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España España · Barcelona
Críticas de edgar_33
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Críticas 30
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
10
13 de noviembre de 2015
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Sobreviví un choque. No sólo volé en pedazos. Me acuchillaron, dispararon, envenenaron, congelaron, colgaron, electrocutaron y quemaron. Cada mañana me levanto sin un rasguño. Sin una abolladura. Soy inmortal.”


Groundhog Day significa la redención del ser humano, el perdón después del castigo por la arrogancia, la presunción y el afán de superioridad en una persona. La imposición de un castigo divino, que una vez pasado un largo tiempo, es levantado. Phil Connors se mata de todas las formas posibles ya que no aguanta más la vida inmortal, pero es incapaz de acabar con su tortura. Con el paso del tiempo, logra trasladarse del mal al bien. Es la historia de una transformación: de la amarga existencia expresada en antipatía a la felicidad absoluta expresada en bondad.

El personaje es tan gilipollas con todo el mundo que lleva una especie de niebla consigo que oculta cualquiera de sus virtudes y de las ajenas. Su positivo cambio de actitud le modifica como persona. El premio: vivir prósperamente con la mujer que ama. En FA goza de la etiqueta de comedia romántica, decididamente lo es, pero no nos damos cuenta de ello hasta el segundo tercio del film. El romance está oculto porque a nadie le interesa corresponder amorosamente a uno que se comporta como un imbécil. Una vez Phil se reforma, desbloquea la opción “amor”, opción que antes ni tan siquiera existía.

A partir de aquí sólo existe la perseverancia, la insistencia en ser alguien humano. Porque Phil no tenía ni pizca de humanidad hasta que cambia su mentalidad. La fantasía del film emerge y Phil la aprovecha. Surgen nuestras preguntas como espectadores que somos, relativas a nuestras experiencias vitales: “¿Qué hubiera pasado si…?” “Si no hubiese dicho…” “¿Cómo habría cambiado tal cosa si…?” Empezamos a pensar en el pasado; el pasado, algo que nos ayuda a tirar adelante pero que en ocasiones nos estanca en el presente. El ser humano se equivoca, la caga mucho y muchas veces, y no siempre recibe más de una única oportunidad. Con Groundhog Day fantaseamos; la fantasía aparte de estar en el argumento del film, reside en nuestras mentes. Podemos llegar a pensar en una realidad alternativa a la que tenemos, con recuerdos del pasado invertidos: “Si le hubiese dicho sí a tal chica ahora mismo sería feliz/infeliz y en consecuencia mi futuro habría sido mejor/peor…”

Groundhog Day es sin duda una película profunda, de reflexión, más de lo que uno se espera. A simple vista parece una comedia con toques fantásticos orientada para verla en familia, cuando en realidad constituye un complejo análisis del comportamiento de una persona. La película amaga muchas cosas; probablemente descubrir la complejidad del film sea cuestión de repetir su visionado varias veces, así como Phil repite el 2 de febrero. Cuando se repite algo, cualquier cosa, es más sencillo fijarse en los detalles y analizar cosas que anteriormente habían pasado desapercibidas. A Phil le sucede lo mismo: repite día contra su voluntad hasta que conoce a todos los habitantes de Punxsutawney completamente. ¿Cómo podemos compararnos con Phil? Tan sencillo como compararlo con una situación corriente. Ejemplo: un joven estudiante empieza en la universidad, donde no conoce a nadie. Poco a poco comienza a tratar con la gente, va cogiendo experiencia y conociendo más. Phil es igual, no conocer a la gente que le rodea le obliga a comportarse de una forma engreída, una manera de ser inseguro, de mostrar inseguridad hacia aquello desconocido.


Pocas películas son capaces de esconder tantos mensajes en 101 minutos. Una genialidad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
edgar_33
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8
21 de octubre de 2015
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
2015, miércoles 21 de octubre.

Lejos del tumulto de Hill Valley, Barcelona aparenta un día normalito, cada habitante con sus rutinas, yendo en trasporte público o en coches terrestres hacia el trabajo, la escuela o la universidad. No hay ningún coche volador ni naves aéreas; las carreteras siguen estando a nuestra altura, se puede andar en ellas sin caer en un vacío.

De camino al bar de la esquina, hay un parque donde los skaters hacen malabarismos con la tabla. Son incapaces de alzar el vuelo los objetos, sólo giran en el aire gracias a los impulsos de sus propietarios, sin flotar.

Al lado del parque hay un bar café. El letrero apenas brilla ni se mueve. El bar ofrece refrescos de todo tipo, tan clásicos como la Coca-Cola, a falta de Pepsis Perfect. Sin orificios-robots que transporten la bebida allí donde uno se sienta, el camarero trae la bebida hasta el sitio correspondiente.

Por la calle hay personas andando con sus Nike, sus Vans o sus Puma, las cuales no disponen de propulsor aéreo. Tampoco hay perros paseándose solos.

Mi hogar es normal, con paredes pintadas, un salón en el que destaca una televisión con pantalla de plasma encima de un mueble y un sofá rojizo. No poseo el honor de tener paredes-televisión ni pantallas que sobresalgan de entre los armarios, aunque serían bastante prácticos. Tampoco tengo el privilegio de haber visto Jaws 19, y en el caso de que existiera, no sé si podría aguantarla.

Vivo en un entorno encabezado por ordenadores finísimos, pantallas de plasma, teléfonos táctiles y mecanismos de conexión de dispositivos electrónicos inalámbricamente, o lo que es lo mismo: Wi-Fi. Vivo bien, en una sociedad avanzada tecnológicamente, algo que se preveía en cierta manera hace 20 años en algunas películas de ciencia ficción.

Si mi padre en los 80, con tan sólo 20 años, hubiese viajado 30 años adelante, nunca se hubiese podido imaginar que la sociedad actual sería tal y como es. Marty McFly accidentalmente cambió la vida de sus padres en una época en la que él mismo ni tan siquiera había nacido, sucumbió a la tentación de cambiar el modo en que se enamoraron, y luego se marcó un rock and roll con Johnny B. Goode, una canción no escrita todavía (hito del cine). ¿Cuántos haríamos un viaje temporal para contemplar otras épocas? Los viajes en el tiempo en el cine suelen ser agradables de ver, aunque sean viajes previsibles de ida y vuelta.

Back To The Future es un icono dentro de un cine comercial familiar que tuvo su auge a partir de los 80; su imagen e idea ha influenciado producciones de generaciones futuras. Sencillamente, la diferencia entre lo comercial de ahora y lo de antes es su magia, una magia que ahora cuesta encontrar y/o creer. Pocas películas tienen un guión tan sencillo y tan eficaz como Back To The Future: una historia de amor rota con un cupido que cae del futuro para arreglarla. Igualmente gusta mucho; quizá peco de subjetividad, pero no puedo evitarlo: la vi con tan sólo 9 años y me invaden los recuerdos. Todos sabemos cómo acaba, e incluso Zemeckis le decidió dar bola a dos partes más; una infravalorada y la otra hecha un poco por obligación. La segunda parte comprende tres viajes temporales y tres generaciones distintas: la de los 50, la de los 80 y la de los 2010. Es una película caótica en cuanto al argumento e imprevisible, algo que se agradece. Y fue la que marcó un hito en la cultura pop porque Marty aterriza en nuestro 2015.

Después de tantos años de haber visto por primera vez la trilogía (y haberla repetido tantísimas veces), por fin traspasamos el lapso de 30 años entre la vida real de Marty y la de 2015. Me siento algo mayor porque hace unos años pensaba en el día en que Marty McFly llegaría y me quedaba lejísimos. Pero aquí estoy, escribiendo sobre algo que está sucediendo hoy mismo. Mañana Back To The Future logrará formar parte del pasado de una vez por todas. Quedará en nuestras cabezas y corazones como una de las pelis que más huella nos han dejado. Marty no va a volver más adelante, viajará atrás en el tiempo hacia un paisajístico oeste para después volver a vivir como debe en 1985.

Acertase o no Zemeckis con sus predicciones no es de importancia. Hoy celebramos algo ficticio que a tantos fascinó en su día. Por estas razones, el término “cine” es de tan complicada definición.
edgar_33
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9
6 de octubre de 2015
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine es la técnica de representar una historia a partir de la proyección de una sucesión de imágenes que dan la impresión de movimiento. Aquello que observamos debe proponer un argumento con uno o dos protagonistas, con sus respectivas personalidades y vidas sociales, para poder meter al espectador dentro de la historia. Una vez terminada la película, sacamos nuestras propias conclusiones, afirmamos si nos ha gustado o no, y marchamos discutiendo con nuestra mente o con un amigo las sensaciones que te ha dejado el film en cuestión. Dichas sensaciones son relativas para cada persona y por lo tanto, heterogéneas, cada uno da la suya, y a cada uno le llega de una forma distinta. El cine es algo subjetivo. Las impresiones que uno tiene al finalizar una película pueden ser comparaciones con situaciones de vida (propias o ajenas); trascendimos el argumento de una obra audiovisual a cualquier suceso o anécdota que conocemos.


Alice In The Cities la extrapolo de forma curiosa. La película empieza con un periodista alemán de ruta por Estados Unidos al que acaban de despedir por su ineficacia informativa y fotográfica. Luego, conoce en el aeropuerto a una madre que se presenta como una madre normal, y que sin embargo termina siendo una irresponsable al ser capaz de dejar a su hija con un absoluto desconocido, para poder curar sus heridas sentimentales. No parece algo “realista”, ya que pocas madres lo harían. Pero pensémoslo, si estuviésemos en un mundo más o menos pacífico y justo, podríamos confiar en desconocidos como Felix Winter para que cuidaran de una niña cualquiera que sólo hace que seguir los pasos de la tormentosa vida de su madre. Suena un poco raro dejar un crío con un extraño. Difícilmente mi madre hubiese hecho algo similar, y si lo hubiese hecho, al instante se arrepentiría y estaría buscándome. De hecho, a alguien que no conoces, cómo le vas a hacer responsable de una chiquilla de 9 años? Pueden secuestrarla, violarla, matarla. Es un poco bestia, aunque muchos padres lo suelen pensar, y hay casos reales que lo prueban, aparecen a diario en informativos.
Es algo que seguramente el mundo se tendría que plantear. La seguridad debería estar garantizada cada vez que alguien, por muy joven o viejo que sea, sale a la calle. Wim Wenders plantea una relación adulto-niña que se antoja ilegal en ciertos términos, y que gracias a la mutua humanidad que hay entre los protagonistas, termina siendo muy atractiva y preciosa de ver. Es una película que muestra de forma normal y corriente cosas tabúes de nuestra sociedad actual.

A la película le vas cogiendo cariño. El fotorreportero protagonista es apático, despreocupado y camina sin rumbo alguno. Cuesta cogerle estima en un principio, quizá por sus pocas dotes de charla, e incluso parece ser de un carácter plano; no obstante, es la relación paternal que tiene con Alice la que lo enriquece como personaje y nos cambia por completo la forma de verlo. La niña cambia al hombre; una persona es capaz de cambiar a otra, sólo se necesita un poco de amor y tiempo. Aquí el mensaje. Para Felix, lo que era amargura existencial en un principio, se transforma en alegría, para después terminar en tristeza. Incluso redescubre su propia personalidad, con la ayuda de Alice. Está un poco KO porque le han echado de su trabajo, sin embargo, sigue con su cámara, objeto que acaba llamando la atención de Alice. Felix hace miles de fotos, y hay un par de destacables por lo que significan y por su contexto:
1- Foto del ala del avión. Una vez la imagen se ve nítida, me quedo con la frase de Alice: “Bonita fotografía, pero está vacía.”
2- Foto de Felix hecha por Alice. Alice insiste en que el hombre no tiene fotos suyas y debe tener alguna.

Hay una tercera que ejemplifica lo humano de la película, son el pack de 4 que se hacen en una de las ciudades de Alemania por las que pasan. Dos extraños con una diferencia de edad abismal, pero que gracias a la convivencia prosiguen con su vida y en consecuencia la hacen interesante para sí mismos.

La fotografía multiplica la magia de la película, la hace única y absolutamente inolvidable. Primero de todo, las fotos representan los momentos vividos y resumen la aventura de este par de desconocidos; luego, audiovisualmente nos permiten comprobar la diferencia que hay entre cine y fotografía, que ambos tienen su qué.

Lo asombroso es que no he aprendido de fotografía gracias a los paisajes, encuadres o los blancos y negros del propio film, lo he aprendido a partir de las fotos aparentemente simples que hacía Felix. Fotos normales que parecen, tal y como decía Alice, vacías, pero que asombran por su normalidad y naturalidad; tan naturales que parece que no sean nada.
edgar_33
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9
18 de septiembre de 2015
19 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Barry Lyndon” es una obra infravalorada de Stanley Kubrick. Tal cual. Sin contar las películas con más fama como The Shining, Full Metal Jacket o Clockwork Orange, la primera que se le ocurre a un aficionado al cine es 2001, Espartaco o Teléfono Rojo. Tampoco obtuvo mucha fama en su estreno, fue con el paso del tiempo que se convirtió en película de culto. Siempre está en la sombra, aunque sea un film soberbio.

Kubrick vuelve a instruir un máster de dirección en todos los aspectos, tanto artística como fotográficamente, y obviamente en el montaje. Una peli completamente diferente a cualquiera que haya hecho, con una temática de tipo histórico y mucho más densa de lo que parece. Hay un sinfín de planos generales dignos de Óscar a mejor fotografía; una perfecta utilización de zooms, y unos travellings extraordinarios.
Es una reinvención del genio inglés dentro de un género que hasta ese entonces ni había olido, para mostrarse como el director más completo de todos los tiempos. Si en The Shining utilizaba magistralmente el sonido y la luz, en Barry Lyndon desempeña toda su experiencia en el arte fotográfico y plasma lo escrito en el guión de la mejor manera posible, como el genio que es.

Hay varios géneros en el film igualmente. Es normal, si dura 3 horas, más chicha hay que meter. El género principal: drama; drama de época concretamente. Luego aparecen como géneros secundarios, los romances, aventuras, duelos a lo Western y partes de road movie. Cada uno rodado con un estilo diferente, acorde con sus características.
Cuando la dirección llega a lo más alto es en los duelos. Ojo! Que nadie diga que son escenas lentas. Sería un error. Son largas, no lentas. Deberíamos tatuar en nuestras mentes que la palabra “lento” es mala; estamos acostumbrados a llamar “lenta” una escena que en el fondo nos muestra cada uno de los elementos que hay en escena. Se debería llamar detallismo o algo similar. Como la vida misma. El detallismo aporta naturalidad y realismo.
En el año 1997, Haneke estrenó Funny Games, peli que impactó por su violencia. Vi antes el remake norteamericano hecho por él mismo en 2007. Me gustó pero acabé desquiciado en algún momento. En la escena donde el marido intenta levantarse después de haber sido apaleado, me fui a mear, a hacerme un café y a bajar la basura. Cuando volví aún quedaba la mitad de la escena. Dura nada más y nada menos que 14 minutos! Pensaba que debía ser la película más lenta que existía. Definitivamente, es muy lenta. Aunque es sólo una forma más de contar algo. Igualmente, aunque sea otra forma de contar algo, es innecesario observar a alguien levantarse durante 14 minutos. Todo lo contrario que con los duelos de Barry Lyndon, en especial el segundo: se baten en duelo, el rival se da cuenta que su arma no está cargada, se produce un gatillazo, luego la llena de pólvora para cargarla y finalmente ambos se baten en duelo. Dura 30 minutos. Si esta escena uno la logra ver sin fatigarse, comprende lo que significa Stanley Kubrick y porque algunos lo ponen en el top del top 10 de los mejores directores de la historia del cine.

Es Barry Lyndon… lenta o tediosa? Suceden muchas cosas. Los duelos alargan el metraje y es obligado que sean largos, son los momentos claves, momentos de vida o muerte para el protagonista, y tienen que aportar tensión, por lo que necesitamos que sean longevos. Además, la historia narra la ascensión de un tipo humilde que vivía en un pueblo irlandés, qué pasa por el ejército hasta ser lord. Hay mucha tela que cortar. Dura 3 horas y es totalmente entendible.

No soy muy amigo de la máxima “no importa lo que se cuenta, sino cómo se cuenta”, nunca me ha gustado demasiado. A veces, me parece oportunista. Sin embargo, Kubrick es capaz de elaborar todas las imágenes necesarias para aguantar un dramón con argumento simple apto para libros de historia moderno y con un elenco de actores modesto, que narrado por cualquier otro director sería francamente aburrido.
edgar_33
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2
31 de julio de 2015
12 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Festival de Cinema Fantàstic de Sitges -- Noche del 10-11/10/2014 -- Maratón de “Survival Horror”.
Proyección de tres largometrajes de terror de escaso presupuesto.

Primera película que proyectan: White Settlers.

La actriz principal sube a la tarima junto a un par de personas más (un presentador y el director). Descripción para vender el filme: “Señores y señoras! Van a pasar mucho medio, la película os va a mantener en vilo, la tensión se palpará en el ambiente de la sala, os pondréis en el papel de los protagonistas fácilmente, blablabla…”

Historia: una pareja de recién casados va a pasar un fin de semana en una cabaña en la montaña. Es una película de terror. A ver… qué demonios puede suceder...? Va a convertirse la protagonista en osa y a atacar a su marido? Les entrará la locura por vivir aislados como a Jack Torrance? La cabaña se convertirá en una casa robot?

Empiezan a suceder cosas extrañas: ruidos apenas audibles que parecen ser de animal, ruidos más fuertes, desconocidos que entran en la casa, etc. Desconocidos con máscara, evidentemente hay que innovar.
Nunca ha habido villanos con máscaras en la historia del cine de terror slasher, así que el guionista Ian Fenton se le ocurre una original idea. Empieza a ojear catálogos de veterinaria y fauna del planeta Tierra para encontrar el jeto más apropiado para estos sucios y rastreros asesinos. Finalmente descubre el animal perfecto: un jabalí.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
edgar_33
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