Sidney Lumet se despide dejando una obra maestra para deleite de los que nos gusta el cine de calidad. Impecable como siempre Philip Seymour Hoffman y magistral Albert Finney aunque el nivel de todos los actores es notable. Un thriller narrado con pulso firme y con unos giros impecables. La trama mantiene la fuerza desde el principio y crece hasta lo sublime al final. Difícil hacer una crítica de este film sin desvelar nada. Vayan a verla.

Excelente la película de Duglas McGrath. Brillantes actuaciones de Toby Jones y Sandra Bullock. Una vez dicho esto: sobra "Truman Capote" o sobra "Historia de un crimen". La dos son grandes películas, no sabría decir cuál de las dos es mejor, pero de lo mejor de las dos se podría haber hecho una obra maestra.

Al contrario que la mayoría de los críticos, tanto profesionales como amateurs, a mí me da exactamente lo mismo que esta película consiga algún Oscar o que se vaya de vacío. No entiendo el interés en colocarla en una carrera que no garantiza en absoluto la calidad de una obra.

La película es de un realismo brutal, demoledor, con pocas concesiones a la sutileza. A los pocos minutos de metraje ya vemos cómo se las gastan los negreros, la tortura, el látigo, la ausencia absoluta de piedad. Y a mí el realismo me gusta, me parece bien, uno se mete en la piel de los esclavos y hasta parece que le duelen los golpes, y no entiende cómo es posible aguantar con vida en esas condiciones.

McQueen hace un trabajo impecable, las actuaciones son brillantes, los detalles están cuidados, todo me parece perfecto, pero algo en el ambiente me parece frío, no sé, quizás no consigo entender la ausencia de rebeldía, cómo es posible aguantar en esa situación año tras año sin lanzarse a la yugular del amo y que sea lo que Dios quiera. Me entran ganas de abalanzarme a mí, y me cuesta creer tanta contención, incluso para quitarse la vida y tener que pedir ayuda. Sí, sobrevivir es lo que importa, pero parece tan difícil.

Con todo, una excelente película.

La historia que se cuenta me parece interesante, hay suficiente material para rodar un thriller de nivel y contiene un aspecto para mí muy positivo: no se recurre a subterfugios paranormales para argumentar la trama y culminar un final muy digno.

Dicho esto, me parece una pena que la expresión de esa idea en la pantalla presente tantos errores, errores que considero que con un poco más de empeño, de gusto por el detalle, podrían haberse evitado. Y esta tosquedad, esta brocha gorda la atribuyo, quizá sin razón, a Álex de la Iglesia, que si bien es cierto que no dirige, sí creo que ha metido mano en el asunto. Y si aparece Carolina Bang, en fin.

A la pelicula le falta acabado, pulido, las subtramas se tienen que cerrar, el ritmo tiene que ser regular y, si puede ser, debe ir progresando hasta el final. Esta película es arrítmica, sube y baja, y consigue generar expectativas que luego no se satisfacen. Y Álex de la Iglesia es un poco así, sincopado, desaseado, si dos líneas no coinciden recurre al punto gordo. Y luego ese gusto por el exceso, por el gore, por el humor negro cuando no vienen a cuento me resula irritante.

La música es desacertada, no se asocia con la imagen, y en vez de sugerir molesta .

Y concluyo. Las interpretaciones no me gustan. Macarena Gómez seguramente es una buena actriz pero no me la creo en este papel, y Hugo Silva y Nadia de Santiago están justitos Si a una la sobran registros a los otros dos les faltan.

Y, con todo, le he puesto un 4, un regular, porque a pesar de todo no me he aburrido demasiado.

Pues como si ahora en España un clon/wn de Esteso, Pajares o Antonio Ozores hiciera una de funcionarios y triunfara. Cine con la misma carga de crítica social de brocha gorda que en su día tuvieron Los bingueros, Caray con el divorcio o Los liantes.

Cuarenta años después en Italia resucitan el cine de Alvaro Vitali, Renzo Montagnani y Lino Banfi (este sale y todo), con una comedia del mismo corte pero sin Edwige Fenech ni Gloria Guida, que al fin y al cabo eran lo más interesante de esas películas. Incluso el erotismo que desprendían esas actrices, haciendo un requiebro para ser políticamente correctos, aquí se transforma en una suerte de humor zoofílico que haría sonrojar al mismísimo Rocco Sifredi.

Y no le pongo un 1 por un par de gags que bueno, aún...