No es, ni mucho menos, la mejor película de Hitchcock, pero aun así logra hacer una película muy sencilla, con una trama decente, que te mantiene en vilo hasta el final.

A destacar la actuación de una maravillosamente guapa Grace Kelly, además de elegante y el porte de un Cary Grant grande entre los grandes.

La película consiguió un Oscar a la mejor fotografía en color y doy fe que lo mereció porque esas imágenes de la costa francesa, con esos acantilados y algunas vistas idílicas.

En definitiva, una entrega interesante, amable, bien llevada, sin altibajos y con un final digno del genio que,como siempre, se da un primer plano brevísimo en la peli.

Conocí a un sacerdote en mi barrio contrario algunos de los dogmas establecidos por la Iglesia, alguien que emanaba bondad, sacrificio por los más jóvenes, que no quería nada para él, que le gustaban los deportes. Se llamaba Felix, de las personas que te marcan en tu vida, y aunque siendo católico no practico, si que practico hacer el bien con los demás. Esa era su religión aunque no cayera bien al obispo, y esa sigue siendo la mía.

Esta película habla de eso, nada menos que representada por un Bill Crosby que, en su día fue el más grande. Se calcula que vendió casi 1000 millones de discos y aquí interpreta a un cura moderno y con las cualidades ya reseñadas, buscando un cambio generacional en una parroquia parodiando a lo que es la vida en sí, al relevo que a todos nos llega aunque pensemos que nada hay mejor que lo que nosotros hemos hecho por lo nuestro.

Por lo demás la película creo que fue demasiado oscarizada, eran tiempos de guerra y creo que se premió el mensaje de optimismo, porque es una película bonita de ver, aunque excesivamente plana y previsible,sin grandes saltos, ni cambios en los esquemas.
Bill Crosby es quien llena por completo la pantalla y le da al film la gloria. Una película interesante.

Cuando te pones delante de un film de los hermanos Coen normalmente sales satisfecho.

Sin embargo en esta entrega, sin ser un desastre, no terminan de conectar.

El mundo del cine dentro del cine es una apuesta nada fácil de resolver. Aquí nos sitúa ante un recto, honrado y trabajador director de un estudio de producción en los años 50 de Hollywood y se mofa de ese mundillo, hacen una parodia, que seguro a ellos les ha divertido pero a mí no, no mucho al menos.

Está repleta la película de gags, alguno de ellos muy bueno, como el baile de los marineros, pero ninguno alcanza una sustancia excesiva. George Clooney, en una de las interpretaciones más absurdas que le he visto, sino la que más, adorna la pantalla pero poco más.

Sin ser una mala película tampoco alcanza para mí el calificativo de pasable.

La película toca un tema muy manido y explotado no por ello, menos interesante. La carga melodrámarita es tremenda y Dee Rees nos pone delante una historia conmovedora en la que pronto te situas en el lado correcto. ¿Por qué ese es el bueno, no? No el lado de los opresores, de los agresores, de los privilegiados, de los blancos en definitva.

El Mississippi no ha debido de cambiar mucho por eso, pero si no es así, ya va siendo hora.
Dos hermanos antagónicos, el guapo y el feo, el sensible y el rudo, una mujer infeliz, y un padre impresentable, pero típico de la época. En el otro lado una familia de negros, trabajadora,humilde, y con una madre que dan ganas de besarla.

Un ejército americano que llama a negros igual que a blancos pero les pone distintas camas y distintas letrinas aunque a la hora del combate los ponen en primera fila.
En Europa las cosas no se ven así y el chaval protagonista encuentra su futuro allí junto a su amada blanca.

Una historia conmovedora, con una buena ambientación, exteriores y música. No son gratuitas las 4 nominaciones que tuvo. Una buena película casi notable.

Película del gran pero excéntrico Tarantino. Un guión llamativo, curioso e intrigante, mucha sangre, quizás demasiada, y duelos continuos aunque extremadamente exagerados.

Como tema principal el racismo más crudo y un esclavo negro que escomo Carl Lewis pero con las pistolas.

Y para mí lo más destacado de la película, la actuación de un magistral, una vez más, de Christoph Waltz que recibió su merecido premio a modo de Oscar como mejor actor secundario, mejor incluso que el habitual Leonardo DiCaprio.

Tarantino consigue una película muy de estilo, o te gusta mucho o nada y yo soy de los primeros. Exteriores y fotografía muy buenos, efectos sonoros lo mismo y guión para flipar. Buena película con un final, eso sí, un poco alocado.