Luego de la decepción que significó para Stanley Kubrick, las duras críticas a su anterior trabajo a Barry Lyndon (1975), el director norteamericano se embarcó en un proyecto aún más comercial que sus predecesores trabajos. Para ello, abordaría por primera vez el género de terror, utilizando la exitosa novela homónima de Stephen King.

El director de la naranja mecánica, (1971) no utilizaría el miedo basado en seres del terror clásico, como vampiros y monstros cargados de maquillaje, sino más bien un miedo fundamentalmente psicológico y sugerente.

Este mundo fantasmal se desarrolla en la mente de Jack Torrance (Jack Nicholson), un ex profesor alcohólico, y escritor frustrado, que parece estar alejado de la bebida. Torrance acepta un trabajo para trasladarse con su familia al impresionante hotel Overlook, para encargarse del mantenimiento del mismo durante la temporada invernal, en la que permanece cerrado y aislado por la nieve por meses.

El efecto “Fiebre de cabaña”

A parte de la banda sonora a cargo de Wendy Carlos, las correctas interpretaciones, y el ambiente fantasmal del hotel; lo que siempre me inquietó del filme, fue la posibilidad de que un hombre pudiese asesinar a su familia, lo que encuentro realmente tenebroso de la historia.

La violencia retenida (que en algún momento explotará) que se acentúa con más detalle en la obra de Stephen King, es para mí lo terrorífico del filme. Son situaciones de la vida real, es cosa de leer algunos hechos de sangre en la prensa roja, para darnos cuenta que la realidad supera la ficción.

La descarga de las frustraciones personales con los más débiles, es el elemento psicológico que realmente me aterroriza. También tenemos el factor de la incomunicación entre padres e hijos, y las devastadoras consecuencia de la soledad y la frustración.

En The Shining la realidad y la fantasía se confunden hasta transformarse en un mar de locura, dada por la sensación de aislamiento que sufre la familia. A lo anterior se le denomina clínicamente, “fiebre de cabaña”, el cual efectivamente es un trastorno psiquiátrico caracterizado por una percepción hibrida de la realidad y la fantasía, por permanecer por largas temporadas en lugares cerrados, lo que produce un trastorno de personalidad, que transforma a las personas en individuos peligrosos, según datos psiquiátricos.

Los encuentros con ciertas personas del pasado y fenómenos paranormales en el hotel, no impresiona a Torrance, aunque pronto se sentirá atrapado por los efectos demenciales del hotel, poniendo en peligro la vida de su mujer y su hijo Danny.

El Resplandor, si bien dista mucho de ser una obra maestra, cada vez que la veo no deja de sorprenderme. Es por eso, que cuando ingrese a F. A para realizar comentarios cinematográficos, me puse como seudónimo REDRUM, en tributo a un filme que me cautivo de una extraña forma.

Titanic es una de aquellas películas que la quieres o la odias, no existen términos medios para definirla. Si analizamos la cantidad de premios oscar que se adjudico la cinta del creador de “Terminador”, creo que fue algo justo, considerando el esfuerzo técnico que hay detrás de titánica empresa, y lo anterior recayó como era de esperarse como mejor película y mejor director. Sin embargo, la cantidad de premios no la hacen merecedora de ser denominada la obra maestra de finales del siglo XX. Esto sería ponerla a la altura de grandes epopeyas como BEN HUR, AMADEUS, y EL ULTIMO EMPERADOR entre otras.

La historia de la mayor tragedia de la industria naval de todos los tiempos, ya tenía algunas predecesoras como “El hundimiento del Titanic” y “La última noche del Titanic”, las versiones norteamericana e inglesa respectivamente de la tragedia. Según algunos críticos estás películas superan en argumento a nuestra película en cuestión, como también indican es una mezcla de ambas. Sin embargo, nadie en el mundo quedó indiferente ante la monumental empresa iniciada por James Cameron para contarnos la historia del hundimiento del trasatlántico más coloso y elegante de principios de siglo.

Los estratosféricos resultados económicos que obtuvo el film, son realmente increíbles. El director de “Mentiras verdaderas”, contó ni más ni menos con una producción final de 200 millones de dólares para hacer el sueño realidad de traernos el Titanic de vuelta desde el fondo del atlántico. Su resultado final fue una recaudación mundial de 1.800 millones de dólares, algo hasta ese momento nunca visto en la industria del cine, en definitiva la película más cara de todos los tiempos, pero definitivamente no la mejor.

El Retorno

Con todo este presupuesto no era de extrañarse que Cameron cumpliera su objetivo de resucitar el lujoso barco a vapor inglés, con todos sus detalles, y en eso no escatimo en gastos de producción. Para hacernos una idea, el Titanic media 269 metros de largo y 28.19 metros en su punto más ancho. La altura desde la quilla hasta la punta de las cuatro chimeneas era de 56 metros, más o menos la altura de un edificio de 11 pisos. El director tuvo que construir una réplica de igual similitud en algunas de sus dimensiones, para hacer realidad este sueño y creo que lo logró con una infinidad de detalles, es cosa de comparar las fotografías de aquella época con el resultado final.

En la parte técnica, me saco el sombrero, nada que decir. Creo que nos encontramos con la perfección hecha realidad. El montaje, la fotografía, el vestuario, la dirección de arte, el vestuario, los efectos visuales y de sonido, son definitivamente impresionantes y creo que obtuvieron merecidos oscar. Mención a parte es la banda sonora a cargo del maestro James Horner, el mismo creador de la banda sonora de “Corazón valiente”, quien merecidamente y por fin se llevó dos estatuillas por mejor canción original y mejor banda sonora.

“Narcos”, basada en hechos reales y ficción, es un thriller adictivo, fascinante, brutal, irresistible, convincente, impactante, romántico y apasionante, que no da respiro y nos sumerge en la increíble historia del narcotraficante más famoso del siglo XX, Pablo Emilio Escobar Gaviria, interpretado por Wagner Moura. “Tropa de élite” (2007).

La invitación es a disfrutar de una extraordinaria recreación de la Colombia de la década de los ochenta y noventa con una insuperable factura y fotografía de las ciudades cafeteras que sufrieron el infierno de los cárteles de Medellín y Cali.

Lo anterior acompañadopor la inolvidable interpretación de Rodrigo Amarante y los primeros acordes del tema “Tuyo” en la intro de cada capítulo que cuenta con valiosos archivos audiovisuales y fotográficos de la época que apoyan esta historia del realismo mágico de Colombia.

ESCOBAR POR DENTRO

Narrada al puro estilo “scorsesiano” por uno de los policías de la DEA que sigue a Escobar,trae a la memoria películas como “Buenos muchachos” (1990) y “Casino” (1995), cuya voz en off nos da una completa radiografía del mundo desconocido del narcotráfico de los años ochenta.

Con un dinámico guion, extraordinarios movimientos de cámara y montaje, e interesantes actuaciones, “Narcos” tiene el mérito de contarnos por primera vez la íntima la historia del capo de la coca más brutal que haya existido en nuestro pasado reciente.

En esta primera temporada, que abarca los primeros 15 años de reinado del narcotráfico de Escobar, conoceremos su lado más personal y humano, y por cierto su perfil más nefasto.

Seremos testigos de su abnegada relación con su familia, como padre cariñoso y enamorado de su esposa, y al mismo tiempo “El patrón” implacable que ordena la muerte de cientos de policías, jueces, fiscales, candidatos presidenciales, directores de medios,periodistas, mujeres y niños. Fundador del narcoterrorismo.

Pablo llega a la cima del poder gracias a su visión, inteligencia y a los sistemas políticos y de justicia colombianos corrompidos por el dinero del narcotráfico. Así la figura de “El patrón”se transforma en mítica en los carteles de Medellín y Cali, pero el precio será muy alto a nivel familiar y personal.

A LA CAZA DE PABLO

En la segunda entrega, que abarca los últimos 14 meses de vida deEscobar, “El patrón” intenta seguir sus actividades ilícitas tras la fuga desde la “cárcel” La Catedral, la cual culmina cuando el Bloque de Búsqueda colombiano le da muerte en los tejados de un barrio en Medellín en diciembre de 1993.

En este proceso Estados Unidos, principal destino del tráfico droga, y Colombia unirán esfuerzos para luchar contra el capo, incluso aliándose con el Cartel de Cali y grupos paramilitares de la época para acabar con Pablo

Sabemos el fin de Pablo, pero no conocemos sus detalles y cómo sucumbe a sus decisiones y a las esferas del poder embriagador. A esta altura nos encontramos con un Escobar vulnerabley acorralado por su destino, y al acoso de la policía colombiana y norteamericana que le pisa los talones.

Pero “Narcos” no termina con la muerte de Escobar, el nuevo material se enfocará en el Cartel de Cali, y como el agente de la DEA Javier Peña, el actor chileno Pedro Pascal, tendrá que seguir los pasos a Gilberto Orejuela, uno de sus cabecillas, interpretado por Damián Alcazar.

Para los seguidores de esta apasionante historia sólo resta tener un poco de paciencia para continuar disfrutando a partir de septiembre de esta serie que la rompió en los últimos dos años. ¡Notable!

En julio próximo se viene el estreno mundial de “La guerra del planeta de los simios” (2017) filme que cierra la “saga de los monos” con sus antecesoras “El origen de planeta de los simios” (2011) y “El amanecer del planeta de los simios” (2014).

Si bien estas versiones de la historia tuvieron una positiva respuesta del público y la crítica, por lo sorprendente de su guion, imágenes potentes y efectos especiales, la aventura de la “supremacía de los simios sobre el hombre” comenzó varias décadas atrás.

UN CLÁSICO

Fue la mítica y original versión del director Franklin J. Schaffner la que es considerada hasta nuestros días como un clásico del género de Ciencia Ficción, junto a otras consagradas e irrepetibles como “2001: Una odisea en el espacio” (1968) y Blade Runner (1994), de Stanley Kubrick y Ridley Scott, respectivamente.

La versión de Schaffner da el puntapié inicial de las sagas que vendrían con mayor o menor éxito e incluso con fallidas series de televisión en los setenta y el discreto remake del director Tim Burton el 2001. El abismo que existe entre esta cinta y la de 1968 no admite debate por ningún frente.

La película de Schaffner es hipnótica de principio a fin, y a pesar de los años mantiene todo su esplendor y energía, con una singular historia en que los seres humanos son animales y los simios son los inteligentes y avanzados, siendo lo más comentado por sus fans su apocalíptico final de lo cual se han escrito ríos de tinta y ha sido comentado hasta la saciedad.

Este pesimista y desalentador remate nos hace preguntarnos hacia dónde vamos como especie humana, y es un broche de oro que justifica todo este largometraje que seguro está entre las 10 mejores películas de Ciencia Ficción de todos los tiempos y la ubica como mito del Séptimo Arte.

Debo confesar que se trata de una de las pocas cintas chilenas, del nuevo milenio, que ha llamado mi atención. No se trata de enmarcar a la cinta de Ferrari en el Olimpo de las obras maestras de la cinematografía mundial. De todas formas, nos encontramos ante un resultado muy por encima de muchas películas chilenas, que han quedado en el olvido colectivo, gracias a su efímero efectismo comercial y por la carencia de buenos guiones.

El oro negro

La historia, está basada en la primera obra homónima del cuentista chileno Baldomero Lillo, la cual retrata la vida y la muerte de los mineros de la mina de carbón en Lota a finales del siglo XIX.

Lillo desde su puesto en la pulpería de la ciudad, retrata los sin sabores, injusticias, sobre explotación, y las luchas sociales de los mineros del carbón. También se agregan otras historias, entre ellas el romance entre Virginia, (Paulina Gálvez) la española burguesa y Fernando (Francisco Reyes), líder de los mineros.

Buena representación de época, en una inmejorable dirección artística y vestuario. Equilibrado funcionamiento de todos los personajes, donde destacan la presencia de Mister Davis (Ernesto Malbrán) y Fernando (Francisco Reyes), quien es un interesante personaje, que refleja la temporal desesperanza, y conformismo de los trabajadores.

En definitiva, un valioso aporte a la cultura histórica chilena, para que las nuevas generaciones conozcan el precio que tuvieron que pagar cientos de familias chilenas, para extraer aquel el oro negro, que lleno de bolsillos a unos pocos y lleno de lágrimas a muchos.

Una cinta absolutamente recomendable e imprescindible, sobre todo, para los cinéfilos chilenos.