. Con una vez ya tuve bastante, y así será, sino cambio de opinión repentinamente.

Interesante e impactante, (debido a la cantidad de violencia que contiene), western crepuscular que firma el gran Robert Aldrich, autor de westerns tan memorables como "Veracruz", o "El último atardecer", y en el que se nos muestra a un otoñal Burt Lancaster en un papel oscuro y repulsivo, muy alejado de los papeles de pícaro salvador de almas cándidas que le dieran fama, (El temible burlón, El halcón y la flecha)...
Impactantes escenas y un regular reparto en el que sólo destacan el televisivo Lloyd Bochner, (Hong Kong, El Equipo A), y Richard Jaeckel.
Una película sencilla que tan rápidamente se ve, como se olvida.

Nueva película policíaca, donde el camaleónico Steve McQueen interpreta a un rudo detective, que ha de proteger a una misteriosa y bella mujer, (Jacqueline Bisset), de un turbio caso de corrupción y violencia.
Muy popular en su momento, esta película se caracteriza por sus excelentes secuencias automovilísticas, la mayoría de ellas realizadas por el propio McQueen, piloto aficionado en la vida real, así como su banda sonora, realizada por el argentino Lalo Schiffrin, autor entre otras de Harry el sucio, y Starsky y Hutch.
Buen reparto completado por Robert Duvall, el televisivo Robert Vaughn, (El agente de cipol, Los protectores), para una auténtica "road movie" de los sesenta.