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Críticas de Pablete Rural
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Críticas 64
Críticas ordenadas por utilidad
9
31 de diciembre de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Llevaba tiempo queriendo ver esta película: el tráiler, su cartel, la controversia... Fue la recomendación de un amigo la que me empujó a esta experiencia cinematográfica.

En primer lugar advertir que no soy entendido de cine y esta película da pie a muchas interpretaciones.

El film gira en torno a un personaje viajando por París mientras interpreta distintos papeles que le encarga "la agencia" (nadie sabe qué es la agencia ni en que consiste pero es completamente irrelevante).
El comienzo, altamente revelador, es la clave sobre la cual se va desarrollar la película: Ese público hastiado y sin rostro, convertidos en gourmets de peliculas de terror y comedias románticas consumiendo productos rancios y poco originales. A partir de ahí creo que el director mediante el protagonista y los personajes que el mismo interpreta pretende parodiar escenas de estos mismos productos o modelos "predeterminados" que se repiten continuamente en la taquilla y al mismo tiempo experimentar y ser original para crear un film único. Es por eso que me ha gustado tanto esta película, es una oda al cine, en especial al arte de interpretar (Geniales interpretaciones y magistral dirección) y además es un estudio sobre la personalidad y la consciencia de nosotros mismos, es decir, quienes somos realmente.

Por otra parte entiendo (no comparto) la opinión de la gente que ha votado negativo a esta película, seguramente esperaban un argumento convencional o simplemente un experimento más interesante al que se han encontrado.

Para algunos una tontería aburrida, para mi un película de culto y un clásico instáneo, solo me queda por último agradecer a las obras que como esta mantienen la originalidad del cine que tanta falta nos hace en estos tiempos de remakes y escasez de ideas nuevas y frescas.
Pablete Rural
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7
24 de octubre de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta es mi primera crítica aquí en Filmaffinity, ojalá que la acepten.

Gravity, de Alfonso Cuarón. Lo primero que me sorprendió de esta propuesta fue el hecho de que sólo hubiera dos actores protagonistas, sólo dos. Para mí eso de rodar una película de hora y media tan sólo con dos actores me parecía y me parece algo impensable y porsupuesto aburrido... ¡Pues no! El amigo Cuarón rompe con todo y nos trae esta cinta llena de sentimentalismo, de realidad, llena de angustia, de cercanía y apego a sus dos únicos personajes y también una gran moraleja: vivir. El personaje de George Clooney representa el optimismo, el lado bueno de todas las cosas ("Deberías ver el sol brillando sobre el Ganges. Es increíble.") lo ve todo posible, no hay razón por la que no vivir los buenos momentos. Como era de esperar el personaje de Sandra Bullock representa el pesimismo y la desgana de vivir que le han sido producidos por los golpes del destino que nos da la vida.

Ahora podemos hablar de la fotografía y los efectos especiales, IMPRESIONANTES si somos claros y concisos la fotografía es perfecta para la película, todo lo relacionado con la gravedad esta genialmente montado y la tierra en todo momento de fondo viendo como cambia dependiendo de donde esta situado el Sol es simplemente... MAGNIFICO. Como dicen "Lo más cerca que vamos a poder estar del espacio en toda nuestra vida".
Si quieres que te sorprenda de verdad y quedarte alucinado con todos los efectos, tienes que verla en el cine.

Para mi en ese sentido es una película de 9 o 10, el fallo yo considero que esta en la forma de alargar ese final que no llega y algunos momentos de angustia (a veces llega a ser demasiado ñoña y poco creíble). Aunque por otra parte se vive la desesperación de los personajes en primera persona lo que hace que la película sea muy cercana y real.

Esto va a convertirse en un clásico de la Ciencia Ficción, por sus efectos, por su cercanía y realismo y por la originalidad y al mismo tiempo sencillez del argumento. Cuarón se ha ganado un gran reconocimiento haciendo esta obra de arte de la Ciencia Ficción que yo creo marca un antes y un después en este tipo de películas, como hicieron "Matrix" o "Avatar".

Cuando te paras a pensar en la película te das cuenta que "Gravity" se desarrolla enteramente en el espacio pero va mucho más allá, realmente no trata de nada relacionado con él. Trata de porqué vivimos con sufrimiento, trata de los baches que nos pueden hacer dudar sobre si nuestra existencia tiene sentido, de si nos deberíamos rendir, de si la esperanza merece la pena. Es un canto a la vida.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Pablete Rural
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8
13 de octubre de 2020
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
La cinta zaragozana se coronó con la biznaga de oro en el Festival de Málaga y promete ser una de las propuestas nacionales más destacadas en esta atípica temporada condicionada por el virus, nuestro fiel compañero.

A sus once años Celia se pregunta por la segunda venida de Jesucristo. Ansía tener una revelación que resuelva de una vez por todas sus dudas, ofreciéndole alguna certeza a la que agarrarse. Sin saber todavía quién es, mira a aquellas compañeras que comparten su grisáceo y disciplinado círculo escolar. En un ambiente católico como aquel en el que se mueve, hay muchas líneas rojas que no se deben sobrepasar, pero ¿por qué encajonarse en el interior de ellas cuando la gente de su alrededor se permite ser cruel y recurrir a la mentira?

Las niñas retrata desde su comienzo esa búsqueda de verdad y, en esta línea, de una identidad en construcción. Con sus planos cerrados, en parte como consecuencia de una Zaragoza que en nada se parece a la de 1992, nos introduce de lleno en el microcosmos de estas jóvenes amigas para capturar la instantánea de lo que una vez fue. Gracias a unas interpretaciones sorprendentes de un grupo de chicas en estado de gracia las escenas consiguen un plus de veracidad. La música, el pelo, las voces, los silencios en la iglesia, son hilos conductores de un viaje a ninguna parte, ya que el Dios de Celia, a diferencia del de Marcelino pan y vino, no habla, y no responderá a la carta que ella le dirige al comienzo de la película.

Pilar Palomero se coloca, junto a Paula Ortiz, entre lo más destacado del cine aragonés. Su primer largometraje se asemeja al de otra autora primeriza que sorprendió (y mucho) en la pasada temporada: Belén Funes. Su retrato de Sara en La hija de un ladrón comparte con la apuesta zaragozana el interés por seguir a su protagonista hasta prácticamente leer sus pensamientos. Ambos proyectos son un retrato femenino de primera magnitud en un tiempo que los pide a gritos, y poseen un final contenido de una intensidad tal que hiela los nervios y seca la lengua.

Las niñas concluye con un cierre temático tan sencillo que produce risa, pero ante el cual no queda otra que derramar la lágrima. Tras cien minutos de emoción acumulada el balance no está nada mal: una tregua para una niña que acepta por primera vez vivir en un mundo que es complejo, un soplo de aire fresco para el cine español y un tanto para una directora lo suficientemente madura como para no resolver de manera complaciente ninguna pregunta sin respuesta.


Escrito para Infodiario.es:

https://infodiario.es/cultura/cine/resena-pelicua-las-ninas-madurar-nunca-fue-sencillo/
Pablete Rural
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8
14 de abril de 2021
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La danesa parábola que llega este fin de semana a nuestras salas se ha colado de improviso en los Oscar.

Cuando todavía iba a primero de carrera conocí a una estudiante de intercambio danesa, Christine. En una conversación casual, ella nos explicó que en su país no existía la cultura de bar. Allí la gente no bebía a diario, sino que esperaba a festividades o fechas señaladas para empinar el codo hasta el extremo. Todo lo que no se habían emborrachado durante el mes era comprimido en la boda de la prima Inga.

Otra ronda es un experimento con forma de artículo académico, con sus premisas, hipótesis y su comprobación empírica. Pero, a diferencia de los papers de internet y los ensayos de las revistas de investigación, está vivo y sucede ante nuestros ojos. No está impreso en la rigidez esencial de la letra, sino que fluye con la agilidad de la palabra. Es, además, una carrera de fondo que, si seguimos los comentarios de Christine, resulta chocante para la sociedad danesa. A través de este choque abre interrogantes y despeja dudas sobre un tema (el alcoholismo) que nos acompaña desde el momento de su descubrimiento. No es casualidad que la propia película encarne en su estructura la sucesión de una buena borrachera: pasa de la primera copa a la euforia y de ésta a la bajona, al resacón, sin olvidarse del próximo trago, aquel que viene poco después de que uno se prometa no volver a beber y con el que se vuelve a comenzar el ciclo de lo inevitable. Hasta este punto está comprometida con su tema la película de Thomas Vinterberg, cineasta que, a pesar de las rebeldías formales extendidas a lo largo de su variopinta carrera, demuestra dominar el lenguaje cinematográfico al milímetro, pudiendo urdir una narración que contentará a toda clase de públicos.

¡Quién nos iba a decir que uno de los precursores del Dogma95 llegaría a los Oscar! Y qué curioso que no sea la primera vez. Vinterberg ya se quedó a las puertas de la estatuilla con La caza, y la hubiese ganado de no haber sido por la presencia del imparable “remake” de La dolce vita que un día dirigiera Sorrentino. El talento del danés le ha valido este año, además, una nominación a mejor dirección. Y no es de extrañar. Fíjense cómo sigue las copas, cómo expresa con la cámara los efectos de la bebida sin trucos visuales ni trampantojos digitales. Todo esto sin perder de vista la expresión de sus personajes ni las sutilezas de sus diálogos.

Cuatro titánicas actuaciones que fueron premiadas en pack por los jueces del festival de San Sebastián y que, aunque ocupen gran parte del metraje, guardan espacio para los papeles secundarios, esposas y compañeras de trabajo que vienen a completar el elenco. Aquí se vuelve a demostrar que la ratio de aparición en pantalla no es un criterio válido para tachar de superflua una interpretación. Ellas entran en el juego pseudocientífico que en torno al alcohol se va forjando, tomando parte activa en la evolución de la trama, la cual difícilmente avanzaría si nuestros protagonistas se pusiesen trompa sin consecuencia alguna. Como en La caza o en Celebración, Vinterberg vuelve a adentrarse en el terreno de la masculinidad y sus problemáticas. Aunque por momentos parezca tomar partido por un moralismo barato y aleccionador, no es una película que busque una moraleja fija, con su punto medio, con su rechazo del exceso. Las cosas no están nada claras, y buena muestra de ello es su festivo final, en el que, como reza su póster, se celebra la vida y, con ella, tanto su dicha como su sufrimiento; un jolgorio, pues, lleno de luces y sombras.

Al final, la propuesta guarda coherencia con la cita de Kierkegaard que al comienzo se nos presenta: “¿qué es la juventud? Un sueño ¿qué es el amor? El contenido del sueño” ¡Y el alcohol lo pone en movimiento!, añadiría yo. Como dictamina Ortega y Gasset entre machistadas y esencialismos filosóficos, el amor fija nuestra atención en el objeto amado, y reduce nuestro mundo a éste; nos vuelve estáticos. El alcohol y las drogas en general vienen a liberarlo de sus cadenas y nos inspiran para crear nuevas historias. El ebrio éxtasis en el que nos imbuimos nos empuja a extender nuestro amor a todos y a todo. Es la paz con el mundo. Pero ya se sabe: paz y guerra, amor y odio, lindan unos con otros, y hay quien en vez de besos y abrazos lanza puñetazos al aire. Es la ambigüedad irresistible del alcohol, aquella que destroza y salva vidas a partes iguales. Hablamos entonces de un compañero fiel que, como todo buen amigo, decepciona y consuela. O, citando a Homer Simpson, que es causa y a la vez solución de todos los problemas de la vida.


Escrito para Infodiario.es:

https://infodiario.es/cultura/cine/critica-pelicula-otra-ronda-viva-el-vino/?amp&__twitter_impression=true
Pablete Rural
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8
18 de enero de 2020
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La hija de un ladrón (sin lugar a dudas una de las mejores películas del año) muestra de manera desgarradora la historia de un vínculo familiar roto, al tiempo que hace manifiesta la presencia de una nueva mano maestra en el cine social patrio.

Eduard y Greta Fernández son padre e hija. Son, además, actores. No obstante, una vez los hemos acompañado durante 100 minutos poco importa. No es Greta a quien de continuo seguimos a la espalda ni su padre al que vemos cuando alzamos la mirada por encima de su hombro. Es un padre, eso sí, a quien vislumbramos, pero es el de Sara, la madre primeriza que protagoniza esta historia. Ya se sabe: Sara es ente de ficción, pero de carne y hueso; de los de verdad, de los que se elevan muy de vez en cuando por encima de su autor. En este caso autora, Belén Funes, que se deja pasar por encima, suavemente y sin perjuicio, por gente normal.

Sara tiene un plan: construir un hogar junto a su hermano, su novio y su bebé; su padre, recién salido del presidio, no deja de truncarlo casi sin querer. Esta medianidad, cotidianeidad, normalidad de lo complejo, levanta costras y clava aristas. Porque personas en el cine hay pocas. Encontramos ideales y arquetipos, villanos y héroes, pero no personas. Ahora intenta explicar que no han sido los ideales los que han pervivido en esta historia, sino los seres individuales, como ya he dicho, de carne y hueso. Eso no tiene explicación, eso hay que verlo.

Puedo contar, no obstante, que hay un padre, pero no omnipresente y de amor infinito, sino mal tallado, que quiere y no puede. No, no, eso no, sino que puede y no sabe. Porque le han hecho mal, porque brinda por la libertad y no sabe hacer uso de ella, porque cuando abraza a sus hijos no hace sino que le abracen para que le salven de volver a pensar que sus promesas no valen nada; que caen en saco roto antes incluso de ser pronunciadas.

Luego está Sara. Ay Sara, que nadie te acompaña, que tu bebé no habla, que tu novio no responde y tu hermano huye, como tú, a ninguna parte. Que quieres que todo converja en beneficio de todos, que las personas se alineen para que tu amor maternal fluya bajo el mismo techo. Pero no te engañes: heredas el carácter de tu padre y solo quieres que te abracen, sentir el calor de un pequeño grupo de gente. Tener una vida normal. ¿Es para ti eso posible?

Podría seguir contando, pero de nada serviría: Belén Funes ya ha inscrito en imágenes una historia imposible de reinterpretar. Su ópera prima es deslumbrante, realista y no echa mano más que en contadas ocasiones de aquellos recursos efectistas de los que el cine en general abusa. Cuando parece que se va a salir por la tangente y que el dramatismo va a absorber la pantalla se contiene, lo suficiente como para asemejarse a la vida misma. Porque el dolor de la verdadera trama es implícito y subyace a la existencia de aquellos que corren cuesta abajo sin nadie que los salve. Sara, que baja más rápido que nadie, nos despierta una compasión indescriptible pero, aun así, inútil. Nosotros salimos de la sala y volvemos a nuestras vidas mientras ella se deshace en lágrimas rodeada de desconocidos. Solo nos queda rezar para que alguien le quite las penas que, desde tiempos inmemoriales, habitan su alma. Y es que a ella no le da la gana (no quiere, no puede) morirse… sola.


Escrito para Infodiario.es:

http://infodiario.es/cultura/la-hija-de-un-ladron-radiografia-de-una-familia-normal/
Pablete Rural
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