Una de las cosas fundamentales que tiene que tener una película es que su historia sea pensada para el lenguaje cinematográfico.
Esta no lo es, la película es lenta, aburrida, y deprimente, no tanto por lo que le sucede a los personajes que también lo es, sino por la forma en que se cuenta.
Es una lastima porque bien contada, hubiera sido buena.

Por lo general y esta no es la excepción, las adaptaciones de novelas policiales españolas fracasan al ser adaptadas al cine, ya que se limitan a hacer calcos, sin impregnarles nada, sin captar la esencia de la novela, que no es solo contar lo que narra, sino saber como hacerlo.
Acá el director hace un trabajo regular, se limita a filmar pero sin ponerle corazón a lo que hace, por lo que sale una película insulsa, aburrida, donde lo más valorable desde mi punto de vista, son los hermosos paisajes gallegos, aunque lo que se muestra de esas hermosas y rusticas tierras se puede ver en cualquier programa turístico de la tarde, y Marta Larralde, que brinda una buena interpretación, los demás están bien, pero ninguno destaca realmente, hacen un trabajo correcto, sin más.

No me gusta andar cuestionando las opiniones de los demás, ya que opiniones como culos, todos tenemos uno y es diferente al del resto, pero me sorprende que una vulgar, manipuladora y pretenciosa película gore, tenga tan buenas calificaciones, cuando en realidad es puro morbo, escenas sórdidas, donde en gran parte de la narración solo se ve a un tipo que por el dolor se convierte en un psicópata, y en un violador que termina convertido en un masoquista, de verdad alguien puede entender el comportamiento del violador, es grotesco, nadie reaccionaría de la forma que él lo hace, a no ser que sea un masoquita.
El mensaje de la película sería: la violencia genera violencia, pero esta no conduce a ningún lado, vaya obviedad.

En la época que estaba en boga adaptar cuentos y novelas clásicas, llegó la mediocre adaptación de Diario de un loco, la novela lamentablemente toma los aspectos más truculentos de la historia de Maupassant, donde toman el problema del protagonista que obviamente sufre un grave trastorno de doble personalidad, y lo hacen ver como si estuviera poseído por un ente, que lo obliga a matar.
La dirección está muy en el estilo de las películas de los años 60, con esa asquerosa iluminación verde fosforescente, que hasta un director como Hitchkoot, cometió el error de usarla en Marnie, los demás directores mucho más mediocres hicieron uso y abuso de ese recurso.
En lo demás, Vicent Price, como hizo casi en todas sus películas de terror, interpretó a Vincent Price.

Una oficial debe pasar el turno noche en una estación de policías que está por ser cerrada, durante las 8 horas que dura su turno, cosas absurdas sucederán.
Lo peor del terror sobrenatural, es que ya se ha visto todo, un montón de veces, escenas sórdidas, llamadas misteriosas, alucinaciones, todo apesta a cliché, y aunque la película se la quiera dar de original sobre todo con su final, pues no lo logra.
Para rematarla, es bastante lenta, y sin gracia.