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Críticas de Luis Guillermo Cardona
Críticas 3.333
Críticas ordenadas por utilidad
8
1 de marzo de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando se ha tenido una buena fama y cuando alguna vez se creyó haber sido importante para mucha gente en los terrenos del arte, perder estas cosas no es algo que todos asimilen de la misma manera. Hay quienes, con total cordura, aceptan que la fama no dura para siempre y, al reconocer lo realizado y volver a ver los viejos recuerdos, se sienten complacidos de haber tenido una vida útil. También hay otros que siguen luchando hasta la muerte y su talento es tan grande que se dan el gusto de morir en un escenario o al poco tiempo de dejarlo… pero, hay algunos, que la pérdida de la fama la reciben acompañada de dificultades económicas y de un gran vacío afectivo, y estos son -sobre todo cuando fueron artistas valiosos- los que peor la pasan… ¡y los que nos duelen en el alma!

Sobre casos de este último tipo, es la historia que nos ofrece el director, Julien Duvivier, en su película <<EL FIN DEL DÍA>>, habiendo sido, él mismo, en compañía de, Charles Spaak, el que escribiera el apreciable guion. El cuento comienza cuando, el actor de teatro, Raphäel Saint Clair, al sentir que está teniendo malas críticas y que su tiempo de galán ya ha pasado -lo que lo obliga a aparecer en salas populares-, decide abandonar las tablas y se marcha a la Abadía St. Jean La Rivière, un retiro para actores donde va a encontrarse con viejos amigos, antiguas enamoradas… y un rival, Marny, quien nunca le perdona un triste hecho del pasado.

No obstante ser una trama que, fácilmente podría desbordarse en el melodrama, el director sabe llevarla con suma altura y con marcado equilibrio, e incluso se da el gusto de incluir situaciones de comedia con más frecuencia de lo que uno esperaría… pero el drama está ahí, latente, y se irá incrementando a medida que ahondamos en la vida de los personajes.

Y la tensión se duplica, no son solo por los trastornos mentales, la nostalgia y/o la frustración que sufren algunos de los viejos actores que habitan en aquella casa de retiro, sino también porque, el director de dicho espacio presiente que, los altos costos y las finanzas en caída, pronto obligarán a cerrar los servicios de la abadía.

Para dar una gran solvencia a esta emotiva trama, Duvivier, ha logrado reunir a un grupo de grandes y muy veteranos actores que seguirán demostrando que, su éxito y su permanencia, no es cosa de corta temporada, porque su profesionalismo sigue intacto y es a toda prueba. Hay que ver a, Michel Simon (Cabrissade), Louis Jouvet (Saint Clair) y a Victor Francen (Marny), para tener a tres actores que, todo el que ame el buen cine del pasado, seguramente recuerda por sus calificados roles en, “La Chienne”, “Hôtel du Nord”, “L’Aiglon”, y otras importantes interpretaciones.

<<EL FIN DEL DÍA>>, fue nominado como, Mejor Filme Extranjero en el Festival de Venecia y, Julien Duvivier, abonaba a su filmografía otro título que sobresale por su calidad humana, a la vez que sirve de alegato para que, la vida de los que aportan al arte en todas sus manifestaciones, interese algún día -como se merecen- a los gobernantes y al pueblo, porque, sin los artistas la vida perdería brillo y se volvería insulsa; la cultura se empobrecería y las esperanzas de cambio personal y social, perderían a un gran aliado. El arte es luz transformadora y vivificante; es exaltación de la belleza y de las grandes historias; y es uno de los más gratos destinos que puede asumir cualquier ser humano.
Luis Guillermo Cardona
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7
20 de febrero de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se ha dicho, con cierta razón que, <<RETURN OF THE BAD MEN>> (El Regreso del Forajido), es la segunda parte de una trilogía que, sobre algunos de los más famosos bandidos del oeste estadounidense, hiciera la productora RKO. ¿Qué tienen en común? Dos de ellas, “Badman’s Territory” (Tim Whelan,1946), y la que ahora nos ocupa, fueron protagonizadas por Randolph Scott, pero, representando a dos personajes muy diferentes, en historias bien distintas. En el tercer título, “Best of the Badmen” (William D. Russell, 1951) el protagonista es, Robert Ryan, representando a Jeff Clanton, y en el filme de, Ray Enright, es Sundance Kid. En la primera y segunda película, Jack Natteford y Lucie Ward, fueron los principales responsables del guion, pero, en la tercera nada tuvieron que ver… y en definitiva, su principal asidero -amén de que las produce la RKO- en que, en ellas, están las famosas pandillas de los Clantons, los Daltons, los Youngers o los James, una serie de bandoleros que dieron mucho de qué hablar -y qué hacer- en el wild wild west del siglo XIX.

Sin embargo, creo que al momento de realizar, <<RETURN OF THE BAD MEN>>, el director, Ray Enright, pensó más en su película previa, “Badmen of Missouri” (1941), en la que los personajes protagónicos son los hermanos Younger, regresando al estado de Missouri en plan de venganza contra un banquero despojador de tierras.

Estos forajidos vuelven a aparecer en la nueva película, y junto a los Dalton, pero con mayor protagonismo, serán el dolor de cabeza del nuevo sheriff, Vance Cordell, quien parecía dispuesto a salirse del nuevo infierno en que se ha convertido, Guthrie, con la llegada de miles de inmigrantes, para meterse en el purgatorio matrimonial en una tierra en paz… pero, cuando le dicen que entre aquella gentuza anda, Sundance Kid (mucho menos simpático que cuando lo interpreta, Robert Redford), Cordell acepta que le coloquen la estrella de plata… y adiós al himeneo.

La película resulta bastante entretenida, pues, tiene diálogos muy simpáticos y bastante fluidos, los personajes están bien contrastados y es fácil empatizar con los que se suman al ejercicio de la ley; las escenas de acción resultan aceptables… y Sundance (muy bien representado por el notable actor, Robert Ryan), será un malo-malote con serios signos de psicópata.

Entre las chicas (representadas por las atractivas, Anne Jeffreys y Jacqueline White), se hace un ejercicio de rehabilitación bien interesante… y también habrá un juego de celos que dará cuenta de su madurez. Como es de esperarse, el sheriff de turno (el buenazo, Randolph Scott), será el agraciado con el corazón de ambas mujeres.

Necesario mencionar a, George “Gabby” Hayes, un actor que se ha llevado muy bien con Scott, y quien hace las veces del divertido, pícaro e “irascible” anciano desdentado, como el que representara, con mayor éxito, Walter Brennan, en “Red River”,“Rio Bravo” y otros tantos títulos. El director, Enright, lo tendría en otras de sus películas, pero, siento que aquí tiene su mejor representación.

En fin que, <<EL REGRESO DEL FORAJIDO>>, es un agradable pasatiempo.

Título para Latinoamérica: <<LOS MALOS REGRESAN>>
Luis Guillermo Cardona
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7
14 de febrero de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Perry Mason, fue un famosísimo personaje creado, en 1933, por el abogado y escritor estadounidense, Erle Stanley Gardner (1889-1970). Como su autor, y a diferencia del común de los personajes relacionados con criminalística, Mason no era policía ni detective privado, sino un abogado penal que, por una paga, defendía a quien estuviese en líos con la justicia.

Por, Gardner, el abogado, siento mayor admiración que por su personaje, porque fue la suerte de hombre que, junto a algunos de sus colegas más sensibles, creó un proyecto al que llamaron, “La Corte del Último Recurso”, con el cual sus miembros se dedicaron a revisar y a investigar aquellos casos de condenados donde se descubrían probables errores que abrían un camino para demostrar que, en realidad, eran inocentes. Bien sabían, Gardner y sus colegas, que muchas personas, sin culpa alguna, son condenadas cada día por errores en el sistema judicial; también por dictámenes errados o malinterpretados por los médicos forenses; por negligencia o incompetencia de los abogados defensores; por malas prácticas, vicios y prejuicios de los fiscales; por improcedencias y abusos de los agentes policiales... y hasta por causas del destino donde, las últimas acciones de los inculpados, se ajustan con precisión a situaciones que los involucran.

“El Caso de la Novia Curiosa” (1934), fue la quinta de las cerca de 80 novelas que, con el personaje de, Perry Mason, escribiera Gardner, y fue la segunda llevada al cine tras, “The Case of the Howling Dog” (1934), que dirigiera Alan Crosland. La Warner Bros., fue la productora que iniciara esta serie, y Warren William, fue el actor elegido para representar al lúcido y astuto abogado, teniendo su personaje notables semejanzas con, Nick Charles, el otro sabueso de gran éxito cinematográfico (creado por Dashiell Hammett) que, también en 1934, lanzara, la MGM, en la estupenda serie, “The Thin Man”. ¿Coincidencia? ¿Imitación de quién a quién?

Lo cierto es que, <<EL CASO DE LA NOVIA CURIOSA>>, se asumió como un filme de bajo presupuesto con el que, la Warner, daba un “descanso” al director, Michael Curtiz, tras su compleja y muy efectiva labor en, “Black Fury”. No obstante su simpleza en la realización (paso del tiempo insinuado con desenfoques; una modestísima puesta en escena; poca exigencia en el vestuario...), el resultado fue un filme bastante entretenido, con agradables apuntes de comedia, una trama para nada predecible… y con un par de adorables intérpretes femeninas: Margaret Lindsay (como Rhoda Montaine) y, Claire Dodd (Della, la secretaria de Mason), que hacen brillar la pantalla en cada uno de sus primeros planos.

Como dato curioso, podemos decir que, a disgusto de Curtiz y del productor Harry Joe Brown, Jack Warner impuso la breve aparición de, Errol Flynn (Moxley), pero, ese mismo año, ¡y con el propio Curtiz! se convertiría en una gran estrella al protagonizar, "Captain Blood".

Título para Latinoamérica: LA ESPOSA INTRIGADA
Luis Guillermo Cardona
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9
10 de febrero de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El magnífico director, Rouben Mamoulian, tuvo dos bajos momentos en su carrera. El primero, cuando presionado por la Paramount Pictures, se vio abocado a dirigir, “The Song of Songs”, historia con la que no logró conectar ni un segundo, y entonces, la hizo con el mayor de los desganos dando como resultado un filme bastante desencantado. Después, cuando por la muerte del director, Lowell Sherman, tras dos semanas de rodaje, tuvo que encargarse de, “Becky Sharp”, otra producción en la que la historia no logró interesarlo suficientemente, y no obstante que se le dio algún tiempo para retocar la historia, rediseñar los sets y hasta para volver a filmar lo que Sherman dejó adelantado, la complejidad de experimentar con el technicolor de tres tonos (que apenas surgía) lo dejó hastiado y el filme tampoco cuajó como se esperaba.

Pero, como dijera el propio Mamoulian, <<EL ALEGRE BANDOLERO>>, fue “un regreso hacia la paz”, pues, tras terminar el rodaje anterior, se marchó a México en plan de vacaciones… y tras dos semanas de estar allí, quedó fascinado con sus paisajes, sus cielos nublados, y su amable gente… y entonces sintió que no podría pasar el resto de su vida sin haber hecho un filme en ese hermoso país… y como suele ocurrir con todo aquel que tiene sensibles y valiosos deseos, lo primero que sucedió cuando se reintegró al Estudio, fue que el productor, Jesse Lasky, lo llamó para decirle que tenía a su cargo al actor y cantante, Nino Martini, y que quería hacer un filme con él. Inicialmente se pensó en hacer el “Fausto” de Gounod, pero el guion no interesó a nadie… y entonces apareció el escritor, Leo Berinski, diciendo que tenía una historia sobre un bandido ¡mexicano!

Con el ánimo de retocar la aventura, Mamoulian se la dio al guionista, Wallace Smith, y entre ambos se encargaron de convertir el cuento en una comedia semi-musical, ¡con los bandidos más encantadores que uno pueda imaginar! El director, de nuevo, estaba muy a gusto: Martini tenía una voz magnífica y resultó bastante divertido; Leo Carrillo, era un actor muy dúctil y supo hacer que empatizáramos con su personaje, Pablo Braganza, “el bandido más malo de todo el territorio”; y la también directora, Ida Lupino, sabía hacer lo suyo y se sentía muy cómoda con el personaje de Jane, la chica en plan de matrimonio… hasta que conoce a Chivo.

La película es una delicia de principio a fin: Quienes gustan del bell’canto se sentirán encantados con los tres o cuatro temas que interpreta, Martini, luciendo su excelente voz de tenor. Si se busca comedia, la trama ofrece personajes y embrollos estupendos; y se aspira a algo más, resulta bien original la interrelación que logra, Mamoulian, entre los bandidos mexicanos y los gánsteres de Chicago, con cuyas películas pretende, Braganza, capacitar a sus hombres.

Encantada con el proyecto, hasta, Mary Pickford, se sumó con su empresa como co-productora, y, <<EL ALEGRE BANDOLERO>>, puede sumarse a los buenos logros cinematográficos de ese gran director que fuera, Rouben Mamoulian.

Título para Latinoamérica: LA AUDACIA DE PABLO BRAGANZA
Luis Guillermo Cardona
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9
2 de febrero de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La gente del pueblo se prepara para la navidad y ya en las iglesias, y en los hogares, se decoran los árboles naturales como se hacían -porque se podía- en aquellos verdes tiempos. Justo cuando se dispone a esta tarea, el pastor Jean Martens, es llamado para que asista a una pobre mujer moribunda. Cuando llega ya es demasiado tarde, pero, se entera de que la fallecida ha dejado a una pequeña hija invidente que quedará abandonada, así que, el pastor se la lleva consigo dispuesto a velar por ella… y en el hogar, junto a su esposa y sus hijos, le dedica todo el tiempo necesario para conseguir darle la formación que necesita.

Cuando ya la niña se ha transformado en una atractiva mujer -bautizada Gertrude por el propio pastor-, se aplicará aquella frase de, “El Principito”, que dice: “El tiempo que perdiste por tu rosa, hace que tu rosa sea tan importante”, y así comenzará a desenvolverse una complicada historia de amor, donde diversos personajes amarán, pero, ninguno se atreve a expresarlo… y alguno de ellos ni siquiera se atreve a admitirlo, siendo el que más lucha para conservarlo.

“La Symphonie Pastorale”, novela que el escritor, André Gide, publicara en 1919, funciona en varias perspectivas, y una de ellas, siento que apunta a la terrible fragilidad moral de los clérigos, pero, sin emitir juicio alguno y casi viéndolo con compasión, aunque en este caso, al pastor evangélico le está permitido tener esposa e hijos. Con todo, la historia es punzante y cargada de ironía, dados los resultados que, finalmente, produce su comportamiento.

Con un guion escrito por, Jean Aurenche, Pierre Bost y Jean Delannoy, siguiendo la línea general de la novela, pero con algunas variables en los hechos, el propio Delannoy se ocupó de la dirección, logrando mantener el estilo poético-romántico-trágico que palpita en la obra del escritor francés. La ambigüedad de ciertos diálogos, donde lo que se dice no parece concordar con lo que expresan los gestos, y la fragilidad de cada uno de los personajes tras su aparente carácter y valentía, contiene una rica psicología que eficazmente sobrepasa la epidermis. Esto da gran valor a la película como estudio de personajes… y la composición de imágenes, sumada a una emotiva banda sonora, y a unas interpretaciones bastante sentidas, convierten a, <<LA SINFONÍA PASTORAL>>, en una película de alta valía.

El director no emite juicios, aunque su posición crítica se mantiene como en la novela de Gide, y quedan para el espectador una serie de valiosos elementos, no tanto para que dicte sentencia sino para que comprenda cómo afectan las escuelas y los hogares donde algunos son "formados".

Michèle Morgan, logra una dúctil interpretación haciendo de, Gertrude, un personaje alrededor del cual se mueven todos los hilos: Unos para tratar de atraparla; alguna para probarse a sí misma; y otra más porque quiere probar la autenticidad de la fe que ha depositado. Este rol, le merecería el premio a Mejor Actriz en el Festival de Cannes. Pierre Blanchar, conmueve y perturba con su incondicional entrega y su habilidosa manera de espantar a la mosca que quiere posarse sobre el pastel; y Line Noro, es la particular esposa que aprende a creer más en lo que le dicen que en lo que ella ve, y advierte, con sus propios ojos.

Mención especial para, Andrée Clément, una talentosa actriz cuya fría belleza me recuerda de alguna manera a Catherine Deneuve, y quien, víctima de tuberculosis falleciera a la corta edad de 35 años. Su atinada interpretación de, Piette Castéran, la novia traicionada por Jacques y muy apreciada por Gertrude, motivaría que, Michèle Morgan, dijera: “LA SINFONÍA PASTORAL, fue más un filme suyo que mío”.
Luis Guillermo Cardona
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