Igual de hortera, Grease 2 es de esas secuelas que no debería haber salido a la luz jamás. Estrenada 4 años después de la primera, fue un fracaso absoluto. Pero "Grease 2" no es tan mala como siempre se ha dicho. Es cierto que comparar la original con ésta es como comparar un Don Pérignon con un Don Simón, con la similitud de que el último te lo bebes igualmente. Es un divertimento que no requiere neuronas: en esta secuela todos parecen imbéciles totales y, no nos engañemos, en la primera también lo eran y mucho, sobre todo la parte masculina. El problema principal de "Grease 2" es que no tiene mucha imaginación e ingenio: los números musicales están desaprovechados y rodados torpemente, su dirección es horrible (no obstante la directora es la coreógrafa de la original) y la música suena descafeinada, salvando algún que otro tema potable.
En lo referente a los personajes se recuperan algunos de la primera: la entrañable Frenchie (Didi Conn), la directora del centro y alguno más. Se echa de menos el personaje de Rizzo, sin duda el mejor de la original, aunque he de reconocer que el rollo de chico guapo y bueno que ha de conquistar a la malota de la Pfeiffer me gusta más que la original. Sí, todo es tópico y forzado, pero ¿la historia de amor de la primera era acaso más original?
Grease 2 no será un clásico, pero de mala que es merece la pena echarla un vistazo. Michelle y Maxweld no cuentan con la misma química que Olivia y Travolta, cierto, pero ¿qué más da? ¿no cabría la posibilidad de que esta secuela fuera una parodia? No lo descartemos...

LO MEJOR: Algún tema salvable como "Cool Rider" o "Score Tonight", aunque la banda sonora no hace tanto daño a los oídos por mucho que lo hayan dicho algunos exagerados.
LO PEOR: La penosa dirección de Patricia Birch manda al traste a toda la película.

Se deja ver, las interpretaciones son bastante aceptables, a destacar unos estupendos Juanjo Puigcorbé y Marisa Paredes dando vida a los Reyes. Sin embargo, esta miniserie no deja de ser un vacuo producto televisivo que relata la historia de amor de los Príncipes de Asturias de forma hipotética y añadiendo detalles que presuntamente pudieron suceder. Como curiosidad no está mal, pero cinematográficamente es nula. Tampoco ayuda la excesiva ñoñería, la cual hace que algunas escenas resulten un tanto forzadas. La semana que viene el desenlace, que sin lugar a dudas dejará la misma sensación que esta primera parte. Saludos.