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Críticas de David Mudarra
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Críticas 59
Críticas ordenadas por utilidad
3
14 de mayo de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
No tengo nada claro el porque de que comedias de este estilo sigan surgiendo en las carteleras de nuestros cines. Supongo que tendrá que ver con su rendimiento en taquilla aunque no deja de sorprenderme que películas como esta tengan público suficiente para pagar sus facturas.
Los animalitos del zoológico Franklin Park adoran a su bondadoso cuidador Griffin Keyes (interpretado por Kevin James). Pero cuando Griffin se da cuenta de que se encuentra mas a gusto en compañía de un león que de una bella damisela decide que la única forma de conseguir una mujer con la que compartir su vida es buscar un curro digamos más glamuroso y dejar el zoológico. Los pobres animalitos entran en pánico y deciden romper el código que llevan cumpliendo desde el inicio de los tiempos y nos revelan su mayor secreto, pueden hablar. Y de paso deciden enseñarle a su cuidador las reglas del cortejo al más puro estilo animal.
Este es el argumento de una comedia que intenta tapar un montón de agujero y que finalmente no lo hace con ninguno. Nos recuerda a los productos surgidos de la factoría de Adam Sandler (recordemos noche en el museo). Se mezclan un motón de tópicos, chistes fáciles y situaciones increíblemente inverosímiles protagonizadas por un desencajado personaje (como su interpretador). Si destaco el doblaje de José Mota que da voz a un simpático monito (tal vez a los seguidores del humorista les guste). No me queda nada claro si va dirigida a un público infantil o adulto, pero a pesar de su buena taquilla en los Estados Unidos, no creo que obtenga una buena acogida por ninguno de los dos.
David Mudarra
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1
21 de mayo de 2013
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que cara se le quedará a un japonés después de ver una película de Mortadelo y Filemon? Pues seguramente que la misma que a mi después de ver esta adaptación de una serie de animación japonesa de finales de los setenta. Como pasa con los célebres personajes de Ibáñez, la peli no es muy buena. No da al espectador ni un respiro y su humor es muy autóctono, lo que dificulta su distribución fuera del país. Esta extravagancia nipona trata sobre una pareja de superhéroes que una vez a la semana luchan contra el mal al tiempo que viven una aventura arqueológica para recomponer las piezas del objeto místico de turno, la misteriosa calavera de piedra. La narración es episódica y más bien parece que han adaptado tres capítulos distintos de la serie original, lo cual, se agradece porque sino la endeble trama y el ritmo frenético serían muy difíciles de digerir si no fuera porque la estructura se repite.
Las propuestas de Takashi Mike (“Auditión” 1999) parecen a priori interesantes, pero siempre suelen producir desencanto. El realizador esta fascinado por lo visualmente bizarro y en esta ocasión logra un pastiche que se alimenta del anime, el manga, los musicales, los videojuegos y solo Dios sabe cuantas cosas mas, pero cine más bien poco. Hay mucho colorido y mucha acción absurda, unos malos de pega, algunos momentos ridículos, robots gigantes e incluso sexo entre ellos (¿?). la peli abusa de la infografía y la puesta en escena esta totalmente digitalizada pero que te sientas atraído o no por este frívolo artifico depende más de tu edad y de tu conocimiento sobre la cultura nipona que de lo estrictamente cinematográfico.
David Mudarra
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6
21 de mayo de 2013
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Oliver Stone iba cuesta abajo y sin frenos. Sus últimas y pésimas películas me hacían sospechar que tendríamos a un director borracho de éxito y sobrado de intenciones políticas contra su, hasta hacía nada, presidente George W. Bus.
Estaba cantado que si le había hecho documentales a Castro, no faltaría mucho para hacer una peli como esta. En los making of y entrevistas posteriores la intención de Stone era lanzar un vistazo a la vida de este nuevo ex presidente.
La peli no sabe donde ubicarse en ningún momento. Cuando parece una parodia que puede ir por el buen camino se topa con explicaciones que reducen un mundo entero a la relación entre un padre y su hijo. Nada existe fuera de esta relación y del comité de asesores que rodea a W, más que el azar para poder dar cuenta del camino que le llevo a ser presidente de los Estados Unidos. La trama se centra en este hijo “no modelo” en el que Bus padre va perdiendo la fe después de haberle conseguido todo tipo de empleos incluyendo sus propias empresas. Sólo cerca de los cuarenta años comienza a dar muestras de querer ser algo más que el hijo descarriado de una próspera familia. Simpática resulta su candidatura a gobernador de Texas que coincide con la derrota de su padre después del conflicto de Irak. Su padre, no supo capitalizar la intervención americana en aquel país sufriendo por ello castigo en las urnas por parte de los demócratas liderados por Bill Clinton. Ese hecho, desata en nuestro protagonista la convicción de ser gobernador de su estado y lo logra a pesar de sus limitantes creativas y de expresión. Otra secuencia interesante es la reunión donde se decidió la política exterior después del 11/09 que resulta sumamente oscura. Es ahí donde Powell le pregunta al asesor del presidente acerca de cómo seria el retiro después de perseguir a los enemigos y restablecer la democracia en Irak. La respuesta de Cheney fue “no nos iremos nunca. Nos quedaremos”. Que fuerte.
De entrada estamos ante una peli riesgosa por su tono de comedia y por la cercanía de contar la vida de alguien que solo hace unos días ha dejado el poder. La historia nos ha enseñado que se juzga con el tiempo pero a los pocos minutos la cinta cae en aquel prejuicio y nos muestra el lado humano de alguien que toco la fama ayudado por su apellido, la cercanía con la gente y unos buenos asesores legados de su padre que lo catapultaron.
Stone tiene puntos en común con Bus. Los dos fueron a la universidad de Yale, los dos fueron a la cárcel y provienen de familias adineradas que les dieron la oportunidad de estudiar lo que quisieran pero que casi echan por la borda todas sus aptitudes. Esta claro que Stone no es partidario de Bus pero tampoco lo crucifica en el filme. La peli se hizo obviamente con financiamiento externo porque de Stone cualquier cosa puede esperarse aunque el resultado es más bien reposado así que no creo que le diese tanto miedo verla a los protagonistas reales.
Es muy difícil conectarse con los personajes, teniendo tan frescos en la memoria a todos los miembros del comité público de Bus pero el trabajo actoral es notable. Brolin hace un gran trabajo de interpretación y mimetización. El año anterior había sido protagonista de la película de los hermanos Coen “No country for old men” y se nota su dedicado trabajo dando vida a W durante hartas décadas. Cheney (Dreyfus) es el que peor queda junto a Rumsfeld (Glenn). Powell (Wright) es el más entero y decente.
Lo cierto es que si la peli pretendía ser polémica no lo es. Y si quería echarle algún muerto encima por la dichosa guerra de Irak, él sale más libre de culpa de lo que dicen los progres en sus manifestaciones. Parece que las políticas que afectaron a miles de personas se deben a que un chico provinciano (y casi fronterizo) decidió demostrarle a su padre que era tan capaz como su hermano, que fue victima de la manipulación de los halcones que le rodeaban y que todo habría sido mejor si W hubiera cumplido su sueño en las ligas mayores de béisbol. La peli resulta interesante, bien hecha, desde una sobriedad que no parece de Stone y que no ha interesado lo más mínimo en el mundo. Salvo en España, ya que la televisión española la programo el día que Obama tomaba la posesión. Eso es puntería. Y sin pasar por los cines. Desde luego, si este es el peor retrato de un director que odiaba a este presidente, la verdad es que no era tan malo como nos lo vendían. Stone, te dejo a Zapatero para que le hagas una película.
David Mudarra
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5
21 de mayo de 2013
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película rodada en Glasgow con un bajo presupuesto. Joe (Ewan Mcgregor) encuentra trabajo en una barcaza de Les (Peter Mulan). Un buen día, encuentran el cadáver semidesnudo de una chica, lo que hace que salgan en los periódicos. Sin embargo, Joe parece saber, poco a poco, más sobre la chica fallecida. Mientras tanto, emprende a espaldas de Les una relación con su mujer Ellen (Tilda Swinton) hasta que un día los pilla y Leo acaba ocupándose de la barcaza junto a Ellen.
Sinceramente, la peli no esta mal. Una vez más estamos ante un buen trabajo de Ewan Mcgregor, quizás uno de los mejores actores del mundo y que suele brillar en cada papel sea cual sea la peli. Por ejemplo, fue sin duda el mejor de aquel desastre llamado “Ángeles y Demonios”. De todos modos esta historia es para verla solamente una vez, pues aunque a ratos es entretenida, es un filme demasiado lento (especialmente su primera hora). Y eso sí tiene una carga sexual importante. Como curiosidad diré que a su director le gustó mucho el trabajo realizado por Mcgregor y contaría con él en ocasiones venideras.
David Mudarra
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7
16 de mayo de 2013
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lucio Fulci era un director italiano muy cansado ya de las comedias y golpeado por la vida que decidió explotar su vena más sádica y ganar asi el máximo dinero posible. Dio muestras de alarma con su primer spagueti westem (“Tiempo de masacre” 1966) donde las balas no impedían que la muerte fuese un asunto gráficamente detallado pero su imaginario de acuchillamientos, violaciones y mutilaciones se encontró más a gusto con el giallo, aunque sus obras excedían lo usual en este subgénero italiano del horror. En 1979, en vista del éxito de “Dawn of the dead” (¡978) que en Italia se conoció como “Zombi”, los productores decidieron usar ese mismo título para promocionar su propia película de zombies y crear así una falsa secuela (aunque nadie pidió que le devolvieran el dinero de la entrada del cine por ello). Pero con Fulci a la cabeza, esta “Zombi 2” resultó ser, con mérito propio, otra obra cumbre del gore.
A principios de los ochenta Fulci era un director con muchos admiradores con películas como “Pánico en la ciudad de los muertos vivientes”, 1980) o (“El más allá”, 1981)., las cuales, convencerían que el ser humano no es más que carne, tripas y sangre. También llegarían apasionados opositores escandalizados por sus delirios cinematográficos. Una parte de la sociedad compararía el cine de Fulci con un basurero de repugnancias. En los años venideros, el realizador llevará una carrera errática, con aislados éxitos, pero cada cual más lejos en la búsqueda de mayor crueldad visual. Su obsesión con lo sórdido quizás responda a una vida llena de amarguras como fue el suicidio de su primera esposas, sus apuros económicos y una salud siempre precaria. Pero estos tampoco me parecen sufrimientos de otro mundo. Fulci confesó en más de una ocasión que mucha sangre se derramo con el único objetivo de cobrar un cheque. En 1996 murió al olvidar inyectarse su dosis de insulina (suicidio, suponen muchos).
Centrándome en esta peli, en lugar de imitar a quien supuestamente precede (como ya he dicho “Dawn of the dead) esta inspirada más en las primeras películas sobre el tema como “White Zombie” (1932) y “I Walked with a Zombie” (1943), igual que en estas, la acción trascurre principalmente en una isla del Caribe, preferiblemente Haití, donde los hechizos vudú de los nativos sería la causa por la que los muertos se reaniman con apetito caníbal. La ciencia del hombre blanco no es capaz de explicar semejante prodigio. Aunque tampoco tendrían mucho tiempo para investigar pues pronto los aventureros científicos serían mordisqueados por los zombies locales.
En la isla Matool, el Dr. Menard es un científico que vive obsesionado por explicar el porque los muertos resucitan con tan pésimo ánimo. Todos aquellos pacientes que fallecen en su hospital deben recibir un tiro en el cráneo para asegurar su viaje sin retorno. Mientras, en New York, el velero del doctor navega abandonado cerca de la costa. En la inspección del mismo un agente muere de forma violenta y un zombi intenta introducirse ilegalmente. La hija del científico (interpretada por Tisa Farrow, la hermana de Mia es clavadita) y un periodista parten en busca del ya mencionado doctor. Aquí podéis relajaos y olvidar la trama pues la pareja llega a Matool cuando la situación ya es inenarrable. La población de zombies se esmera en dar la bienvenida a los recién llegados.
Gracias a unos mejores efectos especiales, los muertos de este filme superan a los de “Dawn of the dead” en furia carnicera. Putrefactos, agusanados y emergiendo de la tierra nos encontramos con unos muertos de antología, quizás entre los más terroríficos del cine.
El cine de este realizador se interesa más por los espectáculos sangrientos que por contar historias. En esta peli, al igual que en muchas otras, las líneas del diálogo suelen ser simples instantes de respiro para el espectador, uno de esos momentos en los que un desnudo gratuito nunca viene mal. La expectativa esta en el grado de retorcimiento de la próxima escena. Y así, al servicio del morbo, Fulci hace un uso agresivo de la cámara, con acercamientos veloces al centro mismo de la repugnancia.
De este filme me quedo con dos imágenes para el recuerdo. La primera es la de un tiburón luchando contra un zombi y con una mujer nadando en topless por allí cerca. Y la segunda, más infame aún, la del ojo reventado (horrible momento cumbre del cine de lo horrible).
David Mudarra
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