Hay películas "de tarde" y películas "de noche". Creía que esta de Stallone y Schwarzie entraría con suerte en la primera categoría; pero me equivoqué. En primer lugar es demasiado larga, y en segundo Stallone casi no abandona la pantalla, y eso no hay quien lo soporte. Compruebo con vergüenza ajena que el actor está a rebosar de anabolizantes, como siempre, y de botox. Ya no puede ni pronunciar un inglés decente. A día de hoy la expresión de perro apaleado que lo caracterizó ha pasado a ser un rictus de autosuficiencia por obra y gracia de los estiramientos, y aun así se nos pretende hacer creer que sigue repartiendo mamporros como Rambo, y que encima se ha doctorado o poco menos en Ciencias Diversas. Si como matón resulta cargante, hay que verlo como "enteradillo". La trama es estúpida, y todo el mundo es un inútil o un malvado inútil menos Stallone. Lo mejor, y por lo que podría ganar el Oscar de Ética, es por su presentación ultra-chispiguay del Islam.
Hay quien se entretiene con la Comedia de Dante en edición bilingüe y quien lo hace con Guardianes de la Galaxia, ambas opciones las entiendo y hasta comparto (sobre todo la segunda); lo que no comparto es decir que este bodrio entretiene.

Hace tiempoo vi esta película y no me hizo demasiada gracia; ahora he leído la novela y la he vuelto a ver, para comparar una y otra. La novela no está mal, está bien escrita y tiene suficientes dosis de intriga y de justificación de los pasos de la trama. Es una novela intelectual, con interesantes referencias a las matemáticas, la lógica y su relación. Algo de esto también hay en la película, pero de un modo mucho más simple. Todo es más simple en la película. Es significativo que teniendo esos actores (sobre todo John Hurt, aunque Leonor Watling está simpática, a pesar de la mala dirección) y la ciudad de Oxford, Álex de la Ilglesia nos arroje una mediocridad como ésta. Me pregunto qué habrá pensado Guillermo Martínez de los cambios de guión, nada bueno supongo.