Meter elementos de otras series o películas en una nueva serie puede ser impredecible para el público, debido al hecho de que podría resultar un mal plagio de algo que les encantó en el pasado. Pero con esta serie Netflix demuestra que los homenajes todavía puede ser homenajes, sin perder frescura. La combinación de los elementos clásicos de esta historia con un nuevo giro en el género de misterio/ciencia ficción es de obligada visión. He aquí por qué creo que Stranger Things no es sólo la mejor serie de Netflix desde hace tiempo, sino el mejor programa de televisión del año, en general.

Tres jóvenes después de la desaparición de su amigo Will, se proponen organizar una búsqueda para encontrarlo. El descubrimiento de una chica con habilidades especiales en el camino, transforma la historia en un viaje tremendamente interesante. Con un buen número de giros en la trama emocionalmente satisfactorios, esta primera temporada te lleva a lugares inesperados. A pesar de que toma prestados patrones de clásicas películas de ciencia ficción y de terror, les da un nuevo giro, haciendo que cada línea de diálogo se muestre como algo nuevo que nunca se ha dicho antes. Esto se debe a su gran guión y al fantástico reparto que lo acompaña. Con la excepción de Winona Ryder (a quien yo vi un poco sobre actuada en más de una escena), el elenco escogido para esta serie es asombroso. En cada una de las escenas, cada uno muestra su mejor trabajo. Mención especial de Millie Bobby Brown, quien interpreta a la chica que encuentran en el bosque, Once. El gran peso que su personaje tiene en la historia es una carga que ella lleva sobre los hombros con gran soltura. La niña perfecta para el papel. Cada acción, línea de diálogo, o respuesta emocional que ofrece, es un maravilloso prodigio. Millie es una gran actriz y será una gran estrella, de eso no hay duda. Y nacida en España.

Los tres chicos hacen un trabajo muy loable, pero el más destacable es el de Charlie Heaton como Jonathan (hermano mayor de Will) y Natalie Dyer como Nancy (la hermana mayor del mejor amigo de Will). Su química parece un poco floja al principio, pero mejora a medida que avanza la temporada.

No hace falta decir que últimamente la televisión está superando al cine, y Stranger Things es sólo otro ejemplo. La verdad es que la televisión es un medio más potente, debido a que tiene su ventaja en forma de narración de larga duración. Ser capaz de dar cuerpo a todo en ocho episodios es una tarea mucho más fácil que abarrotar diez horas de trama en una película de dos horas. En tan sólo ocho episodios, eres capaz de empatizar con los personajes como si hubieras estado con ellos durante años. Aquí es cuando te das cuenta de que estás viendo algo especial.

Si no te engancha desde el primer episodio, no es para ti. Lleno de referencias de los años 70 y 80, y con un ritmo que nunca descansa, esta serie es altamente recomendable para todo el mundo. Aparte de tener una ligera aversión por el trabajo de Winona Ryder (si bien decir que, a su edad, sigue estando estupenda), esta primera temporada es casi perfecta en todos los sentidos. Un 9. ¡Así da gusto ver televisión!

Ambicioso musical que nos sumerge en un mundo lleno de pasión y lucha por la libertad. Si bien la elección de tener actores interpretando las canciones en vivo agrega un nivel de autenticidad, es evidente que algunos de ellos no son cantantes profesionales. Russell Crowe, en el papel de Javert, muestra dificultades vocales, mientras que Hugh Jackman, como Jean Valjean, cumple de manera aceptable pero sin destacar.

Sin embargo, hay que destacar la maravillosa interpretación de Anne Hathaway como Fantine, quien nos deleita con una conmovedora versión de "I Dreamed a Dream", que evoca emociones similares a las experimentadas al escuchar a Sinead O'Connor en su icónico vídeo de "Nothing Compares 2U". Hathaway brilla con su habilidad para combinar una actuación emotiva con una voz impresionante.

La película nos transporta a un mundo visualmente evocador, y el vestuario y la vistosidad en general merecen reconocimiento. Sin embargo, abusa demasiado de los primeros planos con ojos inyectados en sangre, lo que llega a ser un poco agotador .

En general, en "Los Miserables" tiene una ambientación y puesta en escena muy llamativa, pero los desafíos vocales del elenco afectan al impacto general de la experiencia.

Aunque se valora el esfuerzo y la autenticidad de interpretar las canciones en vivo, la falta de calidad vocal en algunos momentos es muy decepcionante, sobretodo para aquellos que esperábamos una interpretación musical más sólida. Así que, para quitarme el mal sabor de boca, me fui directamente a casa para ver el blu-ray que celebra el 25º aniversario del musical, que sí es una auténtica maravilla.

A pesar de todo, le doy un 5, por el vestuario, por la vistosidad y por la Hathaway, que se come a todos con patatas.

El desafío de caminar por un cable puede ser un logro impresionante para algunos, pero personalmente, no logro encontrar su atractivo. ¿Que alguien tuvo la valentía de caminar sobre un alambre entre las torres gemelas? ¡Bravo por él! Es un gran reto, pero ¿merece una película de dos horas? A mi parecer, no.

Como el tema en sí no captó mi interés, la película me pareció bastante aburrida, aunque debo reconocer que el final logra transmitir una auténtica sensación de vértigo, lo cual merece un reconocimiento. Por esa razón, le doy un 3.

La vi en el avión, tenía 8 horas por delante y había mucho aburrimiento, esa es mi excusa. A pesar de que todo el mundo la ponía por las nubes (amigos, familia...) y de que era el único bicho raro de este país que no la había visto, no me arriesgué a pagar por verla.

Vayamos al grano. "Ocho apellidos vascos" reúne a dos pesos pesados del humor español, Carmen Machi y Dani Rovira.

Carmen Machi, conocida por su papel en la exitosa serie "Aída", parece haber quedado atrapada en un bucle infinito interpretando a la misma persona una y otra vez. Su actuación en esta película es simplemente una versión reciclada de su personaje televisivo, sin nada nuevo ni emocionante que ofrecer. Parece que no ha explorado más allá de su zona de confort, lo cual es una lástima, ya que sabemos que es capaz de mucho más.

Y luego está Dani Rovira, ese fenómeno inexplicable del humor español. Su popularidad es un misterio para muchos, incluyéndome a mí. Su estilo de comedia parece ser un único truco repetitivo, sin variación ni profundidad. Es como si se hubiera quedado atrapado en una fórmula que no tiene pizca de gracia, por lo que me he propuesto no visionar ningún metraje que incluya semejante personaje (incluidos anuncios televisivos).

La película cae en los mismos estereotipos y chistes trillados que hemos visto una y otra vez. Recurre a la típica burla entre vascos y andaluces, perpetuando estereotipos sin aportar nada nuevo ni inteligente al género. Es decepcionante ver cómo se desperdicia la oportunidad de crear una comedia fresca y genuina.

Desde luego que no me pillan en los siguientes apellidos, los catalanes. Y que se vayan preparando los gallegos, que muy probablemente verán a Dani Rovira poniendo acento de Cangas.