Haz click aquí para copiar la URL
Críticas de lourdes lulu lou
<< 1 4 5 6 10 301 >>
Críticas 1.501
Críticas ordenadas por utilidad
5
8 de octubre de 2014
14 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un clásico entre el género de las comedias dramáticas de las reuniones familiares, con su camino sabido de memoria y repetido en todas ellas, una nueva versión de la reciente "Agosto" o de una más anterior "A casa por vacaciones" de Jodi Foster y Holly Hunter, que siempre resultan cálidas, divertidas en sus momentos puntuales, tierna en otros, apagada e inerte en sus recesos, con mucho cliché y estereotipos y, que en conjunto, transfieren una sensación de acogida grata y abrazo complaciente pues es de visión sencilla, afinidad querida y un cariño tenue y espontáneo que surge sin esfuerzo y que te hace quererlas a pesar de sus carencias, repeticiones, ausencias imaginativas y poca originalidad.
Siempre encabeza el guión el hijo más sereno -un sobrio y maduro Jason Bateman que sostiene a todo el conjunto- que ante un suceso familiar -a escoger entre boda, funeral, acción de gracias...- acude al hogar familiar para encontrarse con su abandonada y dispersa familia y pasar, por obligación no voluntaria, unos días con ellos.
Los personajes siempre tienen que estar en una situación personal amarga, triste y delicada, estropicio que se extiende a la relación y convivencia de unos con otros.
Empezamos la marcha que se inicia con las fingidas buenas formas, recogimiento social educado que da lugar al estallido abrumador, la explosión de adrenalina emocional, el caos y enfrentamiento de las verdades dichas y las rencillas descubiertas, la escena de tormenta suprema de descontrol y atropello que precede y da lugar a la calma, recogimiento y amor de unos por otros para reponer sus destrozadas vidas y seguir adelante con una sonrisa y satisfacción plena.
El hijo mayor se quedó e hizo cargo del negocio familiar, el malcriado pequeño que es disfuncional en todas sus impetuosas decisiones, encontrarse con el primer amor, revivir el calor parental, recuerdos añejos de vivencia efímera, breve inmadurez aún presente, problemas de trabajo, desastre de matrimonio, duda existencial, camaradería de hermanos, la oportuna mención al sexo y sus derivados, alguna risa o lágrima distribuidas a la par, ternura desorden y vorágine..., y todo lo que se quiera pues todas siguen el mismo patrón y cuentan con los mismos evidentes personajes de movimientos de clarividencia adivina, ensalada mixta a la que puedes añadir el ingrediente que quieras que se adapta con facilidad y encaja sin problemas.
Cómoda en su percepción, amena en su recorrido, la parte débil corresponde al personaje de la madre y la interpretación de Jane Fonda intentando repetir su protagonismo de "La madre del novio", la parte más locuaz y consistente recae en la pareja de hermanos del medio, una sensible Tina Fey que refuerza al susodicho actor-director de orquesta que sostiene con elegancia y esmero todo el teatro representado y, en general, un lugar llamado hogar de argumento ingenuo muchas veces visto que buca amenizar con ligereza, sin grandes suturas, de guión consabido de memoria cuya exclusividad depende de su arte y gracia para plasmar lo ya supuesto, y una dirección sin complicaciones para relatar el estilo americano de familia y sus secuelas; nosotros tenemos a Almodóvar, ¿no?
Suelen tener gracia y simpatía en su reflejo, efecto de bienvenida confortable que suele sentar bien a pesar de la evidencia clara de sus "peros" -también debe haber un conformismo de exigencia leve por tu parte para salir contento y agradecido-, simple, llana y entretenida por espacios alternos de ligereza obvia sirve como tentempié suave de un día relajado o un imprevisto apaño rápido y suave de otro caótico.
¡No le busques tres pies al gato!

http://lulupalomitasrojas.blogspot.com.es/
lourdes lulu lou
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
6
14 de mayo de 2016
13 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Empezar a vivir y no, simplemente, sobrevivir.

¿Cuánto se puede soportar sin estallar?, ¿cuánto se puede dar sin esperar nada a cambio?, ¿cuánto cuesta obtener una porción de vida?
La soledad como coraza para alejarse de relacionarse con nadie, humillaciones y bromas pesadas soportadas, con resignación y silencio, por ser ese raro aparte que no encaja en la rutina costumbrista elegida por la mayoría; dolor y ausencia que se compensan con una comida que aplaca y enmudece a los posibles sentimientos, sufrimiento y decepción, desgana y conformismo como norma de vida cuya amargura, vacío y tristeza apenas se sienten, pues se ha convertido en la piel de uno.
Un personaje único, roto, paralizado, inválido emocionalmente, rodeado de una robótica rutina que cubre las horas y deja pasar los días; se evita pensar, se huye de la esperanza, la ilusión ni asoma la cabeza pues es opaco, está apartado, vive escondido, intenta pasar desapercibido sin esperar nada, sin pedir nada, sin desear nada, únicamente con la petición de que le dejen en paz y le permitan ser infeliz, pues nunca pretendió otra cosa.
Sólo que, un estúpido e inesperado acto, de generosidad no solícita, abre las puertas de ese enclaustrado corazón que, sin esperarlo, vuelve a latir con ganas y apetencia; se cambia el lugar de la comida, se modifica la estancia, ya no importan los hobbies propios, nuevos pensamientos agolpan la razón, el alma idea formas de contentar a la otra persona, los gustos ceden por esa intervención que interrumpe lo cotidiano, y controlado, y altera ese aburrimiento en un no-se-sabe-qué que apetece, agrada, permite ensoñar, configura inesperados anhelos y juega peligrosamente con el espíritu de un buen hombre que apenas ha vivido, sentido o disfrutado, únicamente sobrevive como puede.
Estupendo Gunnar Jónsson en esa encarnación del incomprendido maltratado, magnífico e ideal como receptor de atropellos consentidos/nunca contestados, que halla un trozo de alegría y ánimo en su quimera descubierta; Dagur Kári presenta una película lenta, desoladora e íntima, que se consume con esa exquisita paciencia de conocer a un solitario arrinconado, rechazado y marginado por ese mal mirar/peor juzgar de quienes nunca se molestan en preguntar, comprender o conocer a quien les rodea; entereza y aguante, desasosiego y malestar, un continuo desvelo de disgustos y desazón que, poco a poco, va virando hacia la animación y entusiasmo de cuidar y preocuparse de otra persona, y olvidarse de la inapetencia desaborida por todo lo nuevo o de fuera del círculo protector elaborado.
Fusi, un corazón gigante, de sensibilidad mayúscula, narrado con un cuidado, tacto, miramiento y aflicción que hacen las delicias e interés de ese peculiar espectador que goza con el encuentro de esa anónima joya que se centra en los pequeños gestos, en los ínfimos detalles, que apenas necesita de diálogos o palabras de relleno para crear una historia de madurez demorada de quien es bueno, amable y desinteresado, que vive según sus elecciones, al margen de la sentencia de una sociedad injusta e implacable que le golpea y azota sin piedad, mientras resiste y logra hacerse hueco entre tanta incomprensión y ataque despiadado.
Ser diferente, exclusivo, ir a la tuya y no importar nada excepto uno, soportar los tsunamis emocionales, levantarse tras ser arrasado..., cinta no apta para todos los públicos; a muchos parecerá aburrida, a tantos otros desnutrida, sin embargo, a un particular grupo, un placer la compañía de este enorme, de cuerpo y esencia, que camina con tolerancia y benevolencia y que, sin darse cuenta, obtiene, no lo imaginado, pero si lo suficiente para emprender marcha y hacer viaje pues, se hace camino al andar, y este caminante, sin pretender camino, iniciando su primer paso está.
Observar, sentir, absorber y digerir, dejarla reposar y reflexionar, requisitos que demanda Fusi, un corazón gigante, grande en todos los sentidos.

Lo mejor; su protagonista y la intimidad, calma y andadura de un guión diestro.
Lo peor; sensación anodina si no se logra envolver de su pausado aroma.

lulupalomitasrojas.blogspot.com.es
lourdes lulu lou
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
6
30 de agosto de 2015
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nunca fue tan difícil y arriesgado sacar ¡a un muerto de un pozo!, interminable odisea, que intenta llevarse a cabo con humor e ingenio, sin perder el coraje y la valentía de seguir camino, esperanza de un pequeño gesto que arregle el día a día de la gente presente, relegando, todo lo demás, a otro lugar pues sólo existe el aquí y ahora.
Y mientras tanto, surgen relaciones personales, de amistad, de amor, compañerismo o necesidad, según el momento y tiempo, y aparecen vacas, muchas vacas, vacas trampa, vacas bomba, vacas guía que ayudan a superar los elementos, vacas salvadoras..., todo un despropósito, toda una hazaña de aventura donde "..., hay que elegir, ¡bandera o cuerda!", y ellos están por lo segundo ya que, su prioridad es recuperar el aludido pozo para proporcionar agua al pueblo, la bandera, su color, insignia o nacionalidad poco les importa, ayudan a gente, indefensa in extremis, maltratada por unos/usada por otros, y siempre en medio de la nada, inundados de pobreza y rodeados de miseria.
Un saneamiento de emergencia complicado por un protocolo que, evitando conflictos y respetando los tratados, deja abandonados, a su suerte, a los más precisados, desamparados y olvidados por todos, que a nadie importan excepto a ellos.
Preocuparse por vidas ajenas que en un segundo pasan a ser de la familia, desconocidos queridos que se vuelven lo más importante, ese laureado objetivo que, a cada minuto, se vuelve más imposible y cabezota pues empeño no les falta y, de fuerza de voluntad, ¡van de sobra!
Y la vida continua, y los obstáculos no se acaban, sufrimiento por doquier, supervivencia al límite que halla el modo de resolver el percance pues no se puede esperar, nadie puede parar, es urgente avanzar, sea como sea.
Fernando León de Aranoa presenta un relato sencillo y discreto, de gran contenido humanitario, con dos conocidos actores, Benicio del Toro y Tim Robbins, en estupenda y armónica pareja, como titulares de una avanzadilla que se abre paso con apoyo o por cuenta propia.
Drama y comedia, sin exagerar ninguna de ellas -también sin definirse por una u otra-, conviven con naturalidad y conveniencia en este retrato veraz, sereno e íntegro, de espléndida caracterízación y lograda localización, de las misiones de ayuda humanitaria en países de guerra; invitado como testigo de lujo, el espectador acompaña a estos dos ilustres y currados cooperantes-hidalgos por su calamidad de ruta llena de imprevistos, alegría, desgracias e innumerables percances por igual.
Su gran acierto es la destreza y sabiduría de sus dos protagonistas para llevar a cabo la conducción y ganarse el cariño y respeto de la audiencia, más la autenticidad de una historia y su meticulosa dirección que, sin grandes contratiempos, pero con mucha labor y esfuerzo, te acerca a la vivencia de este lejano mundo de protección y asistencia del que se suele saber por telediarios o prensa, oportunidad de formar parte de su unidad, de su loca camadería y de una subsistencia que aporta tantos beneficios y lloros, éxitos y fracasos que ¡hay dónde elegir!
Vínculos emocionales que atan, duelen y obligan por una conciencia reiterativa en su devoción por socorrer y mejorar a quien sea, cuando lo solicite.
Su lastre es la ausencia de implicación y complicidad para con el guión, pues su grata compañía, no acaba de cuajar con intensidad ni plenitud al consumir su argumento, su mezcolanza de sentimientos varios y estados emocionales discontinuos deja un recuerdo suave, querido y aceptable pero de reseña distante, corazón relajado y alma poco afectada, ser parte de su expedición e ir junto a ellos en su destartalado vehículo no consigue que rías, no acaba de hacer gracia, tampoco logra que llores o te unas con convicción a su mensaje de andadura.
Es un simple dejarse conducir y guiar por su modestia y templanza donde se añora mayor garra y nervio y, donde se lamenta que León de Aranoa haya sido tan prudente y moderado en su escrito pues, fondo y reserva para mayor carácter y genio tenía, sin embargo, se conforma con tenues y maleables dosis que narran, pero ni marcan ni dejan huella.
Un día perfecto, de carambolas entretenidas pero falto de personalidad y consistencia, su temperamento no alcanza decibelios de solidez y arrebato, únicamente tersura de talante que agrada, pero no despierta reflexión sobre la misma.
Dócil observar de manso recuerdo; sales contento, que no convencido.
Posdata..., tampoco puede decirse que su gran pericia fuera ¡la elección de los temas musicales!

lulupalomitasrojas.blogspot.com.es
lourdes lulu lou
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
6
8 de marzo de 2014
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es por dinero, no es por placer, ni por el sexo ni por el poder..., es porque puede; le gusta el previo, el juego de la cita con un desconocido, la sorpresa y suspense de cómo será; le gusta el regodeo posterior, recordar y endulzar el momento vivido; justamente, donde no siente nada y finge es en el acto, en el preciso momento por tanto..., por qué no cobrar?, por qué no pagar lo que tanto desean?, búsqueda de una chica joven y bonita! La belleza y frialdad de la actriz protagonista lo abarca todo, captura la cámara en un sentido intimista, delicado y de gran finura que te atrapa y hechiza; sólo cabe seguir sus pasos y conocerla, tratar de entender su proceder y su esencia más íntima. El trabajo del director es sencillo: un no-destacar, un saber apartarse que se observa en la brillantez y lucimiento del resultado final, un dejar hablar a la historia, al propio guión y al personaje, mostrar la sequedad de un espíritu viciado que empieza a conocer su alcance, el dominio de su campo de actuación; experimentar con el cuerpo, descubrir la poderosa arma que puede llegar a ser, juego peligroso de pero de gran atractivo y enormemente gustoso, adictivo todo ello tratado con gran elegancia y calidez pero sin la esperada maldad visual, sin regodearse en los sinsabores de los bajos mundos de la mercancía sexual; explosión de mucha frialdad y una ausencia total de sentimientos afines a la otra persona. Consigue engancharte, preguntarte por sus motivos y querer profundizar, conocer a su bella y bonita intérprete; vacío momentáneo de tu presente llenado temporalmente con un relato sencillo y breve pero de impacto sobrio y efectivo sobre tu persona. Funciona su efecto y se disfruta; acertado planteamiento y positivo rendimiento final para placer del público asistente.

http://lulupalomitasrojas.blogspot.com.es/
lourdes lulu lou
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
5
10 de junio de 2016
14 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Regresiones personales, sin excesivo convencimiento.

Se lía mucho con su propia teoría, mal que padecen muchas películas de este género pues, a base de enfrascarse una y otra vez, complicando la cosa para que ésta resulte interesante, logran lo contrario, una respuesta pobre y exigua, llena de lagunas y cuyos hechos están llenos de incoherencia escrita.
Pero parece que de igual, que no haya que pensar tanto en su noria temporal pues, es marear la cabeza con una pérdida de sentido ante tanto viaje espacial; que si el presente, el futuro o el pasado desde éste, que si el original o el suplantado, que si se arregla el asunto o sigue quebrado y pendiente de la nueva venida, de la que ya no sabes dónde empieza ni cuándo termina.
Físico de grandes aspiraciones altruistas, por mejorar el mundo, pone en práctica su experimento para acabar siendo su propio conejito de indias e intentar, que la cita de la chica de sus sueños, se convierta en algo sólido y eterno; un desvío, de científico próspero a enamorado desesperado, cuya locura le hará arrastrarse a escondidas de su doble, para arreglar la ignorancia del virginal usuario.
Un argumento que no aporta nada nuevo ni exclusivo pues, a estas alturas, hasta el más negado en ciencia ficción sabe que dos cuerpos iguales no pueden compartir espacio/tiempo, pues supondría su aniquilación, y tampoco es que el planteamiento de los universos paralelos, así como la posibilidad de saltos temporales entre ellos, vaya a asombrar a nadie dado el elenco de cintas que hace tiempo, valga la redundancia repetitiva, juegan a ello.
Por tanto queda un argumento medio, que cumple razonablemente con los puntos clásicos de su migración a espacios adyacentes, con un protagonista falto de carisma y atractivo para suplir los embrollos narrativos en los que cae el guión, en su intento inútil de propulsión arrogante, nada fructífera -y que, aún así, cumple con la tarea encomendada-, y un escenario poco lúcido/menos lucido, que no levanta gran interrogante, aunque si mantiene ese mínimo para que te preguntes qué pasa, qué trata de contarte y por dónde saldrá para desenredar su malla circular, de regresión incesante.
“El tiempo es nuestra verdadera moneda” y Jacob Gentry abusa del juego manipulador que aporta el susodicho, para terciar por un romance épico como sentido de todo el propósito que roza, conforme avanza en minutos, el despropósito; espacios cerrados, atmósfera lúgubre, decoración de antaño, para una incursión en pasado vivido desde el presente, que aparca la lumbrera visual de los llamativos efectos especiales por los diálogos situacionales de sus personajes, intercambio apalabrado que no siempre llena lo suficiente, ni logra el impacto deseado.
Primera parte de exposición, una vuelta aclaratoria a los hechos, con mayor información, y una deriva hacia el amor como objetivo de quien se halla desahuciado e inconexo; puzzle metafísico, de piezas paralelas, que se entorpecen unas con otras al montar el rompecabezas perdiendo parte de su gran porvenir de inicio; se colapsa el mural, se atraganta el servidor, la red de ideas se estrella contra su osadía de volar alto y tocar el astro rey, derritiendo parte de sus alas, para terminar aceptando contradicciones estructurales que no ceden ni siquiera a su ilógica rebobinada.
De compleja e interesante su aventura va cediendo en fuerza y sugerencia por ahondar en temas de los que no controla, por manejar hipótesis como salidas fáciles del túnel oclusivo en el que el mismo se encierra.
Vale como distracción, pasas el rato entretenido pero, toda la diversión se acaba cuando a tu mente le da por pensar y reflexionar sobre lo que aporta y compruebas, como la distensión de su visión se vuelve incoherencia de configuración.
“¿Quién es Abby?” el motor de obsesión de un Tesla que nunca quiso ser Edison, pero tampoco quedarse varado y maltrecho; ¿conseguirá a la chica?, ¿logrará salir de su encierro?, ¿realmente logra viajar en el tiempo?, ¿la dalia convive con su imagen contigua o es una hipótesis sin solución lógica?..., preguntas amenas que permiten su óptimo consumo, aunque la respuesta suprema sea un enjuague que ni siquiera su propia autor es capaz de descifrar.
Synchronicity, sincronicidad, simultanear varias realidades en único plano, para acabar escogiendo una y resolver como se pueda; mandar cada uno a su casa parece resolución no pensada, en exceso sencilla para aspiración tan ardua aunque..., fuera la elección genial del mítico regreso de Michael J. Fox de su ya lejano futuro, en coche y sin tanto agujero negro ¡para más inri!, todo un hito irrepetible aunque, seamos benévolos, siempre gana puntos volver a ver, al recordado por época ilustre, Ironside.

Lo mejor; es ciencia ficción clásica.
Lo peor; su argumento se enreda entre sus propias ideas.

lulupalomitasrojas.blogspot.com.es
lourdes lulu lou
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 4 5 6 10 301 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow