Me gustaría aclarar antes de empezar esta crítica que El Juego de Ender es sin duda mi libro favorito y que voy a intentar ser todo lo imparcial que pueda. Esta adaptación a la gran pantalla posee en mi opinión más defectos que virtudes. El primero y más notable es la poca profundidad que se hace en la personalidad de Ender, introducido de manera brusca y precipitada buscando aprovechar minutos de metraje para escenas más comerciales como los combates en la sala de batallas o el videojuego en la parte de la instrucción, una verdadera lástima. Tenemos uno de los más horribles doblajes al español que puedo recordar, especialmente en el lado infantil, donde los actores de doblaje parecen estar leyendo un papel con pocas ganas o sentimiento.

La historia de Ender es sobre todo la superación de las constantes trabas que sus instructores de la academia le ponen para convertirlo en un gran líder. En esta película se hace muy poco incapié en el ingenio que debe desarrollar para superarlas, que es el gran atractivo de la novela, no se siente la frustración que se palpa en el libro al salir de la sartén para caer en las brasas una y otra vez. Y por supuesto el gran fallo de destripar el final a mitad de la película (si uno está atento y sabe leer entre líneas), cuando en el libro te llega de sorpresa con una contundencia que te desarma por completo.

En resumen: mal pulso narrativo, catastrófico doblaje y un desenlace que te deja totalmente frío. El resto de aspectos de la película me parecen correctos (aunque Ben Kingsley está algo desaprovechado) o incluso notables (la sala de batalla es una delicia para la vista). Un film fácilmente olvidable y prescindible.