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España España · madrid
Críticas de East
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Críticas 150
Críticas ordenadas por utilidad
6
23 de febrero de 2020
30 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si se analiza por partes, casi todo en ella es correcto, incluso bueno. Solvente factura técnica, buenos actores, un guión poco original pero potable, una fotografía poderosa, por momentos deslumbrante, con unos excelentes planos cenitales de la ciudad de New York. Pero en su conjunto no logra brillar, como si las distintas partes que la componen nunca se hubieran fundido, como si se miraran con recelo unas a otras. Igual que los personajes, que resultan superficiales. Hablan pero no se relacionan, van de una escena de un crimen a otra como si fueran los figurantes en lugar de los protagonistas, sin apenas emociones. Hay mucha acción, pero la tensión sólo aparece en momentos determinados, más como una visita que cómo si viviera dentro del metraje. Eso sí, por momentos es vibrante.

Da la sensación de que todo es un collage, un corta y pega de muchas películas, un inconcreto plagio para modernizar lo de siempre. Es un poco como las respuestas de los políticos: son profusas y bien hilvanadas, pero ni contestan a lo que les preguntan ni hablan de lo que te interesa.

En definitiva, parece que el thriller estadounidense lleva unos cuantos años estancando, esperando que alguien le señale nuevos caminos, que le insuflen oxigenados aires, un renovado espíritu. Algo que en esta más que correcta cinta brilla por su ausencia.
Pero con todo, resulta bastante entretenida y consigue mantener el interés del espectador.
East
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5
12 de febrero de 2020
31 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
Algún día sabremos por qué vivimos, afirma la protagonista femenina de la película cerca del final. A preguntas como ésta intenta responder un guión que desembarca en la pantalla con innumerables reflexiones sobre Dios, la luz (sobre todo la luz), el amor, la belleza, la vida, la conciencia etc. Todas ellas realzadas por increíbles y hermosas imágenes del cielo, de los ríos, de las montañas, de los bosques, de la naturaleza en sus distintas y luminosas formas. La más lírica de las poesías, la sublimación del ser, la trascendencia y la profundidad de la vida, el amor más incondicional y puro, un Dios hecho a imagen y semejanza de la naturaleza : qué se puede objetar ante la teológica y excelsa plasmación en la pantalla de tanta verdad? Nada, sobre todo si te interesa lo divino tanto como lo humano, como parece ser el caso de los muchos seguidores que tiene este director.

En mi caso echo a faltar lo humano, el sudor, el dolor, el valor, la duda, el miedo, el amor, las emociones reales de los que padecieron esa histórica y trascendental segunda guerra mundial. No encuentro personas en la pantalla con las que conectar, dado que el protagonista es presentado con destellos cuasi divinos: el más amado del lugar, el más comprensivo, el más honesto, el más humilde, el elegido (incluso por momentos parece el hijo de Dios, como cuando habla del espíritu Santo). Y después están los nazis, todos vociferando, con la cara desencajada, desprovistos de humanidad ( incluso de maldad), de los que ni siquiera se traduce lo que dicen. Salvo 3 ó 4 personas normales (su abogado y alguien del clero), no se dibujan personas en la pantalla, sólo arquetipos.

Por eso no me ha llenado ni de lejos la película, ni me he involucrado en la decisión final que ha de adoptar el protagonista (spoilers), porque todo se nutre más de unas creencias religiosas que de un conflicto humano. Sólo me he llegado realmente a emocionar cuando la mujer del protagonista le escribe y le comenta cómo una de sus tres hijas lo hecha de menos, cómo le pide que le guarde comida, que deje la puerta abierta por si regresa. Es de los pocos momentos donde la película conecta con la realidad, con la vida de la que tanto habla pero a la que tan poco atiende. Algo de impostura de lo divino sobre lo humano se masca a lo largo y ancho de toda la historia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
East
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5
1 de septiembre de 2022
22 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace falta más que juntar a dos personas en un coche hablando de sus preferencias musicales, por más que sea con una sonrisa permanente, para hacer verosímil el desarrollo de una historia de amor. Y es que la película no consigue trasmitir las emociones de sus protagonistas, que tampoco parecen personas reales por más que la cinta se encuadre dentro de un cine realista y social.

La pareja es presentada sin aristas negativas. Ella, un manantial de amor que no ha recibido más que palos a lo largo de su vida, ha llegado a ese momento donde la sociedad ya le niega todo derecho a ser feliz. Él lleno de humanidad, con un permanente sentido del humor, un personaje masculino sin mácula, un dechado de virtudes abandonado sin aparente motivo por su pareja (justo lo contrario que en este tipo de cintas, donde los hombres suelen ser retratados de forma más bien negativa). No hay profundidad psicológica ni realismo en la construcción de los dos personajes, por lo que su amor parece mas un premio otorgado desde fuera, un tienen derecho a la felicidad, que una consecuencia de su interacción, de su atracción.

No he percibido ese sentimiento que les va uniendo, ni las necesidades que cada uno cubre en el otro. Y tampoco se hace más verosímil por situarlos con todo en contra: diferencia de edad, de cultura, oposición familiar, un pasado traumático etc.

En definitiva, la relación entre los personajes principales no llega a traspasar la pantalla, por lo que en su conjunto resulta previsible, incluso tediosa por momentos. Aún así está bien rodada y tiene su interés, pero falla en lo esencial, no hay química ni chispa que le otorgue realismo o magia (y menos un cóktel con esos ingredientes) a esa historia de amor.
East
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6
15 de octubre de 2019
26 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Impresiona su flamante filmografía, un Woody Allen con el que muy pocos pueden competir, alguien que lleva 50 años en la primera línea del séptimo arte, que en el peor de los casos dispone de unas 10 películas memorables, algunas con una mesa más que reservada en la historia del cine. Un cine que sigue siendo fluido, como "Día de lluvia en New York", que progresa con la plasticidad y naturalidad de sus mejores obras, como si estuviera hecha en tiempo real.

Pero Allen, al contrario que su protagonista en la original "La rosa Púrpura del Cairo”, en lugar de salir de la pantalla para tomar contacto con la vida real, se mete dentro del celuloide manteniéndose en contacto sólo con el mundo de ficción, con sus propias películas. Aquí asistimos por enésima vez a los reproches en una pareja por una infidelidad, que resultan ser idénticos a los de sus primeras obras, como si en las relaciones de pareja nada hubiera cambiado en los últimos 40 años. Una vez más el director habla del cine, del arte, con unos diálogos recargados de continuas referencias culturales, pero que cada vez parecen más ajenos a sus personajes, como si estos fueran los muñecos de un ventrílocuo que habla y piensa por ellos. Además, su cine es cada vez más triste, más oscuro, sus personajes más negativos, por más que intente mantener un tono ligero, incluso optimista, como ocurre en esta cinta.

Lejos de criticar a los pseudo intelectuales de New York, su esnobismo, la hipocresía con la que se conducen sus élites, como hace verbalmente su personaje principal, la película acaba por ensalzarlos (ver spoilers). Rebelde contra qué, le pregunta al protagonista su madre, una mujer que representa el fariseísmo y la rigidez de la alta sociedad (y con la que no acaba de congeniar). De tu pretenciosa idoneidad, le responde. Y todo después de una referencia al rebelde de Hollywood por excelencia, al Robert Mitchum de "Retorno al pasado" (de Jacques Tourneur). ¿Cómo se puede siquiera comparar la rebeldía de Mitchum, tanto en su vida real como en sus películas, con la de un joven que personifica el elitismo más clasista por más que esté disfrazado de contestatario? En "Retorno al pasado", ante alguien que le reprocha al personaje de Mitchum su mutismo, éste le responde: " nadie ha aprendido mucho escuchándose a si mismo." No es mala reflexión para un Woddy Allen que lleva demasiados años escuchándose e imitándose a sí mismo, de lo que sin duda se resiente cada vez más su obra.

Desde hace 20 años es un cineasta minoritario en su país (así lo certifican las pírricas recaudaciones de la práctica totalidad de sus películas), donde ya no conecta ni con los jóvenes ni con los adultos ajenos al singular mundo de New York, que son la inmensa mayoría, pero todavía conecta con el cine existencialista europeo, más intelectual, menos físico. Aquí recauda más, al menos lo suficiente para poder seguir rodando una nueva película cada año, y sigue gozando del reconocimiento de la crítica. Ojalá pueda seguir así porque todavía atesora talento y, aunque muy de tarde en tarde, factura buenas películas.

A mi me pasa con él lo mismo que a muchos de los protagonistas de sus grandes obras, que echaban de menos a sus ex parejas precisamente porque ya no estaban con ellas. Ya no veo todas sus películas, porque cuanto menos veo al Woody Allen del siglo XXI más me sigue gustando el gran Woody Allen del siglo XX.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
East
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7
9 de marzo de 2019
25 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es sin duda una película Clint Eastwood.Tiene su particular sello, su impronta, su cadencia. Está bien hecha, resulta emotiva y estimulante. Dos horas de buen cine como no suele ser de otra manera en las películas dirigidas e interpretadas por este mito viviente, superiores en cómputo global a las que sólo interviene como actor o director. Si bien tiene muchas más arrugas y ya camina encorvado, con más parsimonia si cabe, sigue dirigiendo con la misma mirada limpia.

Aún así, "Mula" está lejos de sus mejores obras, porque le sobra ese mensaje tan reduccionista, entre expositivo y didáctico: "la familia es más importante que el trabajo". Además el guion lo presenta más como premisa que como consecuencia, como un almibarado dulce que desentona entre entrantes salados.

El anciano al que Eastwood interpreta siempre ha vivido a su manera dedicándose a cultivar flores, a viajar, a ligar al mismo tiempo que descuidaba sus más elementales obligaciones familiares. Y a pesar de que sufre por el rechazo que su actitud ha provocado en su familia ya rota, en su vejez sigue actuando un poco como siempre, viajando contento mientras ejerce como "mula", divirtiéndose, llevándose bien con casi todo el mundo, sin que la ruptura familiar acabe por remover sus entrañas, por minarlo. En ese crucial punto narrativo, que viene a ser el corazón de la historia, hay una clara contradicción entre el mensaje que intenta trasmitir la película y su contenido, toda vez que nos presentan a un anciano sólo y rechazado por su familia pero que se encuentra más cerca de la felicidad que del tormento.

Quizá el guion se inspira en la vida real de Eastwood reflejando la impermeable personalidad de alguien que nunca ha vivido al dictado de nadie, ni siquiera de una implacable y todopoderosa industria cinematográfica que acaba imponiendo su criterio, sometiendo a casi todos los que trabajan en ella. Y lo mismo que el anciano protagonista de la Mula, Eastwood ha decantado su vida hacia el mundo del trabajo por delante de su familia pero sin que por ello haya pagado un precio demasiado alto (en el estreno Eastwood estuvo acompañado por todos sus hijos), por más que pueda estar arrepentido.

Pese a estas limitaciones, una película digna de verse, con un inusual y fino humor mediante el que se critica la dictadura de lo políticamente correcto, es decir, la defensa a ultranza de las formas por encima del fondo, de los hechos. Eastwood considera que la actitud de un anciano que se detiene en la carretera para prestar su incondicional ayuda a quien la necesita es mucho más valiosa, por más que vaya acompañada de un lenguaje poco idóneo ( negros o boyeras), que la "pose" de utilizar un lenguaje apropiado pero desprovisto de la más mínima acción positiva que lo secunde.

Un suma y sigue, con un carácter menor en este caso, en la grandiosa obra de un artista completo donde los haya (también aquí participa en la banda sonora), que lleva como si nada 50 largos años en la cima del séptimo arte. Habría que inventar una palabra que describiera la particular relación que se ha establecido entre su figura, entre su obra, y sus incontables seguidores, un estable, persistente y silencioso vínculo muy distinto al estridente fenómeno "fans", normalmente más efusivo y con mayor idolatría.
East
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