El comienzo es prometedor, con una secuencia inicial de acción altamente notable y, en teoría, dirigida por una mujer.
Pero a los 10 minutos quedan claras las intenciones del film: la guerra no es buena, el Tío Sam abusa de sus sobrinos y el soldado lleva a su casa los traumas de la guerra.
Todo eso parece lógico, pero supongo yo que tendrá que pasar un tiempo. No sé, un mes, una semana... Aquí no, aquí el estrés comienza el mismo día. El soldado que regresa del frente es violento hasta con los que más quiere.
La película quiere vender su libro pacifista y se precipita. No sé el alcance del Stop-loss, pero lo que sí sé es que los soldados americanos que cumplen en zona de guerra el tiempo firmado luego disponen de grandes beneficios financieros, becas universitarias y tarjetas de residencia. ¡Vamos, como en España! Mejor no hablar.
América es más crítica consigo misma que cualquier otro país. Por eso son libres.
Mira los primeros 10 minutos y a otra cosa.