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España España · MADRID
Críticas de ELZIETE
Críticas 3.351
Críticas ordenadas por utilidad
6
21 de agosto de 2014
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Si no fuera por Idris Elba, el albun de cromos de cuidada edición que es la primera parte de este biopic oficial basado en el libro de memorias del propio Mandela, nos invitaría a abandonar la sala.
Gracias a la mirada de este actor que se destapó en la estupenda serie de la HBO "The Wire", por donde mana todo el sentimiento y la vida interior de sus personajes, la cosa va tomando forma y la emotividad de algunos de los hechos cronológicos de la vida de Madiba mejoran el asunto sin llegar nunca a mojarse en los recovecos sociales, políticos y humanos que tuvo que afrontar este abogado, calificado de terrorista, que hipotecó su vida y decidió jugarse la baza del perdón por la de la venganza en una partida a la postre imposible de ganar. Sobre el tema ha habido propuestas mejores como "Grita Libertad" (R.Attenborough / 1987) y sobre Nelsón Mandela deben llegar. El hombre y el personaje lo merece.
ELZIETE
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8
15 de agosto de 2014
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Las miserias familiares han dado siempre para mucho, desde Chejov, Prestley, pasando por Bergman, Tenesse Williams (Violet se llama también la matriarca en "De repente el último verano"), hasta Woody Allen ("Septiembre", "Interiores"). ¿ Se habrá inspirado Tracy Letts en está última?. El caso es que en los USA ha dado siempre mucho juego. El país es enorme y la concepción de lo que es una familia difiere mucho en función de credos y lugares. Otra gran familia creada por Steimbeck en "Las uvas de la ira" también en Oklahoma como esta ofrece el reverso de la moneda que aquí se nos presenta.
En medio de la nada, en un medio oeste provinciano donde imperan las grandes llanuras, alejado y equidistante de las dos costas que centran el foco mundial sobre los USA, se cuecen y recalientan en los áridos veranos y fríos inviernos, soledades y frustraciones que siempre acaban estallando. Ansias de huir hacia el horizonte que promete la libertad. Tracy Letts ha sabido plasmarlo en un texto teatral excepcional y ha sido premiado por ello. La versión española recientemente estrenada contaba en su papel principal con la gran Amparo Baró.
Ahora se ha llevado a la meca del cine con un reparto de quitar el hipo que cumplen a la perfección su cometido. Meryl Streep hace años que está por encima del bien y del mal, la Roberts se reivindica una vez más en su faceta dramática y el resto no les va a la zaga. Cada uno de ellos merecería un comentario aparte.
Sin embargo al director Jhon Wells como ya le paso con "The Company men", le viene grande y se limita salvo alguna ocasión (inborrable la secuencia de la Streep corriendo por los campos perdida en su mundo interior y perseguida por su hija) en servir con dignidad el texto olvidándose o no sabiendo introducir dos factores importantes. Uno figura en el propio título y es determinante, es la olla donde se cuecen los protagonistas: el condado de Osage. Una reserva india en Oklahoma donde el pueblo Osage se vió relegado tras invadir sus tierras los colonos después de la guerra de secesión. Falta más presencia de sus llanuras, de la tensión claustrofóbica que provoca en su gentes esos espacios sin fin que parecen inmensas prisiones sin barrotes, limitados a una agricultura siempre inestable. Y falta, otra de las palabras del título: Agosto. Ese calor sofocante del que se habla pero no se ve. Ese calor que exaspera los nervios, incomoda las conciencias y levanta pasiones. Esas manchas de sudor en la piel y el alma que a la cámara de Wells se le escapan entre las lineas del texto.
El polémico final, diferente del original teatral supongo que es una concesión del propio Letts de cara al público generalista. A parte de innecesario y que desvirtúa el potente final de la obra es otra oportunidad perdida para que el rostro y los ojos ajados de la Robert miren el extenso horizonte y no encuentren la salida.
Es una buena película con grandes interpretaciones, podría haber sido una obra maestra.
ELZIETE
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5
14 de agosto de 2014
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Todo un lujo la banda sonora del compositor y pianista iraní Peyman Yazdanian para esta confuso retrato del amor en su faceta más áspera y controvertida, vamos, los efectos secundarios de esa panacea universal apadrinada por San Valentín. Lou Ye, joven director chino con problemas de exhibición en su país, le debe todo a Peyman para que los muchos minutos en los que los personajes deambulan por un París nada romántico seguidos cámara en mano por el director con un buen montaje, sean llevaderos. Pocos diálogos entre el "bruto" y la intelectual cuyo denominador común parece ser el refugio que cada uno de ellos encuentra en el sexo, que redime todo un collage caótico de relaciones, egoísmos, maltratos, carencias, e incógnitas que Lou Ye no se molesta en descifrar. Ni tan incomoda como nos la vende la publicidad, ni tan transgresora, los actores aportan lo suyo para interiorizar aquello que no acaba de salir a la luz y que nos deja una cierta sensación de la cosa no ha cuajado como debiera.
ELZIETE
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6
4 de agosto de 2014
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Dado que curiosamente a servidor también le tocó, salvando las distancias, ejercer de escuchante-confesor de una ninfómana, me es más fácil empatizar con la última propuesta de uno de mis directores preferidos. Eso no quita para que durante la primera hora me aburriera soberanamente con las evidentes metáforas, y la historia de los inicios sexuales de Joe. Trier, encumbrado como autor, de momento hace lo que quiere y ahora le ha dado por filosofar sobre el sexo de forma algo errática. Así pues tiene momentos de su mejor cine y otros olvidables. El conjunto, al menos en esta primera parte en que por motivos comerciales ha tenido que dividir su obra, es irregular y a mi juicio por debajo de sus mejores films.
Claro que como otros directores y autores geniales, incluso lo peor da para mucho. Es en su segunda hora donde afloran los hallazgos de dirección y saltan chispazos como la escena de una Uma Thurman genial.
El sexo más o menos explicito y la colección de fotogramas de penes son anecdóticos y solo sirven como provocación de gentes poco "viajadas", prensa generalista o el clan de los retrógrados de siempre. Lo malo es que poco aportan a la cinta. Con la segunda parte podremos hacernos una idea general de la propuesta y en que medida, volviendo al sexo, nos produce placer discontinuo, orgasmo cinéfilo o gatillazo autoral.
ELZIETE
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4
3 de agosto de 2014
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Los dos o tres minutos que dura la única escena donde aparece Sean Penn, resumen magistralmente el espíritu del relato corto que escribió James Thurber, en el 42. La vida hay que vivirla y no imaginarla. Claro que la mayoría de la población no puede viajar al himalaya en busca de panteras fantasmas, ni recorrer el mundo como el Mitty que encarna Stiller. Pero como metáfora vale y además siempre nos quedará la National Geographic.
El caso es que todo lo demás sobra en esta segunda adaptación (la primera fue la de Danny Kaye en el 47). Stiller, no es Kaye desafortunadamente y se apoya en la nostalgia del título para hacer lo que sabe hacer y casi siempre hace, comedia pseudoromántica basada en su careto de perdedor que al final se lleva a la chica.
Y que conste que no me cae mal el tipo y valoro sus esfuerzos para salirse del patrón que él mismo ha creado.
Se nota la pasta en producción con bonitas imágenes de "Stillers por el mundo" y al final juega la baza emotiva de la carta que todos sabíamos marcada desde el principio: la desaparición en papel de LIFE.
Voy a ver si reviso la versión del 47 para quitarme el regusto a mediocridad.
ELZIETE
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