Es muy difícil contar la historia o la biografía de una persona en tan breve tiempo. En la época del asentamiento de la nación espoñola había odios, amores, traiciones, envidias, ansias de poder, hambre, enfermedades, mezcla de culturas y de inculturas.
Aquí quieren reflejarlo todo y lo que consiguen es que no nos enteremos de nada. Ni siquiera encontramos motivos para el apelativo de 'cruel'.
Pocos extras, cuatro caídas de caballo, malas interpretaciones, un guión ramplón y un par de castillos fuera de época.
Un desastre.

El comienzo es prometedor, con una secuencia inicial de acción altamente notable y, en teoría, dirigida por una mujer.
Pero a los 10 minutos quedan claras las intenciones del film: la guerra no es buena, el Tío Sam abusa de sus sobrinos y el soldado lleva a su casa los traumas de la guerra.
Todo eso parece lógico, pero supongo yo que tendrá que pasar un tiempo. No sé, un mes, una semana... Aquí no, aquí el estrés comienza el mismo día. El soldado que regresa del frente es violento hasta con los que más quiere.
La película quiere vender su libro pacifista y se precipita. No sé el alcance del Stop-loss, pero lo que sí sé es que los soldados americanos que cumplen en zona de guerra el tiempo firmado luego disponen de grandes beneficios financieros, becas universitarias y tarjetas de residencia. ¡Vamos, como en España! Mejor no hablar.
América es más crítica consigo misma que cualquier otro país. Por eso son libres.
Mira los primeros 10 minutos y a otra cosa.

Las interpretaciones son bastante irregulares. No todos los actores están a la altura mínima exigible. El personaje principal nos deja perplejos con sus cambios de actitud, pasando de la bonomía a la maldad extrema en segundos.
El guión tiene muchos altibajos y uno de los problemas quizás sea el doblaje. Los giros del inglés no se pueden traducir bien y por eso algunos gags se quedan en nada. Hay mucha vulgaridad y zafiedad.
No la puedo recomendar.

Practicamente Nicolas Cage no sale de pantalla pero, a pesar de lo malo que es, se produce el milagro de que no baja el interés por saber el final.
Cage es inexpresivo, desaborido, hierático e insípido. Cada vez tiene menos pelo propio y más en las malísimas pelucas que le plantan, pero la película tiene buen ritmo, buenos giros e intriga muy medida.
Sobra la justificación de Simon (Guy Pearce).

A veces lo que tiene un pase en la adolescencia no tiene ningún sentido en la madurez.
Esta comedia romántica tiene algunas frases buenas: las del hermano de la protagonista y las de la madre; y muchos tópicos y clichés.
Las interpretaciones son mediocres y el argumento no tiene sentido.
Bueno, es una película para chicas y yo no lo soy.
Si tienes menos de 30 años no pongas en tu lista el ver esta película.